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La finca de Los Olivos paga 1.000 euros para recuperar los guacamayos robados de sus instalaciones

Cinco encapuchados se introdujeron a hurtadillas en el recinto a las tres de la mañana del martes de la semana pasada

Los guacamayos robados de vuelta en la finca de Los Olivos

Un robo, dos guacamayos y 1.000 euros de rescate. No es una película, son los acontecimientos que han vivido los propietarios del centro recreativo Los Olivos en la última semana. 

Los guacamayos están a salvo. Los propietarios del centro recreativo y cultural de Los Olivos pueden ya respirar tranquilos porque los dos loros robados la semana pasada ya se encuentran otra vez en sus instalaciones. Sin embargo, no ha sido un camino fácil llegar a este punto. Pagar un rescate de 1.000 euros (con negociación incluida), citar la recogida en un descampado durante la noche y encontrar a los pájaros metidos en una maleta de mano han sido los sucesos que se han producido en el último fin de semana. La realidad supera la ficción. 

Todo comenzó con el robo que tornó en secuestro. Cinco encapuchados se introdujeron a hurtadillas en el recinto de Los Olivos, ubicado en el barrio de Rosiana, a las tres de la mañana del martes de la semana pasada. Después de manipular las cámaras de seguridad para evitar ser grabados, capturaron a los dos loros amaestrados que había comprado la compañía apenas siete meses antes. «Entraron con las intenciones muy claras», expresaron desde el recinto una horas más tarde, con la casi certeza de que jamás volverían a ver a estos animales, que eran completamente dóciles debido a su adiestramiento. Afortunadamente no fue así. 

Los exóticos pájaros se encuentran otra vez a salvo en las instalaciones del recinto zoológico. Su secuestro duró apenas una semana, pero les pasó factura. Uno presentaba un golpe en la cabeza y en su cola apenas permanecía un pluma torcida. Ambos estaban sedientos y hambrientos en el momento del rescate y, según cuentan desde el centro, volaron hasta su cuidador en busca de protección y posiblemente consuelo nada más verlo. La policía ya conoce todos los detalles de su recuperación, que les relató la gerente de la finca, María Moreno. 

Según indica a este periódico, el viernes pasado recibieron «un chivatazo». Un vecino del barrio de Las Remudas descubrió el paradero de los guacamayos: estaban recluidos en un piso de la zona. Conocían la dirección exacta, por lo que «llamamos inmediatamente a la policía para que fuesen a buscarlos», relata la responsable. Los agentes se acercaron y solicitaron a los moradores entrar en la vivienda, pero se negaron y sin orden de registro tuvieron que marcharse. «Era tarde, así que nos dijeron que hasta la próxima semana -esta para el lector- no podían hacer nada, pero a nosotros nos daba miedo que hicieran algo a los guacamayos al haber tenido ya contacto con agentes policiales», explica Moreno. 

Por este motivo solicitaron al vecino que les avisó de la ubicación que ofreciera a los responsables del robo dinero para su recuperación. «Primero les propusimos un total de 500 euros, pero no respondieron y acabamos subiendo la oferta a 1.000 euros», añade la gerente, que afirma que acabaron aceptando esta segunda cantidad. «Nosotros se lo dimos al intermediario y cuando le llegó nos dieron una dirección para recogerlos», asevera. Finalmente uno de los empleados de la finca acabó acercándose en la noche del sábado hasta un descampado del barrio de Las Remudas, en donde encontró una maleta cerrada con los loros en su interior.

No estaban en buen estado, pero con el paso de los días y ya en la comodidad de su jaula recibiendo sus cuidados fueron recuperándose. «Ahora están bien, contentos», asegura la responsable, que añade que se acercó hasta las dependencias de la Policía el martes por la mañana para declarar sobre la recuperación de los loros. «No sabemos cómo procederán a actuar ahora. Me dijeron que la investigación estaba abierta y que se encargaba la policía judicial del caso», añade. Cabe recordar que los asaltantes no sólo robaron los guacamayos de la finca, también se llevaron cinco armas de airsoft y dinero recaudado por el circuito de minikart. Lo que preocupa realmente al cuerpo de seguridad son las armas -cuatro pistolas y un fusil- por la similitud que guardan con armas reales y la posibilidad de que sean utilizadas para atracar y coaccionar a otros ciudadanos. 

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