Jaime Latre empaña el buen VAR de la UD esta campaña

Los errores al rectificar un penalti claro a Marvin en San Mamés o al no expulsar a Rafa Mir en Sevilla contrastan con los goles anulados a Samu en Vitoria o a Larsen en la Isla

El árbitro valenciano Martínez Munuera se dirige al monitor del VAR instdo por el aragonés Jaime Latre después de más de tres minutos de deliberación. | | LOF

El árbitro valenciano Martínez Munuera se dirige al monitor del VAR instdo por el aragonés Jaime Latre después de más de tres minutos de deliberación. | | LOF / Pablo Fuentes

El VAR perjudicó a la UD Las Palmas en San Mamés, pero a lo largo de la temporada su existencia le ha beneficiado más que perjudicado; al fin y al cabo, se trata de una herramienta que lo que pretende es hacer del fútbol algo mucho más justo siempre y cuando se aplique bien, lo que pasa es que los encargados controlarlo son seres humanos, árbitros en este caso que, a veces, lo utilizan tan mal que lo desvirtúan. Y cuando algo creado para ser justo pasa a ser todo lo contrario se convierte en un demonio.

Fue lo que le pasó al aragonés Jaime Latre anteayer en La Catedral pasada la media hora de juego. Sory Kaba ganó un balón por alto y originó una ocasión de gol en la que también participaron Munir y Marvin. El primero dio un pase en profundidad al segundo, que ganó la partida a Paredes y al central no le quedó otra que arrollarle. Penalti claro que pitó el valenciano Martínez Munuera, sin embargo, su compañero, sentado a cientos de kilómetros, en Madrid, frente a un sinfín de pantallas, iba a ponerle entre la espada y la pared.

Desde el mismo momento en que Jaime Latre, considerado por el estamento arbitral como uno de los colegiados más dubitativos de Primera División, llevaba alrededor de tres minutos en revisar la acción antes de llegar a una conclusión ya debió darse cuenta de que se trataba de una jugada denominada como gris, por lo que en ningún caso debía intervenir el VAR.

Tanto el técnico como la directiva optan por no alzar la voz en contra del estamento arbitral

Finalmente, bajo la presión de los aficionados del Athletic Club, Martínez Munuera acudió al monitor y no tuvo la personalidad suficiente para mantener su decisión. Suele pasar. Así, Las Palmas se quedó sin penalti y el cuadro rojiblanco celebró uno poco después sin injerencias externas por un agarrón, leve, de Mika Mármol, cuando el balón iba hacia otro lado, cuestión por la que a veces ese tipo de infracciones no son sancionadas. Aún así, la jugada era gris y en esa ocasión Latre sí actuó de manera correcta: no hacía falta ir al monitor.

La falta a Sandro

Hubo otras dos acciones polémicas, una posible mano de Araujo que tampoco tuvo rectificación porque no había ninguna imagen que demostrara claramente que le había dado, y una posible falta a Sandro previa al gol del Athletic Club que provocó muchas quejas en la UD, si bien para muchos la jugada genera dudas, por lo que era pertinente la no intervención del VAR. Pero si lo hubiera hecho no habría pasado nada, pero la herramienta era un demonio para Las Palmas en San Mamés.

Así, el gran fallo fue la rectificación de un penalti que era claro y que, por tanto, no contenía un fallo flagrante como para que el VAR tuviera que intervenir. No fue el único error grave de la herramienta en contra de la UD a lo largo de la temporada, ya que también tuvo que haber rectificado una tarjeta amarilla a Rafa Mir en el duelo del Sánchez-Pizjuán y convertirla en roja porque fue una agresión. Sin embargo, de la misma forma, Las Palmas es de los equipos que más conocen las bondades del videoarbitraje.

Gracias a él, dos goles de Samu Omorodion en Vitoria por fuera de juego no subieron al marcador, como tampoco otros dos de Stuani. En ese mismo partido, una mano de Araujo señalada inicialmente como penalti quedó en nada, como también otra de Perrone ante el Granada. Además, un gol de Douvikas validado fue anulado por falta previa a Mika Mármol. Quizá por eso en el club prefieren no protestar.

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Ramírez no está en el bando de la conspiración arbitral. El presidente de la UD, Miguel Ángel Ramírez, se desmarca de las críticas al colegiado Martínez Munuera y recuerda que el 1-0 de Unai Gómez llegó en el último segundo por una negligencia defensiva. «Es muy complicado cargar contra el árbitro, tú tienes que hacer tu trabajo y no te pueden ganar. No te pueden marcar en el último minuto (...) Pero cargar todo el partido en una apreciación arbitral; no me gusta (...) Puede existir falta previa, no podemos rearbitrar el partido. Yo creo que el árbitro como todos, tienen una labor muy complicada. Deben tomar decisiones de enorme responsabilidad. El VAR debe ayudar a corregir, si se equivoca...Toca asumirlo. Interpretamos que hay una falta y no la ve», valoró ayer en El Chiringuito. | P. C. 

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