Opinión | Apunte

Rafael Vilasanjuan

Manos sucias

Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, y la infanta Cristina, acusadas por el sindicato Manos Limpias.

Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, y la infanta Cristina, acusadas por el sindicato Manos Limpias.

Tan poco apreciamos los valores que nos ha proporcionado el mayor periodo de prosperidad, como para validar a los diferentes apóstoles del caos que se van sucediendo? En EEUU, faro de la democracia liberal, la defensa de Donald Trump argumenta que un presidente tiene inmunidad si necesita ordenar un golpe de Estado o incluso si mata a un rival.

Mientras el tribunal supremo debate en vez de juzgar al expresidente, la democracia se escurre en la demora de los plazos y el republicano aprovecha la plataforma para ir ganando adeptos, en vez de poner en evidencia su intención de alterar los resultados electorales y animar al asalto al capitolio después. Con el mensaje instalado de que la democracia es corrupción, las elecciones van a ser un referéndum a favor o contra Trump, exactamente lo que buscaba para que la política basura regrese a la Casa Blanca.

No es un fenómeno aislado. Oxigenada, la extrema derecha avanza por medio mundo. Ahí está Benjamín Netanyahu en Israel, líder del peor supremacismo de este siglo, con una narrativa, salvando distancias, muy parecida a la que utiliza Putin para someter a Ucrania. Lo peor es que estas proclamas excluyentes ya controlan el corazón de Europa. Más que las urnas, lo que hoy lleva a los dirigentes al poder es crear una narrativa plagada de medias verdades, de calumnias y de insultos, como en España sucede con Manos Limpias, la asociación fascista que reconoce que pone demandas, aunque sea con mentiras.

Red de espías

En Europa, el último escándalo ha llegado de Alemania, donde al partido de la extrema derecha AFD, que maneja los entresijos de la información basura se le ha abierto una brecha por donde ha empezado a desprender pudor. Entre sus responsables se está descubriendo una red de espías que trabaja para Rusia y China, toda una señal de la amenaza que nos viene y la financiación que reciben. El único consuelo es que esto empiece a ser el inicio del fin, antes de que estos apóstoles del caos, la mayoría con las manos sucias, algunos manchadas de sangre, nos devuelvan al peor de los pasados.