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CRISIS DEL CORONAVIRUS

Prisas aéreas para volver a casa

Los aeropuertos canarios cancelan un tercio de los vuelos y quedan casi vacíos a partir de ahora | Los turistas adelantan el regreso para pasar el confinamiento en sus hogares

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Coronavirus en Canarias | Llegadas al Aeropuerto de Gran Canaria

El aeropuerto de Gran Canaria, y en general los del resto del Archipiélago, redujo ayer su actividad al mínimo y los esfuerzos se concentraron en repatriar a los miles de turistas que aún se encuentran en los hoteles del sur de la Isla. Los aeródromos canarios tenían previstas 947 operaciones durante la jornada del lunes, pero solo se pudieron realizar un tercio de ellas,

A las 11.00 horas de la mañana ya se habían cancelado 165 vuelos de salida o llegada, frente a las 177 operaciones realizadas sin mayores retrasos. A las 14.00 horas el número de cancelaciones había ascendido a 243, y a 275 al final de la tarde, según informaron los responsables de Aena.

Por aeropuertos, a las 22.00 horas se habían producido 55 cancelaciones en Gran Canaria, 53 en Lanzarote, 38 en Fuerteventura, 28 en La Palma, 2 en La Gomera, 81 en Tenerife Norte y 20 en Tenerife Sur. Muchos de los vuelos de llegada desde ciudades europeas lo hicieron totalmente vacíos o con apenas una docena de pasajeros, para a continuación salir llenos -con las nuevas medidas de separación entre viajeros- con los turistas que ya tenían una plaza comprada en ese avión y los que han optado por adelantar el regreso de sus vacaciones al decretarse el estado de alarma en España.

Las anulaciones afectaron a los primeros vuelos de la mañana de Binter entre Gran Canaria y Tenerife, así como a algunos de Lanzarote y Fuerteventura. Los mostradores de facturación de la terminal de operaciones interinsulares permanecieron casi desiertos durante todo el día. Al contrario, la mayor actividad se registró en la zona de los vuelos internacionales, donde los viajeros hicieron colas frente a los mostradores de facturación y de las compañías aéreas, aunque no tan largas como en los días precedentes. Pese a las advertencias sanitarias y las llamadas por megafonía, fueron pocos los viajeros que respetaron la distancia de seguridad, aunque algunos de ellos usaban las mascarillas de protección.

También a los mostradores de Aena se dirigieron numerosos ciudadanos europeos que tenían dificultades para recibir información de sus compañías aéreas. La mayoría de las solicitudes de viajeros alemanes y nórdicos están relacionadas con la aerolínea de bajo coste Easy Jet, según fuentes aeroportuarias. Sí se embarcaron sin dificultad los vuelos de las compañías como Norwegian, Tui o Ryanair hacia Estocolmo, Groningen, Dusseldorf, Frankfurt, Cork o Bruselas.

Sarah Bipede y sus dos hijas pequeñas esperaron desde primera hora de la mañana frente a los paneles de información hasta que se confirmó la salida de su vuelo de Ryanair a Berlín. Italiana de nacimiento y residente en la capital germana, había viajado a Gran Canaria para pasar unos días con sus padres, que viven desde hace siete años en la zona turística de Playa del Inglés.

Ante la declaración del estado de alarma, prefirió regresar a Alemania para recluirse en su casa. "Me han dicho que en Berlín está todo más tranquilo, con más sitios abiertos y sin reclusiones forzosas, pero creo que en pocos días estaremos igual que en España y en Italia", declaró.

Esta pasajera y sus niñas tenían previsto quedarse unas semanas en el sur, aprovechando el buen tiempo, pero ante la posibilidad de que se cerraran las fronteras, lo que se anunció horas después, optaron por volver cuanto antes a Alemania. A su juicio, "si hay que pasar una cuarentena es mejor hacerlo en el propio hogar", pues si la situación se complica no se sabe cuando volverán a funcionar con normalidad los traslados por vía aérea.

Ismael Vera, sanitario en un hospital de Marbella, también acudió a Gando con varias horas de antelación para comprobar que la compañía Vueling mantenía sin problemas su vuelo de las 13.40 horas con destino a Málaga. A dos metros de distancia y tras una gran mascarilla que le cubría casi toda la cara, comentó que había reservado dos semanas de vacaciones para disfrutar de los carnavales de Maspalomas, pero le han reclamado desde su centro de trabajo y tenía previsto reincorporarse nada más llegar a esa localidad andaluza.

Vera aseguró que no tiene miedo a contraer el coronavirus porque toma todas las precauciones para evitar el contagio, pero sí mostró su "enfado" y "perplejidad" por el comportamiento ciudadano del que ha sido testigo desde el viernes en la zona turística donde se hospedaba. "He visto gente en la playa y en la piscina como si no ocurriera nada; la población no es consciente del peligro que corre si no se queda en casa", apuntó el sanitario, quien precisó que antes de viajar a Gran Canaria ya había trabajado en labores de atención al coronavirus en Málaga. "Desde hace un mes ya preveíamos que esto iba a ocurrir; se perdió mucho tiempo en tomar esas medidas drásticas, pero son necesarias y los que trabajamos en la sanidad lo agradecemos de corazón", reclamó.

Tania, joven de Telde, también esperó con ansiedad la confirmación de su vuelo a Munich. Ella y el grupo de amigos que le acompañó a la Isla a pasar unos días de vacaciones trabajan en Austria, en una compañía de logística, y el problema que se les planteaba era cómo llegar desde la capital bávara hasta Viena ante el anuncio del cierre de fronteras en Alemania.

"Tengo que llegar al trabajo porque nos han llamado para que regresemos , pero aún no sabemos a qué hora vamos a llegar a Austria, suponiendo que podamos", resaltó.

Al igual que Tania, cada viajero que pasó ayer por Gando llevaba reflejada en el rostro la resignación, como los miembro de un grupo de funcionarios de las fuerzas de seguridad del Estado que esperaba con sus enormes maletas frente al mostrador de Iberia. Uno de los vuelos a Madrid se había cancelado y buscaban otro que los llevara a la capital para ayudar en las tareas de contención del coronavirus en el principal foco de contagio del país . "Miedo no tenemos, pero sí respeto porque la situación en Madrid es más grave que aquí", admitió uno de ellos.

En las llegadas apenas hubo movimiento en todo el día. Los vuelos charter procedentes de ciudades europeas llegaron sin turistas, solo con la misión de devolver a sus países a los que siguen en la isla. Y los pocos aviones de lineas regulares desde la Península y el resto del Archipiélago llegaron con la mitad del pasaje por nuevas normas.

La desolación entre los trabajadores de las empresas de alquiler de coches es total. La representarte de una de las principales empresas del sector en las islas se lamentó de que en toda la mañana solo había pasado una persona a recoger el vehículo que tenía reservado, una doctora de Fuerteventura que había reclamada por un hospital del sur de Gran Canaria. "Aquí estamos todos a la espera de que cierren el aeropuerto, que parece que es lo que va a ocurrir, porque si no llegan turistas ni pasajeros de las otras islas no tenemos nada que hacer", subrayó.

Dentro de la zona de embarque, una vez pasada la barrera de seguridad, se ha permitido la apertura de dos restaurantes para atender a los viajeros antes de subirse al avión. Fuera solo queda abierta la farmacia, un quiosco de periódicos y golosinas, y el supermercado.

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