Entrevista | Airam Díaz Trasplantado de riñón

«Entré a quirófano como si me hubiera ganado la lotería»

El 26 de noviembre de 2020 Airam Díaz recibió un nuevo riñón, convirtiéndose en el paciente 3.000 de trasplante renal en el Hospital Universitario de Canarias (HUC).

Airam Díaz, trasplantado de riñón en el HUC en 2020. | |

Airam Díaz, trasplantado de riñón en el HUC en 2020. | | / CARSTEN W. LAURITSEN

Verónica Pavés

Verónica Pavés

El 26 de noviembre de 2020 Airam Díaz recibió un nuevo riñón, convirtiéndose en el paciente 3.000 de trasplante renal en el Hospital Universitario de Canarias (HUC). Dos años después se siente fuerte y feliz, y asegura que el trasplante le ha cambiado la vida.

Han pasado dos años y medio desde su trasplante de riñón, ¿cómo se encuentra?

La vida me ha cambiado de manera radical. Para empezar, he pasado de tener que acudir entre seis y siete veces al baño durante las noches a hacerlo como una persona normal. Ahora como saludable, limito la sal y me tomo mi medicación. Soy una persona normal que ya no tiene las preocupaciones que antes me inundaban cada día. Puedo caminar, correr, hacer deporte... Además, cada vez tengo que acudir menos a revisión. Hemos pasado de hacerlas una vez al mes a tener citas cada tres o cinco meses.

¿Durante cuánto tiempo sufrió esa situación de malestar e incomodidad?

Yo nací prematuro con una hipospadia grave –una malformación en la abertura de la uretra y la vejiga– así que desde ese momento hasta hace dos años he estado en esa situación. He tenido que pasar por quirófano en varias ocasiones, haciéndome remiendos como en los coches. En 2020 estaba a punto de comenzar el periodo de diálisis, pero fue ponerme el catéter y a la semana siguiente llamaron porque había un donante. Fue un milagro.

Cuando me dijeron que iba a entrar en diálisis se me cayó el mundo encima

¿Lo esperaba?

Para nada. Cuando me dijeron que iba a entrar en diálisis se me cayó el mundo encima. Me tenía que preparar para afrontar una vida completamente diferente. Pero de la noche a la mañana me llamaron del área de trasplante. Tenía posible trasplante. Pasé toda esa noche sin pegar ojo y al día siguiente llegué allí como si hubiese ganado la lotería.

¿Qué pensó en el momento en el que le dijeron que debía empezar la diálisis?

Yo no quería escuchar hablar ni de diálisis ni de trasplante. Lo veía lejos. Me acuerdo que cuando el médico me lo dijo se me vino el mundo encima. Además, no tenía donante cerca. Mi madre no podía donarme y mi hermano que era de 100% compatible no me podía donar porque era peligroso para él. Me sentí muy triste. Pero después apareció este donante fallecido y después de mucho luchar e insistir, me ha cambiado la vida a mejor. De hecho, cuando me hicieron el trasplante a los seis meses estaba ya en la huerta plantando papas.

¿Era algo que no podía hacer antes?

Antes podía hacerlo pero no tan bien como ahora. Antes del trasplante me cansaba rápido y no podía hacer esfuerzos. Después de pasar por quirófano he podido recoger y plantar yo solo. Para mí ha sido un cambio radical.

¿Qué le diría a las personas que están en diálisis esperando por un donante?

Creo que lo más importante es estar fuerte de mente, tener una familia que apoye mucho y no perder la esperanza. Hay que luchar porque la vida es muy bonita. Más ahora con todas las ventajas y la medicina que ha avanzado. Antiguamente la diálisis era un proceso muy largo y fastidioso, hoy te puedes llevar la máquina a casa y hacer vida normal.

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