De los activos y valores que posee la UD Las Palmas hay uno que se revalorizó de manera notable en el tramo final de la última temporada, cuando el equipo amarillo como conjunto se hundía. Una lesión, una serie de desdichas a su predecesor y una oportunidad de Pepe Mel para ponerse bajo palos le abrieron la puerta de la titularidad a Josep Martínez (Alzira, Valencia, 1998). El guardameta valenciano aprovechó aquella ocasión para erigirse como una de las notas agradables en el final de la temporada, pero sobre todo para colocar su nombre en el fútbol profesional.
Y ese nombre, el de Josep Martínez, no pasa desapercibido en este mercado estival. Tanto que varios equipos de Primera División han tanteado la posibilidad de incorporar al portero a su disciplina, lo mismo que algún equipo del extranjero, en concreto desde Inglaterra. Sin embargo, la UD Las Palmas no está por la labor de dejar salir, aunque haya traspaso, a uno de sus futbolistas más apetecibles y de mayor progresión.
Este verano, con el paso al profesionalismo desde el filial, su contrato se amplió de manera unilateral por dos temporadas más -hasta junio de 2021-. Josep Martínez llegó a la UD Las Palmas procedente de la cantera del FC Barcelona para integrarse en el filial amarillo. Lo hizo con un contrato de tres cursos ampliable en dos más si la UD le daba un dorsal en el primer equipo, algo que le ha llegado este verano.
De cinco a diez millones
Este nuevo contrato guarda además un dato clave: su cláusula de rescisión pasa de 5 a 10 millones de euros, el doble. Un hecho que espanta a posibles clubes compradores porque esa la cifra a la que se remite la entidad amarilla cada vez que alguien ha sondeado la posibilidad de contratar al valenciano.
La explosión e impacto de Josep Martínez desde su llegada ha sido notable en el primer equipo amarillo. Le tocó sustituir a Raúl Fernández, tras Nauzet Pérez y su drama particular: siete goles recibidos en 96 minutos disputados después de la lesión del meta vizcaíno. En siete partidos, Josep Martínez encajó ocho tantos y dejó actuaciones de mérito que le han hecho posicionarse como un portero válido para asumir la titularidad esta temporada.
Algo que la UD Las Palmas tiene presente. El verano pasado, a petición de Manolo Jiménez, incorporó a otro portero más allá de Nauzet y Raúl Lizoain -que acabó por salir al Alcorcón-. Ese portero fue Raúl Fernández, al que la UD espera de vuelta a los entrenamientos la próxima semana. El guardameta vasco se recupera de una doble lesión (fractura desplazada proximal del quinto metacarpiano derecho y fractura de la rótula) y encara la recta final de su rehabilitación.
No obstante, la UD Las Palmas no vería con malos ojos una salida de Raúl Fernández. El cancerbero, canterano del Athletic Club, tiene cartel en LaLiga. Confirmada su madurez la campaña pasada, con un rendimiento superior al de la media, antes de la lesión atravesaba uno de los momentos más sólidos de su carrera tras su paso por Levante y Mirandés.
En la portería solo cabe uno y la UD Las Palmas está ante una desdicha: dar continuidad a la promesa o sostenerse sobre la experiencia de la veteranía. La primera de estas opciones gana peso en un equipo que no andará sobrado de bagaje profesional. De momento, el club grancanario ya ha evitado sentarse a negociar por Josep Martínez, hoy presente y futuro bajo la portería de la UD Las Palmas que monta Pepe Mel.
