La UD Las Palmas y Pimienta despiertan a tiempo (2-0)

El cuadro amarillo, sin Viera por indisposición y espesa durante una hora, reacciona con los cambios, gana con goles de Sandro y Paris Adot, en propia puerta, y mantiene el liderato Loren falla un penalti.

En una de las actuaciones más densas de la temporada en casa, la UD supo ganar. Nada nuevo, porque a ello se acostumbró hace ya tiempo. Gracias a que se impuso a la Ponferradina (2-0) mantiene el liderato y saca dos puntos al segundo, ahora el Levante, y tres al tercero, el Alavés, pero para ello necesitó despertar de un letargo que comenzó por la ausencia de Jonathan Viera por indisposición, continGarcía Pimienta con su elección de Kaptoum en lugar de trasladar a Moleiro al centro y plasmaron los futbolistas en el campo con una actuación poco fina en la mayoría de los casos. Cuando a falta de media hora el técnico reaccionó al poner al tinerfeño al mando e incluir a Sandro y Marc Cardona, y luego a Marvin, los goles cayeron casi por sí solos.

Así, el propio Sandro, en el minuto 75, y Paris Adot, en propia puerta sólo cuatro después, resolvieron un encuentro que se había puesto cuesta arriba y que pudo haber encarrilado Loren si no hubiera desperdiciado un penalti antes del cuarto de hora de juego. Amir se lo paró. Cualquier explicación del entrenador en la que asegurara que tenía pensado un plan de partido que se resolvería gracias a los cambios en la segunda parte no tendría cabida, porque él mismo había recetado idénticos ritmo, hambre y acierto que el equipo había mostrado ante el Lugo hace dos semanas para encontrar el éxito esta tarde. No fue así, pero todo sale al líder y eso es felicidad general. En reaccionar también está el acierto.

Ausencia de Viera

La ausencia de Jonathan Viera de la convocatoria supuso un shock, una estampida de guasaps que recorrió media ciudad y que provocó que el pueblo entrara un poco más triste al Gran Canaria, si no le animó a quedarse en casa al calor que no existió en Siete Palmas. Si sorprendió la baja del capitán fue porque García Pimienta había asegurado días antes que todos estaban disponibles menos Vitolo; cosas de entrenador, que sabía perfectamente que el jugador llevaba malo desde hacía tiempo y no terminaba de estar bien del todo. Se habrá levantado fatal. Pero no sólo impactó que no estuviera el líder del equipo, sino que la solución en el once fuera incluir a Kaptoum en lugar de trasladar a Moleiro al centro. El resto, lo previsto, con Loren en la punta del ataque.

El partido pareció repetir el guion del de la semana pasada en Leganés, porque la primera ocasión, y clara, volvió a ser para el rival. Además, de la manera más previsible en los folios del entrenador, con un balón ganado y entregado en profundidad a la carrera del delantero, en este caso Naranjo, que se plantó ante Valles perseguido por Coco y tiró algo forzado, con la zurda, a las manos del portero, otra vez salvador, aunque no tuvo que exigirse mucho (9').

Al menos, la oportunidad manifiesta de gol sirvió de motivo a los amarillos para activarse, y en esa subida de revoluciones Loren presionó tan bien a Amo en un inicio de juego desde atrás de la Ponfe que tocó la pelota justo el instante antes de que el central diese el pase para provocar un penalti que luego él mismo se encargaría de fallar. Iba tirarlo Pejiño, pero el marbellí le pidió permiso, se plantó delante de la pelota sin apenas coger carrerilla y tiró mal, a la izquierda de Amir, que le leyó la mente. El delantero se lo puso demasiado fácil.

Primeros pitos del curso

Las dos emociones fuertes en 11 minutos auguraban un partido abierto, alegre, por mucho que el fallo del penalti provocara una cierta depresión generalizada en Siete Palmas. Nada más lejos de la realidad. El equipo y la grada languidecieron hasta el punto de que Las Palmas fue incapaz de generar fútbol y el público se lo reprochó con los primeros pitos del curso, pocos y tapados por aplausos en un principio; algunos más y sin rebate después. Seguramente los silbidos iban destinados también al banquillo, donde García Pimienta no paraba de dar órdenes sin caer en la cuenta de que el fallo estaba por el centro.

En media hora de juego hasta el descanso la UD, impotente, espesa y sin fuelle, no creó peligro en la portería de Amir. Ante ese panorama Pejiño buscó el gol con dos disparos lejanos y desviados, mientras la Ponferradina, muy bien ordenada pero sin más recursos, vivía cómoda. Llegó incluso a inquietar a Valles con un centro-chut desde la izquierda que el sevillano tuvo que rechazar con las dos manos. No llegó más, pero tampoco le hacía falta. Con no sufrir en la casa del líder tenías bastante.

Algo debía rediseñar el entrenador si quería cambiar el partido en la segunda parte, pero no lo hizo y la UD arrancó con algo más de energía, pero igual de densa. Aún así, la sensación de dominio se acrecentó gracias al aumento del ritmo de juego, que sin ser brillante, había mejorado. El resultado fue que hubo más llegadas, pero el peligro no existía. Sergi Cardona, Loren y Pejiño buscaron el tanto con tiros lejanos y Kaptoum no llegó a golpear con la zurda en el área pequeña en la que fue mejor ocasión tras el penalti.

Reacción en el minuto 60

García Pimienta no reaccionó hasta que le sonó la alarma, es decir, en el minuto 60. Sandro entró por Kaptoum, muy discreto en su primera titularidad, y Marc Cardona por Loren, más que discreto. Moleiro, por fin, pasó al centro a hacer de Moleiro y de Viera, y por ahí debía comenzar el camino a la victoria en la última media hora. Diez minutos después, cuando la UD ya había dado un paso al frente y Sandro, Moleiro y Marc se asociaban para elevar la calidad, Marvin suplió a Pejiño. Era el elemento que faltaba al cóctel explosivo.

Y el fútbol volvió a premiar la coherencia que no había existido en los 60 minutos iniciales. En la primera acción del extremo, que recibió un pase enorme de Álex Suárez en profundidad, el futbolista cedido por el Real Madrid puso un centro raso al área que encontró Sandro para convertirlo en gol: balón a la escuadra después de que tocara en Paris Adot y locura (75').

En propia puerta

Ya daba igual todo lo anterior, más todavía cuando el mismo lateral derecho de la Ponferradina marcó en su propia portería el segundo tanto amarillo sólo cuatro minutos después. El infortunio para él no pudo ser mayor: desvió la pelota con la mano hacia su meta tras un balón colgado por Sandro en una falta lateral que había dejado de tener peligro (79'). Más fiesta entre los más de 20.000 seguidores que acudieron al Gran Canaria.

El tramo final transcurrió para la UD Las Palmas con el placer que debió haber sentido mucho antes, pero que se guardó para el final cuando el equipo fue más reconocible. Fabio y Óscar Clemente suplieron a Loiodice y a Moleiro, que se marchó ovacionado, y el choque llegó a su fin con la alegría amarilla.

Incidencias: partido correspondiente a la vigesimonovena jornada de LaLiga SmartBank, disputado en el Estadio de Gran Canaria ante 20.474 espectadores.

Suscríbete para seguir leyendo