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CRISIS DEL CORONAVIRUS La opinión del experto

"Canarias es una de las comunidades que mejor han contenido la pandemia"

"Creo que ya va a ser difícil que suframos un colapso del sistema sanitario en Canarias", señala este médico intensivista en la UMI del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria

El Doctor Luciano Santana Cabrera. LP / DLP

A día de hoy, Canarias es la quinta comunidad con la curva de contagios por coronavirus más baja de España, ¿se ha percibido un desahogo en la primera línea de batalla en los hospitales?

Por supuesto, se ha notado tanto en la afluencia de enfermos como en nuestra propia preparación ante esta avalancha de enfermos por Covid-19. Ahora vamos por detrás de Madrid en la curva de contagios y el confinamiento nos ha ayudado a estar preparados. En ese sentido, nosotros nos hemos ido reflejando en Madrid y contando con que íbamos a encontrarnos en el mismo escenario si no nos adelantábamos, y por suerte, nos hemos adelantado, así que hemos logrado evitar ese desbordamiento de pacientes.

En concreto, ¿cuál es la realidad cotidiana en las unidades de cuidados intensivos?

También hemos sabido evitar el desbordamiento en estas unidades, que son unidades pequeñas que sumarán unas 30 camas, lo cual es un número muy limitado, pero por esta razón se elaboró un plan de contingencia eficaz que se está aplicando. Y el resultado es que, ahora mismo, alrededor del 50% de la capacidad de la unidad de cuidados intensivos se corresponde con pacientes diagnosticados de Covid-19. Esto nos da un margen bastante amplio, porque son pacientes muy complejos de llevar para nosotros, no tanto por la patología que desarrollan como por el manejo en cuanto a seguridad del personal.

Como es lógico, una de las preocupaciones principales entre el personal sanitario es el riesgo de contagio. ¿Persiste este temor pese al suministro de equipos de protección?

Claro, persiste en cada momento en que entras a tratar un paciente, ya que el contagio va a depender mucho de cómo te quites el material que te has puesto cuando estás en contacto con el paciente para no contaminarte. Esto supone un estrés importante, sobre todo, a la hora de retirarte los equipos de protección. Nuestro estrés no tiene que ver tanto con la patología, que yo diría que, dentro de cuidados intensivos, tiene un comportamiento mucho más benévolo que el que tuvo la Gripe A en su momento, sino en cuanto a seguridad, que supone una carga terrible, tanto para enfermeros como para médicos.

Hasta ahora, ¿se ha registrado algún caso de contagio dentro de su unidad?

Aún no hemos visto personal médico contagiado dentro de las unidades de cuidados intensivos. Me consta que sí ha habido casos en otros servicios, pero nosotros somos unos privilegiados en el sentido de que los pacientes llegan ya diagnosticados o con muestras de haber podido contraer la enfermedad, de modo que ya se han tomado las medidas correspondientes y nosotros ya estamos preparados para atenderles. Y creo que también en ese sentido estamos haciendo las cosas bien, aunque entiendo que habrá que esperar un poco para confirmarlo, porque de momento solo llevamos 2 o 3 semanas con estos pacientes.

¿Cuál es el estado de ánimo general entre los sanitarios?

El estrés que supone esta patología se debe, sobre todo, a que cambian los protocolos día a día porque, claro, es una enfermedad nueva y, de acuerdo a la experiencia de Italia, China o la península, vamos aprendiendo cada día el manejo del paciente. Por tanto, cada día nos tenemos que ir actualizando. Pero desde el punto de vista humano, pese a ese miedo con respecto a la seguridad que comentaba antes, cuando estamos en el hospital y estamos todos a lo mismo, yo nunca he visto a nadie que haya dado un paso atrás. Y ha sido así desde el más nuevo al más veterano. Incluso, conozco muchos casos de voluntarios de otras unidades para asistir a estos pacientes. De hecho, nosotros hicimos un estudio de investigación durante esta pandemia con profesionales sanitarios de toda España -alrededor de 1.000 profesionales-, con el objetivo de publicarlo, y el 25% estaría dispuesto a trabajar aun sabiendo que no tienen los equipos de protección adecuados. Creo que eso habla de la generosidad y el compromiso del personal sanitario en este país, incluida Canarias.

En este sentido, ¿los profesionales de la sanidad pública han percibido estas semanas el apoyo y el agradecimiento de la sociedad a través de gestos como los aplausos diarios en los balcones?

Con respecto a los aplausos en los balcones, siempre digo que prefiero que no nos aplaudan y que se queden en sus casas, porque sé que hay personas que sacan a su perro tres veces al día o que van al supermercado varias veces por semana. Pero también es cierto que, en líneas generales, los canarios nos estamos portando bastante bien. De hecho, las cifras lo demuestran: somos una de las primeras comunidades que mejor ha contenido la pandemia. Aunque jugamos con la ventaja de que estamos a muchos kilómetros de distancia de la península, también es cierto que tuvimos el primer caso de toda España en la isla de La Gomera y, sin embargo, no se montó un foco, sino que hemos sabido aislarnos bastante bien. Esto se debe a que contamos con buenos profesionales que han sabido actuar bien. Por tanto, creo que tenemos mucha suerte, porque la curva por fin se está aplanando mucho antes que en el resto de comunidades autónomas.

¿Le preocupa que se flexibilixen las medidas de confinamiento antes de tiempo y que eso pudiera provocar un nuevo repunte o colapso sanitario?

Yo creo que ya va a ser difícil que suframos un colapso del sistema sanitario en Canarias. Lo que sí podríamos sufrir es una sobrecarga asistencial tremenda si volviera a haber más casos, que además restaría capacidad para otros tratamientos o diagnósticos precoces de otras enfermedades en los hospitales, ya que no habría camas suficientes para ingresar a los pacientes. Pero el riesgo de que las Urgencias se colapsen por pacientes contagiados por coronavirus ya es muy difícil, aunque sí que pueden aparecer más enfermos y puede haber, incluso, una segunda ola. En este sentido, los modelos predictivos más negativos apuntan a que en octubre puede haber una segunda ola con una curva no tan empinada como la de ahora, pero que se quedaría a mitad de camino, y que nos obligaría a un segundo confinamiento.

¿Y qué apuntan los modelos predictivos más optimistas?

Pues esos estiman que la pandemia como tal acabaría hacia finales de mayo y que habría algunos contagios puntuales, de modo que, a partir de entonces, tendríamos que hacer nuestras todas las medidas de protección, como el uso de la mascarilla, lavarse periódicamente las manos o evitar aglomeraciones, durante un tiempo bastante largo, que haría que esto nos afectase como nos afecta la gripe. Y en medio de este proceso, quizás aparezca algún medicamento que pueda tratar esta enfermedad, no me refiero a una vacuna, sino a un medicamento que sea capaz de matar el virus de forma precoz, sin que los pacientes ingresen en los hospitales, que ya sería la panacea. Yo creo que hay que ser optimistas en ese sentido, porque ya se han conseguido muchos avances en enfermedades como el SIDA o el virus de la Hepatitis C.

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