El sueño de una noche de enero

La UD, con un primer tiempo sublime, gracias al rigor de Javi Muñoz y el talento de Sandro, desnuda las miserias del Barça

Fue un espejismo, luego llegó la reacción culé

Los jugadores de la UD festejan el tanto de Munir El Haddadi, a pase de Sandro Ramírez, que ponía a los amarillos por delante en el Gran Canaria ante el Barça. |

Los jugadores de la UD festejan el tanto de Munir El Haddadi, a pase de Sandro Ramírez, que ponía a los amarillos por delante en el Gran Canaria ante el Barça. | / JOSÉ CARLOS GUERRA

Paco Cabrera

Paco Cabrera

Con Cancelo lesionado y Xavi Hernández amonestado, todo parecía indicar que la UD aniquilaría al campeón de Liga cuando el vetusto marcador electrónico señalaba el minuto 20. Se trataba de clonar la hazaña firmada ante el Atlético de Madrid, el pasado noviembre, y estirar el éxtasis. Pero la exuberancia solo duró 45 minutos. Tras el descanso, el empuje culé fue un baño de realidad. Faltó oxígeno y un plan. 

Roja a la épica. Experimento Sinkgraven –lateral zurdo por la derecha–, penalti en el 92’, expulsión, cruento revés y nueva ración de crueldad extrema para la UD. De San Mamés a Siete Palmas. El Barça salió vivo del Gran Canaria (1-2) y se aferra a la lucha por la corona liguera con la agonía por bandera. En la contienda de los Xavis, Xavi García Pimienta versus Xavi Hernández, una parte fue para cada estratega. La partida de ajedrez de la posesión se decidió por una roja, un empujón y el giro radical de los acontecimientos.

Los amarillos deleitaron en el primer acto con una exhibición de Javi Muñoz, Mika Mármol y Sandro Ramírez. Con el tanto de Munir El Haddadi, la presión y precisión de los locales dinamitaron el ecosistema millonario culé. Ver al campeón de Liga sudar sangre y padecer en el partenón de Siete Palmas bien valía el precio de una localidad de Tribuna de 180 euros. Fueron 45 minutos deliciosos.

En el cierre de la primera vuelta, los isleños solo han recibido más de un tanto en el Bernabéu (2-0) y anoche con la visita de un gigante con un plantel tasado en 858 millones (1-2). El empujón de Sinkgraven a Gundogan provocó la pena máxima y la expulsión del lateral zurdo holandés, reubicado en la banda derecha por Pimienta por Álex Suárez.Si en la primera vuelta, los discípulos de Pimienta aplastaron al Barça, en la segunda parte, faltó oxígeno y un acoso infinito provocó el tanto de Ferran Torres, solo en el área. Un despeje se topó con la cabeza de Coco y fabricó el fotograma del empate.

Luego llegó el penalti. Segunda derrota consecutiva de la UD en este curso, tras la sufrida, también con polémica en el San Mamés ante el Athletic (1-0). En lo referente al patinazo ante los azulgranas, es la primera ocasión que un rival le remonta un tanto a la formación de Pimienta en este campeonato. Y lo celebraron como un Mundial de Clubes. La sinfonía que trituró la partitura de Xavi maravilló con la puesta en escena. Con el tanto de Munir, la UD manejó a la perfección los tiempos. Presionar de forma salvaje y dos remates de Sandro Ramírez que se toparon con Peña y el poste. Un fantástico primer acto, que forzó a los centrales azulgranas –Christensen y Araujo– a generar una tonelada de envíos en largo. Buscar las cabalgadas de Sergi Roberto y Robert Lewandowski. Un Barça fuera de sitio, desubicado y desconectado.

Los cambios amarillos no dieron el empuje preciso para contener a un campeón de Liga desatado desde el 46’

La muestra del grado de desesperación, la doble amarilla para Sergi Roberto y Xavi Hernández (19’). Taconazo de Sandro (37’) y un ridículo espantoso. La sensación de peligro visitante solo quedó registrada con el control de Sergi Roberto al borde del área.Nada más. Sueños de leyenda. Un equipo amarillo que taponó con una devoción religiosa las embestidas de Balde y Raphinha.

De la lesión de Cancelo a un cortocircuito en la medular. Lewandowski estaba de turismo y SR-9 probó fortuna por tercera ocasión desde un lateral. Guiño a la genialidad. Ni un disparo a puerta en 45 minutos. El frente ofensivo de los 270 millones había quedado reducido a cenizas por la exuberancia de Mika Mármol. El zaguero catalán participó en el 1-0 y se alineó a la perfección con Saúl Coco y Álex Suárez. Pero todo saltó por los aires en el segundo tiempo. El Barça recuperó el control y terminó bombardeando el arco de Valles como ya hacieron el Athletic, Alavés o el Cádiz en Siete Palmas.

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El pulso UD-Barça del 4-E significó el reencuentro de García Pimienta con Xavi Hernández. Además, el técnico de la UD se saludó de forma afectuosa con Sergi Roberto, Ronald Araujo, Oriol Romeu, Balde e incluso Yamal. En plena sintonía, entre los dos equipos técnicos, los asistentes de Pimienta también mostraron su simpatía con los de Hernández. Había un pasillo sentimental entre los dos banquillos, como si tratase de un encuentro festivo. Incluso, el delegado de la UD, Rubén Fontes también se saludó de forma afectuosa y luego se retrató con su homónimo del Barça, el veterano Carles Naval. Ferran Torres, tras pasar por la zona de entrevistas, en el césped, mantuvo una conversación con Kirian Rodríguez y Mika Mármol también hizo público su admiración por sus excompañeros de la formación culé. | P. C.

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