La marcha de Jonathan Viera: 67 días de culebrón y el abrazo

Del último partido de Viera –8 de octubre– a su salida, hay más de dos meses de rumores y especulaciones

Sin relación con Pimienta, se quedó huérfano en un plantel con el míster

Paco Cabrera

Paco Cabrera

El serial de lo desconocido. Había que preguntar por Viera cada amanecer y en cada rueda de prensa –aunque les pesase a los voceros del club–. El capitán de la UD Las Palmas, Jonathan Viera Ramos, puso ayer fin al culebrón de los 67 días. Adiós a una trayectoria imponente (75 tantos), con dos ascensos a Primera (2015 y 2023), y dos traspasos (al Valencia CF por 2,5 millones y al Beijing Guoan por una cifra próxima a 20 kilos) para garantizar la construcción de la Ciudad Deportiva de Barranco Seco y la supervivencia de la entidad. El 8 de octubre, en el césped de La Cerámica, en la sufrida victoria ante el Villarreal CF (1-2), JV-21 escribió su último verso en el verde. Participó con quince minutos y mandó un balón al palo, acarició otro tanto bajo el desencanto. Fue preso de la desidia.

Más allá del comportamiento en su último acto de servicio, quedó patente la lejanía de García Pimienta. Se activa el reloj de un serial codificado. Sin episodios de violencia física, ni agresiones, el comportamiento de Viera en Villarreal le puso en la casilla de salida. «No volverá a jugar más, podrá entrenar y permanecer bajo la disciplina del club por su influencia histórica. Pero no disputará ni un minuto», la aseveración de un alto cargo, un día antes del pulso ante el Rayo en Siete Palmas (22 de octubre), se cumplió a rajatabla.

Tras la operación de la esposa del ‘21’ –de un cáncer–, el capitán viajó a Villarreal dejando de lado sus deberes familiares y personales. Lo hizo con la seguridad de que sería titular en La Cerámica. La segunda suplencia consecutiva, tras el UD-Celta, obedece al castigo de Pimienta por actos de rebeldía. No toleró la insistencia del jugador por explorar nuevas vías tácticas. Se activó la bomba. El comportamiento de Viera no fue ejemplar –el distanciamiento durante la charla de hidratación–.

El club se posicionó del lado del técnico: «Había que mantener el sentido de la autoridad»

Tampoco resultó productiva la falta de comunicación del técnico con el capitán. Se estaba gestando la salida forzada del mejor activo del siglo –por encima de la aportación de los Guayre, Valerón, Vitolo, David García, Nauzet Alemán, Aythami Artiles, Roque Mesa, Vicente Gómez, Marcos Márquez, Salomón Rondón...–. De la dimensión histórica y salarial de Viera no había precedentes. Su pulso con Pimienta estaba perdido de antemano. «Nos posicionamos con el entrenador, y el plan ha salido a la perfección. Le renovamos [al estratega barcelonés fue apremiado con una ampliación contractual en pleno culebrón] y el equipo ha ganado siete partidos. Contamos con 24 puntos y catorce por encima del descenso», inciden el club.

Xavi García Pimienta. | | QUIQUE CURBELO

Xavi García Pimienta. | | / QUIQUE CURBELO

Renovación y el fichaje de Richi (el coach), reconocido y elogiado por Kirian y los futbolistas cuando han pasado por sala de prensa. Era la construcción del postvierismo.

El presidente Miguel Ángel Ramírez anunció la paz, pero fue un tiro al aire. «Tarde o temprano Viera volverá a jugar en la UD comoantes». Siete jornadas, 67 días y la falta de explicaciones.

Una figura del calado de Viera, indiscutible hace semanas con la conquista del ascenso, cayó en un agujero negro. Hasta el punto, de que cada pregunta sobre el ‘21’, activó el modo insulto del entorno. Desde las redes sociales y por parte de profesionales del club, citar al inombrable [Viera] dio paso a una cascada de descalicaciones y faltas de respeto a periodistas.

El ‘21’ pasó de estandarte a figura decorativa sin una explicación por parte de la entidad

El capitán no estuvo a la altura, tampoco se disculpó –en ese clima de tensión por su tema personal–. A Pimienta, le faltó empatía con una figura que le salvó del despido en tres ocasiones. Helguera reforzó el posicionamiento del entrenador. El abrazo de ayer con Miguel Ángel Ramírez conforma un rayo de luz. El cariño que faltó. Un punto de cordura. A Viera le juzgará la historia. Alcanzar la condición de internacional y dejar más de más veinte millones de beneficios, bien vale un homenaje. Y un poco de respeto. Pimienta gana y el ‘21’ es eterno. Fin del serial.

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Recital ante el Celta -gol y asistencia- y declaración de intenciones. «Las etapas se acaban y la mía finaliza. Cada vez queda menos. Siempre que salgo al campo intento disfrutar. Pero me queda muy poco ya».  

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Suplencia en La Cerámica y cabreo. Viera no acude a la charla de hidratación y se queda solo en la medular. Su lenguaje corporal fue claro. Explota el culebrón. Máxima tensión. 

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Pimienta desliza que la ausencia de Viera ante el Rayo es cuestión suya. No detalla los motivos. Nunca lo hará. «Soy el entrenador y el que toma decisiones. Tengo muy claro cuando tomo una decisión por qué lo hago y siempre lo hago convencido de que es lo mejor (...) Y si alguien del club quiere hablar, por mí no hay ningún problema. El tema está zanjado, no voy a responder a ninguna pregunta más sobre Jonathan Viera». 

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Ramírez anuncia la paz en el caso Viera. Quedó en nada. La reconciliación de plástico. «Las cosas han vuelto al camino por el que tenían que ir. Creo que sí acabará la temporada (...) Tiene que seguir apoyando y disfrutando del proyecto, en el que ha sido importante. No tiene que irse. Empezamos otro ciclo». 

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Previa del partido ante el Getafe. Pimienta sigue sin ofrecer explicaciones sobre la ausencia de Viera. Se aferra al discurso del 27 de octubre. «No hablaré del tema». De forma educada, el preparador se desmarca de las conjeturas y rumores. 

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El último entrenamiento del ‘21’ en Barranco Seco. La soledad del Mesías. Un esprint, peto al suelo y la mirada atónita del coach Richi. El buque insignia del proyecto ultima la espantada. Adiós en silencio, sin muestras públicas de cariño del vestuario o de sus superiores. Deja un expediente con dos ascensos y una pasarela de magia. Su pulso con el club llega a su fin. 

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Resolución y rescisión. El mediapunta internacional anuncia su adiós. El martes comparece ante los medios. El icono del siglo, en pleno pulso con el míster, vacía su taquilla del estadio de Gran Canaria. Pacta la rescisión contractual y tendrá un homenaje ante el Barça, el próximo 4 de enero.  

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