Opinión | Punto de vista

Claudio Ojeda González

Ellos o nosotros

Puigdemont en el ciclo de ruedas de prensa de EFE

Puigdemont en el ciclo de ruedas de prensa de EFE / David Borrat

Señor ministro Óscar Puente: El puto amo se llama Puigdemont, su presidente es el recogepelotas.

Estamos asistiendo a una ceremonia de la confusión con el único objetivo de tapar casos de corrupción con un tufo de populismo que asfixia. Un presidente que no ganó las elecciones, que sólo habla de su persona, y que además usa el comodín de un PSOE que está desaparecido.

Produce hilaridad, a pesar de la gravedad de lo que está pasando, observar a los actuales ministros repitiendo las mismas palabras escritas por La Moncloa. Recuerda a un gallinero, cuando se acerca la comida, y todas cantan al unísono. Yo me sentiría como un pelele. Este gobierno no está en las cosas que nos preocupan; hemos pasado de un 7 % a un 9 % de pobreza extrema, un millón setecientos mil españoles no tienen para comer, y los autónomos cierran sus negocios porque no pueden pagar los aumentos de cuotas y el resto de impuestos. Además de tener una deuda de 1,6 billones con Europa, que la tendrán que pagar nuestros hijos. Es una carrera que no va a ninguna parte.

Estamos a punto de tirar a la basura los logros que se han conseguido en estos cuarenta años de democracia. No hay más que ver a este presidente que tenemos; que ha ido colonizando medios de comunicación con nuestro dinero, se ha asegurado el control del Tribunal Constitucional, con magistrados afines, además de la fiscalía General del Estado, y ahora persigue el control del Consejo General del Poder Judicial, para convertir este país en un estado donde no se garantice la división de poderes, una forma de gobierno en la cual la voluntad de una sola persona sea la que prevalezca, o lo que es lo mismo un Autocracia.

Hemos vivido el último episodio de este presidente, cuando decidió tomarse cinco días de reflexión. Toda una estrategia sorprendente que llegó a provocar miles de comentarios, y que tuvo como resultado poner a su mujer en las portadas de todos los periódicos importantes del mundo relacionada con la corrupción. Y me hago esta reflexión: “si no le importa su familia, le va a importar este país”.

La decisión que tomó sobre el Sahara, traicionando a la República Árabe Saharaui sin consultar con nadie, nos lleva a pensar que tampoco le preocupa las consecuencias, mientras sirva a sus intereses.

Esta forma de actuar me recuerda la etapa del socialista Largo Caballero, ministro de la República, que dijo en un mitin que si no ganaba las elecciones habría una Guerra Civil, como así ocurrió, empezando por la Revolución de Asturias de 1934. Y es importante recordar que esa época también era ministro de economía el señor Negrín, ambos personajes amigos y admiradores de Stalin, al que le enviaron todo el oro del Banco de España, para su custodia, que nunca regresó.

Esta guerra provocada por la izquierda, llevó a nuestros padres a luchar pasando calamidades y perdiendo la vida, mientras el señor Negrín disfrutaba de Londres y París bien acompañado.

Existe la esperanza que el resultado de las elecciones en Cataluña provoque la ruptura de este Gobierno. De no ser así, las elecciones europeas harán ver al Sanchismo que el país no está de acuerdo con sus políticas.

Para terminar, hago una reflexión sobre el parecido entre Cubillo y Puigdemont, y la lucha de ambos por su tierra. A mi entender, su objetivo final no es la independencia, sino el reconocimiento de las competencias y singularidades de su tierra, sin tener que estar sometidos siempre al gobierno de turno.