Un año del adiós del emperador de seda. Aquí está la deriva de la UD. De Quique Setién al fichaje de Emenike. El 18 de marzo de 2017, de manera urgente y ante el estupor general, Setién, ahora preparador del Real Betis, que lleva camino de clasificarse para Europa, anunciaba su salida de Las Palmas el 30 de junio, al término de la campaña 2016-17. Tras esa mañana, la UD solo ganaría un partido de Liga en el Gran Canaria -ante el Real Betis-.

Esa segunda vuelta del cuadro grancanario fue catastrófica -finalizó con 74 goles en contra-, las altas de Jesé y Alen Halilovic, sin el visto bueno del cántabro, fueron una ventana al despropósito. La UD acabó con 39 puntos y evitó el descenso gracias a su primera vuelta.

En una rueda de prensa en la que no admitió preguntas tras leer un comunicado, Setién anunciaba el final de su matrimonio con la UD -un 18 de marzo-. "Para todos ellos la ilusión se renovará en unos meses con la llegada del nuevo entrenador, como ya sucedió decenas de veces con anterioridad. Todo se convertirá con el tiempo en una anécdota más de la larga historia de la UD. Mi recorrido no ha sido muy largo, o quizá si, no lo sé, pero a mí me quedará el recuerdo imborrable de estos casi dos años que la UD me dejó disfrutar junto a ella. Por eso celebraré sus victorias y lloraré por sus derrotas", argumentó, notablemente emocionado.

Pero no fue así. En las últimas nueve jornadas, los amarillos solo sumaron un triunfo. Comenzó la tormenta perfecta. "He comunicado al presidente del club [Miguel Ángel Ramírez] y a toda la plantilla y compañeros del cuerpo técnico mi decisión de no continuar con las negociaciones de renovación y dar por finalizada mi relación al término de la temporada. Uno no sabe bien cuándo es el momento exacto para hacer o no pública una decisión que puede afectar en mayor o menor medida al futuro inmediato de la UD sin haber finalizado la temporada, e incluso, sin haber conseguido los objetivos. Pero una conversación con el presidente, horas antes del comienzo del partido contra el Espanyol, en la que me instó, con muy buen criterio, que respondiera con celeridad a la propuesta para que el club pudiera con o sin mí continuar su proyecto, fue lo que motivó mi respuesta en estos momentos", explicó en su escrito, el emperador de seda. Dejó un expediente de 78 partidos de amarillo -con 26 victorias-.

"Me consta que era el deseo de muchos aficionados que también reclamaban esa prontitud. Por lo tanto el sentido común sugería no esperar más y así no entorpecer al propio club la planificación de la temporada próxima, incluida la contratación del nuevo entrenador. Pensaba hacerlo al comienzo de esta semana pero he necesitado tiempo para escribir lo que estoy leyendo y también, por el importante partido de ayer [victoria ante el Villarreal] y el efecto negativo que hubiera podido producir. Creo además que prolongar esta situación puede afectar al rendimiento del equipo seriamente y a algunos jugadores de la actual plantilla que están a la espera de continuar o no su relación con el club (...) Desde que se iniciaron las primeras conversaciones allá por el mes de diciembre pensé que mi continuidad estaba asegurada, ese era mi deseo y creo que el club así lo pensaba también. Las diferencias hasta ese momento eran mínimas y solo era cuestión de tiempo llegar a un acuerdo. Posteriormente esas diferencias se han convertido en insalvables (...) No queda más que agradecer a Luis Helguera, Toni Cruz, Patricio Viñayo y por supuesto a presidente Miguel Ángel Ramírez, que me dieran la oportunidad de estar aquí".

De Márquez a Pako Kalamidad

La UD esperó a por De Zerbi hasta el último segundo. A una semana del inicio de la pretemporada, se optó por Manolo Márquez, el arquitecto del filial. Llegaba el técnico avalado por Tonono, director de Formación y Captación. Duró seis jornadas. Presentó su renuncia al no verse capacitado para liderar este proyecto. Estuvo acompañado por Juan Carlos Valerón. Las contrataciones de Vitolo, Jonathan Calleri, Rémy, Tannane, Ximo Navarro, Hernán Toledo, Chichizola...Era la UD más galáctica. "Tenemos la plantilla más cara de la historia", aseguró el presidente de la entidad, Miguel Ángel Ramírez.

Tras el fiasco de De Zerbi y la espantada de Márquez, llegó Pako Ayestarán -con el respaldo de la dirección deportiva-. Siete encuentros de Liga con un balance de seis derrotas y un empate ante la Real Sociedad. Fue destituido y se optó por la candidatura de Almirón. El preparador argentino no tenía el visto bueno de la RFEF por un tema de índole administrativo. En esa fase de búsqueda, Paquito Ortiz, sin la titulación, se hizo cargo de la nave y sumaría una victoria: ante el Betis de Setién.

El 26 de diciembre comenzaba el ciclo del camuflaje de Paco Jémez. La UD está seis puntos de la salvación, que la marca el Levante. Ahora sí hay un entrenador. En el mercado invernal, la comisión deportiva dio otra lección de incompetencia con el fichaje de Emenike -lesionado-. Superó el reconocimiento médico, en uno de los mayores misterios del deporte moderno. Llegaron Peñalba, Gálvez y Matías, fichados por Jémez. Setién nunca tuvo tanto poder. Peter Etebo sí está dando el nivel, como adquisición invernal. Pero Emenike y Ezekiel, dos altas bajo sospecha, retratan la inoperancia de una comisión de mando que celebró la marcha de Setién. El tiempo pone a cada uno en su sitio.