En la pinacoteca de los clásicos del Archipiélago, aquí está el lienzo del 'derbi del escándalo'. El diablo viste de negro y responde al nombre de Sagués Oscoz. Era la contienda del pánico y el colegiado se hizo con el Óscar de actor macabro. La UD no pasó del empate ante el Tenerife (1-1), en gran parte (prácticamente toda) por una acción para el espanto. Tiro de Malbasic y el balón se estrella en la cabeza de David García. El juez de negro pita penalti y roja para el capitán de Las Palmas. Ese fotograma desató la furia del dragón del Teide. Suso Santana batió a Raúl y estira su leyenda de maldito.

Araujo (18') había adelantado a los amarillos, Blum estrelló el cuero en el travesaño (62') y un cabezazo del Chino fue despejado sobre la línea de gol por Camille (63'). La piedad en un derbi tiene consecuencias. Contragolpe del Tete, Nano sale rodando por el suelo -tras un choque con Timor- y la mano que solo vio Sagués. Entre la amargura y la muerte del alma. En las últimas doce jornadas, la UD de los 19,2 'kilos' suma un triunfo. De 36 puntos en litigio, diez acaban en el zurrón. Han volado 26 unidades en 80 días negros. Pero al menos, Herrera dio con la ecuación mágica. Los extremos sí funcionan. ¡Aleluya!

Dos puñales

Este escudo está maldito. La maldición bíblica de los 1.000 días. El proyecto del Ferrari de los 19,2 'kilos' sigue metido en un bucle diabólico. La UD no supo mantener el nivel mostrado en el primer acto -las entradas de Tana y Mesa no surtieron efecto- y terminó pidiendo la hora. Acosta, en el segundo palo y sin oposición, malogró en el 95' la sentencia. Hubiese sido un acto de masoquismo. El cuadro amarillo firmó un gran tiempo, pero se fue derritiendo con el devenir de los acontecimientos. Faltó puntería, calma y temple.

Con Fidel Chaves y Blum de inicio, el tanto de Araujo (18') fue una salvación pero no se mató el partido. Del 2-0 al desastre. Este punto es insuficiente. Una victoria en doce jornadas. Pasó el clásico. Hay motivos para el llanto y el lamento. Pero restan 24 contiendas -72 puntos-.

La UD, con un Fidel pletórico, encarrilló el derbi de la depresión de forma magistral en un primer acto de ida y vuelta. Tensión, magia, patadas... La gasolina de los clásicos. Un misil de Nano, a los 38 segundos, fue el único acercamiento con peligro del Tenerife de Oltra en toda la primera parte. Congeló el tiro Raúl Fernández. Remate de cabeza de David García -salió desviado junto al lateral- y disparo de Blum, seco, que vuela por encima del travesaño.

En seis minutos, se vio más orden, rigor, atrevimiento y engranaje ofensivo que en las tres últimas jornadas (270' tirados a la basura). Con Fidel y Blum como reclamos, la UD escenificó una primera media hora de cine. Rubén Castro y Sergio Araujo ejercían de pistoleros y perros de presa en la presión. Timor y Galarreta gobernaban la medular. El bendito 4-4-2 escondía el elixir del Santo Grial. Velocidad, equilibrio y un Tenerife desbordado.

A los dos minutos, centro de Fidel Chaves y remate de Blum. Aviso de Galarreta y nueva llegada del alemán. Por izquierda y derecha. La UD fue un vendaval y en esa fase de furia, Malbasic recibía la primera amonestación (12'). Centro de Rubén y Araujo se quedó a las puertas de estrenar el marcador. Nuevo intento desde la izquierda de Blum y el cabezazo de Cala se marcha por encima del travesaño. En el 26', acción de genio de Fidel, que deja en evidencia a Camille. Centro de oro y Blum no acierta en el tiro. Araujo, en el segundo palo, besó la gloria. Un tanto para su hija Valentina. Tras el 1-0, Carlos Ruiz, de cabeza, agita el árbol. Llegadas de Bryan Acosta y Luis Milla. Con el viento a favor, los amarillos desertaron del derbi. Se desconectaron y los de Oltra dieron un paso al frente. Sin sufrir en exceso, la UD cometió el primer pecado. No aprovechar la ola de positiva. Una onda de euforia, que se apoderó de la grada. Pero en el 36', tras una patada del galo Camille a Galarreta, Acosta apareció por la escena y golpeó al centrocampista. Impasible, Sagués Oscoz no hizo justicia. Le salieron baratas al Tenerife las veinte faltas. Recurrió al juego subterráneo y llegó al descanso con fuelle. Final del primer acto y calienta Suso. Lo noticiable, un sideral Fidel, que deja en evidencia la ceguera de Jiménez y Herrera. ¿Por qué no jugaba el extremo onubense? Un misterio.

Falta de precisión y catástrofe

Rubén cae en el área tras un encontronazo con Jorge Sáenz. En el 56' aparece el enemigo público uno del Roque Nublo: Suso. Tiro de Araujo y despeja el meta Dani Hernández. Controla Araujo al borde del área y el envío a la izquierda no termina en la bota de Blum. Encuentro precioso, con dos rivales a corazón abierto. El tiro esquinado de Suso lo abortó Raúl Fernández con un paradón. En el siguiente fotograma, Blum estrelló el balón en el travesaño y el rechace terminó en la cabeza de Sergio Araujo a escasos cinco metros de la línea de gol. Camille salvó los muebles sobre la raya. Aquí estuvo la clave del derbi del escándalo. En la génesis de la acción que pudo ser el 2-0, Blum no presenció a Fidel, solo en el punto de penalti.

A falta de veinte minutos, el castillo de naipes amarillos saltó por los aires. Las apariciones de Tana -por Fidel Chaves en el 67'- y la de Maikel Mesa -por el Moña (76')- fueron una sentencia de muerte. Intranscendentes. La UD falleció en el 62', en el travesaño del arco de Dani Hernández. El resto de la película fue un despropósito. Araujo puso la poesía en la batalla del miedo. El 'Tete' se crecía, la desgracia tomaba cuerpo. La sensación de angustia no se esfumó. Mir se quedó en el banquillo. Un lujo inadmisible.

Nano, Malbasic y Suso personifican la ambición de la legión chicharrera. Como muestra de la errática línea visitante tinerfeña, solo hay que mirar sus cifras: cinco empates y siete goles en diez jornadas. Y ese sello temoroso, se hizo con el control del partido. No se sabe muy bien cómo, pero la UD fue devorada. Contragolpe del Tenerife y el tiro de Malbasic desde el corazón del área se estrella en la cabeza de David García. Penalti y roja -segunda amarilla-. La UD se queda con diez, el central de Maspalomas se marcha expulsado. Suso se estrena como realizador en un derbi, y en un acto de máxima irresponsabilidad, cruza la valla publicitaria de la Sur. Se abraza al sector blanquiazul, y se dispara la indignación.

El perdón y la responsabilidad

En ese tramo angustioso, Nano fue retirado por las asistencias médicas tras su encontronazo con Timor. Peñalba -300 días después- volvió a pisar el verde. Era al solución a un plantel que se desangraba. Timor se reubicó de central y solo quedó Sergio Araujo en punta. Se valoró inclusive la entrada de Deivid, pero hubiese sido delirante.

Un especialista como Raúl Fernández fue engañado por el trilero Suso. Letal y hambriento. Tambaleándose en el cuadrilátero, Acosta, sin marca y en el segundo palo, tuvo el 1-2. Cuatro años después, el derbi vuelve al Gran Canaria y termina en tablas. La herencia es catastrófica: una victoria en doce duelos en 80 días infernales. ¡Qué Dios se apiade de la UD! La maldición sigue su curso. Esclavos del dolor.

El clásico del escándalo deja el perdón del colegiado Sagués Oscoz como daño colateral. No sirve de nada. De cara a al visita al Córdoba de Aythami Artiles este sábado, Herrera encontró la ecuación más demoledora. Aguardaba en las botas de Fidel y Blum. Pero hay que gestionar de manera más efectiva el tramo final. Faltó precisión, una vez más, y llora el Roque Nublo. El Tenerife dejó patente su mediocridad. Y se estira la depresión. Menuda condena.