El derbi que incendia una Isla y que señala a García Pimienta

Las miradas tras una nueva derrota en Tenerife, esta vez en Copa, apuntan mayormente al entrenador, cuyas decisiones no contribuyeron a que la UD pasara, sino todo lo contrario

Xavi García Pimienta (centro) se retira a la zona de vestuarios del Heliodoro Rodríguez López tras la derrota de la UD en el derbi copero, el domingo. | | CARSTEN W. LAURITSEN

Xavi García Pimienta (centro) se retira a la zona de vestuarios del Heliodoro Rodríguez López tras la derrota de la UD en el derbi copero, el domingo. | | CARSTEN W. LAURITSEN / Pablo Fuentes

Que Xavi García Pimienta no sabe lo que es un derbi ha quedado patente ya después del sonrojo del pasado domingo en el Heliodoro Rodríguez López, donde perdió su cuarto partido frente al CD Tenerife (2-0) en poco más de un año y medio, el tercero en el recinto de la calle San Sebastián. Delante de 500 aficionados amarillos que se gastaron el dinero para trasladarse a la isla vecina y regresar a sus casas alrededor de las tres de la mañana del día siguiente, la UD Las Palmas no estuvo a la altura. No compitió salvo un rato en la segunda parte y el cuadro blanquiazul le pasó por encima, sobre todo en la primera mitad. Al menos, el técnico lo reconoció, pero no asumió ninguna responsabilidad, sino todo lo contrario: culpó a los jugadores por su actitud. De alguna manera, les echó a los leones. Sin embargo, la reacción de la gente en Gran Canaria evidencia que las miradas van mayormente dirigidas en una dirección: el banquillo.

Porque el técnico catalán, con la excusa tan manida de que sus futbolistas no están para jugar dos partidos en tres días, sacó un once que él mismo sabía que era muy limitado, incapaz de poder ejecutar el juego que habitualmente hace el equipo. Sólo con la inclusión de una línea de centrales con Álex Suárez y Juanma Herzog, cuyo fuerte no es la salida de balón, con Mfulu por delante, que es un espectro de lo que era y que, en cualquier caso, siempre destacó más por su capacidad destructiva que por la constructiva, basta para entender que la UD no pudiera siquiera avanzar.

Y como Las Palmas no aboga por los balones en largo porque así lo impide su filosofía, se enredó en mil pases entre la defensa y Aarón que lo único que hicieron fue facilitar al Tenerife la presión y la salida en velocidad. Si a todo ello se le suma el pasotismo de los protagonistas en el campo, el nulo trabajo que realiza el cuerpo técnico en las jugadas a balón parado –en un córner llegó el primer tanto a los cuatro minutos–, la inmadurez de Araujo –expulsado por un cabezazo a Nacho cuando mejor estaba la UD– y la motivación extra de un rival que se toma los derbis más en serio, sale un cóctel molotov cuya consecuencia fue la prevista por muchos antes del choque.

El catalán demostró no saber aún lo que es un derbi y apuntó a los jugadores con nula autocrítica

Lo malo de los discursos que salen de carrerilla porque es lo que hay que decir es que cuando la práctica no se ajusta a las palabras la afición es lo suficientemente inteligente –esto algunos todavía no lo saben– como para que te señale. Las contradicciones de García Pimienta llegaron a un punto insostenible con la caída en el derbi. Dijo que tenía «mucha ilusión por la Copa» y que sacaría un equipo «muy competitivo». La realidad es que no, y el técnico lo sabía.

La sorpresa

Tanto era así que al término del encuentro llegó a decir que si «hubiera tenido el mismo tiempo que el Tenerife» para preparar el partido «habría puesto otra alineación», cuando su mensaje es que cualquiera que ponga es capaz de rendir al mismo nivel que el titular. Por tanto, el entrenador sabe que ayer no puso a su mejor equipo cuando quedaban seis días por delante para la visita del Villarreal.

Por si fuera poco, el barcelonés sorprendió a todos el mundo con la inclusión de Abu Bassinga, un jugador que milita en el juvenil y ni siquiera ha pasado por el filial. El técnico debió de pensar que ganar en el Heliodoro con un chaval de la cantera llegado en patera a Gran Canaria sería un motivo de aplauso, y también de cierta mofa, pero lo único que hizo fue echar al joven a los leones cuando no le tocaba. Apareció muy poco por el centro del campo, vio una tarjeta y luego pudo ser expulsado. Fue sustituido en el descanso.

La reacción de García Pimienta, sin embargo, no fue poner a un interior titular cuando el equipo perdía 2-0 y necesitaba remontar, sino bajar a Cristian Herrera a esa posición para poner a Benito en la banda izquierda. Kirian y Moleiro, dos de los fijos y que podían cambiar la tendencia, sólo actuaron durante algo más de 20 minutos, demasiado poco, y Sory Kaba, el gran perjudicado de las decisiones desde el banquillo porque era una isla en una UD sin juego, fue sustituido en los mejores momentos de los amarillos –de rojo en el Heliodoro–, en una nueva demostración de que el catalán no cuenta con él y prefiere su marcha en este mercado invernal.

Curiosamente, dos de los hombres fuertes de García Pimienta en el vestuario como son Mika Mármol y Munir no participaron ni un sólo minuto, si bien el delantero había salido tocado del choque ante el Barça, aunque estaba en condiciones de jugar algo, como sucedió en Tudela. No era el momento de exponerlos en un partido desastroso. Sólo la ausencia de Sandro, más propenso a lesionarse que el resto, estaba justificada, pero por lo demás, las decisiones del técnico dejaron a las claras que la Copa del Rey, el contrario de lo que afirmara en la previa, le importaba muy poco.

Nada de lo que haya hecho en el derbi empaña el gran trabajo del estratega en una UD con una identidad clara, que compite en la mayoría de los partidos y que fue capaz de llevar al límite a algunos de los grande del campeonato, pero quizá por la buena clasificación liguera al término de la primera vuelta –25 puntos en 19 partidos– era un buen momento para intentar llegar lejos en la Copa, como hizo Osasuna el curso pasado. Para desgracia de la afición, el entrenador no lo creyó así.

Por todo ello las miradas tras un nuevo descalabro en Tenerife van dirigidas al entrenador por mucho que él las evite. También a algunos jugadores, y de la misma forma, a Luis Helguera y a Deivid, los encargados de confeccionar una plantilla que hace aguas por todos lados más allá del equipo titular y de dos o tres jugadores más; y también a Miguel Ángel Ramírez, que no sólo no quiere gastar, sino que presume de ello: reveló a finales de diciembre que gasta alrededor de 27 millones en la plantilla cuando podría gastar 35,2. Los éxitos y los fallos, de todos.

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La UD Las Palmas entrenó ayer después de regresar de Tenerife tras la caída en los octavos de final de la Copa del Rey y hoy disfrutará de una jornada de descanso. Los castigos cuando las cosas no salían bien, más todavía cuando la actitud no era la óptima, como sucedió en el Heliodoro Rodríguez López, quedaron para otros tiempos. Así, el cuadro amarillo regresará a los entrenamientos mañana (11.00 horas) en Barranco Seco, donde también se ejercitará el jueves y el viernes antes de recibir el sábado (13.00) al Villarreal CF en el Estadio de Gran Canaria. Se da la circunstancia de que ambos equipos amarillos cayeron eliminados del torneo del KO por equipos de inferior categoría. En el caso del Submarino, fue el Unionistas de Salamanca de Primera RFEF el que le apeó ayer en la tanda de penaltis el partido fue suspendido el domingo por falta de suministro eléctrico en el estadio. Cabe destacar que García Pimienta recupera a Araujo y a Marvin, y que pierde a Sinkgraven por su expulsión frente al FC Barcelona el pasado jueves. | P. F.

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