¡Vitamina B12, contra la fatiga y el mal humor! Descubre todos sus beneficios

La vitamina B12 ayuda contra la fatiga y el mal humor. También conocida como cobalamina, es esencial para el funcionamiento del cuerpo. Aunque se necesita en cantidades mínimas, desempeña un papel crucial en diversas funciones, incluida la formación de glóbulos rojos, el mantenimiento del sistema nervioso y el metabolismo celular.

Ayuda a prevenir la anemia megaloblástica, que puede causar fatiga y debilidad. Además, contribuye a la salud del sistema nervioso, reduciendo el riesgo de neuropatía y deterioro cognitivo en adultos mayores. También es importante para la síntesis de ADN y ARN, lo que favorece la división celular y el crecimiento.

La cantidad diaria recomendada de vitamina B12 varía según la edad, pero se recomienda que su consumo ronde los 2,4 microgramos al día. No obstante, estos requerimientos pueden variar no sólo por la edad, sino también por estar embarazada, en periodo de lactancia o padecer enfermedades como la de Crohn.

¿Qué alimentos son ricos en vitamina B12?

Para prevenir la deficiencia de vitamina B12, es importante incluir en la dieta alimentos que sean buenas fuentes de esta vitamina. Estas son las mejores opciones para tener unos niveles adecuados de esta vitamina:

• Carne de res: excelente fuente de vitamina B12, sobre todo la magra.
• Aves de corral: pollo y pavo.
• Pescado: salmón, trucha, atún y sardinas.
• Productos lácteos: leche, queso y yogur.
• Huevos: son una gran fuente de proteínas y vitamina B12.
• Alimentos fortificados: muchos cereales, leches vegetales y productos veganos están fortificados con vitamina B12 para personas que siguen dietas vegetarianas o veganas.

Aparte de consumir alimentos ricos en vitamina B12, también se recomienda evitar el consumo excesivo de alcohol y no fumar, ya que estos hábitos pueden interferir con la absorción de la vitamina B12.

Los síntomas de deficiencia de vitamina B12 pueden variar desde fatiga y debilidad hasta problemas neurológicos graves. Algunos de los síntomas más comunes incluyen fatiga, debilidad, palidez, entumecimiento u hormigueo en las extremidades, problemas de equilibrio y coordinación, cambios en el estado de ánimo, problemas de memoria y dificultades para concentrarse.