Sanidad

Laura lucha por mantener su sonrisa

La madre de una joven con parálisis cerebral intenta que le traten las caries y la sanidad pública sólo le ofrece una extracción

Laura Rodríguez sufre importantes dolores por sus problemas bucodentales.

Laura Rodríguez sufre importantes dolores por sus problemas bucodentales. / LP/DLP

Lleva desde el verano pasado tomando calmantes para aliviar su dolor bucodental; ya ha pasado por esto antes, de hecho lleva muchos años viviendo así, con una parálisis cerebral que le impide realizar unas prácticas bucodentales correctas y, por tanto, además de que su enfermedad le produce un deterioro importante de su boca, «esto se convierte en una verdadera tortura».

Carolina Rodríguez. Bethencourt, la madre de Laura, ya está muy cansada. «Llevo décadas en esta pelea y tengo que reconocer que me asalta el desaliento, estoy agotada», explica mientras cuenta, no se sabe por cuantas veces ya, que «les saldría mucho más barato al Servicio Canario de Salud cubrir una revisión anual de la boca de mi hija, con quirófano y anestesista incluido, que dejar pasar años entre una y otra y cada vez ponerme más problemas».

La respuesta definitiva de la sainad pública canaria es quitarle todas las piezas que Laura tiene picadas «que es una decisión que nunca profesional del sector le aconseja a ningún paciente, porque lo normal es que te vayan haciendo intervenciones para mantenerte todo el tiempo posible las piezas de la boca>.

La parálisis cerebral de Laura exige un quirófano y anestesia total para poder llevar a cabo una limpieza y la eliminación de las caries «un proceso que recoge una ley estatal y que también recoge el Servicio Canario de Salud pero que no cumple. Eso me ha obligado hasta ahora», sigue contando Carolina Rodríguez, «a denunciar públicamente, ante los medios de comunicación, este desamparo que sufrimos mi hija y yo y es lo único que me ha dado resultado».

Acudir a un profesional de la medicina en el sector privado «me resulta imposible porque somos una familia monoparental y pagar, como mínimo, 5.000 euros, eso en el mejor de los casos, me es completamente imposible».

Pero las quejas de esta madre de una joven ya de 29 años, no se centran sólo en el estamento médico. «Mi hija está inscrita en dos asociaciones que se ocupan de este tipo de personas con parálisis cerebral, la Asociación de Familias de Personas con Deficiencia Intelectual y del Desarrollo (APAELP y Plena Inclusión y después de dirigirme a ellos para pedirles ayuda de algún tipo, no me han apoyado en nada, bueno, en realidad, una de ellas ni siquiera ha tenido el detalle de darse por interpelado».

Después de muchos años de lucha, Carolina Rodríguez siente una envidia sana de las familias con sus mismos problemas, en comunidades autónomas como Extremadura o Madrid, «donde si hacen estas terapias sin ningún tipo de inconveniente».

«No quiero limosnas de nadie», asegura, «sólo que se respeten mis derechos y los de mi hija y no se tenga que quedar sin esa sonrisa tan bonita porque alguien no cumple la ley».

Hasta ahora ningún centro hospitalario proporciona este servicio específico de odontología, pese a que el Boletín Oficial del Estado establece que las personas con discapacidad que requieran un tratamiento sedativo para garantizar el necesario autocontrol que permita una adecuada atención a su salud bucodental serán remitidos a aquellos ámbitos asistenciales donde se le pueda garantizar su correcta realización.

En sus primeras denuncias públicas, la madre de Laura exponía que «me consta perfectamente que ningún ciudadano español tiene cubiertos los gastos por empastes por la Seguridad Social. Por eso», explicaba, «yo le he planteado al Servicio Canario de Salud que nos faciliten el quirófano y el anestesia y que yo corra con los gastos del dentista y los empastes, como cualquier ciudadano español y dentro del marco de la ley».

Pero este planteamiento tampoco salvó la situación porque le contestaron que no «porque no existe el copago en España, con lo cual me veo en un callejón sin salida, ellos no cumplen su parte y tampoco me dejan cumplir mi parte como ciudadana con lo que la que sigue perdiendo es mi hija».

El largo periplo de años de esta madre buscando una solución para su hija la terminó llevando a la isla de Tenerife, al centro hospitalario Nuestra Señora de la Candelaria, único de Canarias que dispone de un pequeño equipo en uso para la atención dental de los discapacitados, donde la intervención terminó con éxito pese al estrés que provocó en esta familia tantos movimientos de todo tipo.

Carolina Rodríguez hasta recuerda cuántos consejeros de Sanidad ha llamado y pedido ayuda, «imagínate, empecé con Bolaños, con Baltar y con todos los demás hasta llegar a Blas Trujillo. De nada me ha servido porque estamos en 2022 y seguimos en la batalla para que se reconozca un derecho que tienen todas las personas que están en la misma situación que mi hija».

La madre de Laura, a pesar de tanto cansancio, no quiere rendirse. Asegura, sin querer entrar en muchos detalles, que ha recibido una llamada de Caixabank para ayudarla a llevar a cabo, en el campo privado, la intervención que necesita su hija.

«Haré lo que sea necesario, cualquier cosa antes que sentarme a esperar que acaben con la sonrisa de Laura. Ella también tiene derecho a ser tratada con toda la consideración que merecen sus limitaciones. Espero que vuelva a ocurrir un milagro y estas líneas den sus frutos».

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