San Bartololomé de Tirajana

Isabel Florido, la canaria que tradujo para Mariano Rajoy

Fue intérprete del entonces vicepresidente del Gobierno de Aznar en 2002 y hoy se ha reconvertido en profesora de yoga y pilates en un hotel del Sur

Isabel Florido Mayor (Las Palmas de Gran Canaria, 1969) ha formado parte fundamental del desarrollo del servicio lingüístico de la Zona Especial Canaria, trabajo que le permitió ser la traductora de Rajoy durante una cumbre europea en Canarias. Ha trabajado como formadora en idiomas, como intérprete en decenas de congresos, como traductora de libros y ahora dedica su vida al yoga, el pilates y la meditación.

El empeño de su padre por poner en casa vinilos en alemán, ruso y francés, además de contratar a un profesor particular de inglés, despertó en ella un notable interés por los idiomas que la llevó, con apenas 16 años, a estudiar el COU en Estados Unidos, una inmersión lingüística y cultural que la animó a continuar con sus estudios fuera de Gran Canaria. La canaria Isabel Florido Mayor se formó en Granada, Londres, Lyon y París como especialista en lenguaje económico-jurídico, ejerció durante doce años como profesora de la ULPGC, fue responsable de la creación del servicio lingüístico de la Zona Especial Canaria (ZEC) a principios de los 2000 y su experiencia la condujo a ser en 2002 la traductora oficial de Mariano Rajoy, por entonces vicepresidente y ministro del Interior del Gobierno de Aznar, en una cumbre europea celebrada en Lanzarote. Hoy, Isabel ha reconducido su vida profesional y ejerce como profesora de yoga, pilates y mindfulness en un hotel de cinco estrellas en San Bartolomé de Tirajana.

Isabel Florido traduce a Mariano Rajoy y al expresidente chino Jiang Zemin.

Isabel Florido traduce a Mariano Rajoy y al expresidente chino Jiang Zemin. / Cedida

«Con 16 años yo solo quería conocer mundo», relata, y por eso convenció a su padre para que le permitiera marcharse a estudiar a EE.UU. Al año volvió a la isla, pero movió sus hilos para poder seguir estudiando fuera. «Me gusta mi tierra, me chifla y estoy orgullosa de ser de aquí, pero el mundo es demasiado grande», señala. Logró matricularse en la Universidad de Granada y cursó dos años de Erasmus, uno en Londres y otro en Lyon, además de un máster en La Sorbona. Trabajó además para la fusión Volvo-Renault, aunque nunca se materializó.

En 1994, a sus 24 años, Isabel regresó a Gran Canaria y logró, muy joven, una plaza en la Escuela Universitaria de Traductores, posterior Facultad de Traducción e Interpretación de la ULPGC, donde impartía hasta once asignaturas. Ya como docente recibe en el año 2000 una beca Innova para materializar la tesis doctoral ‘Estudios de las exigencias comunicativo-lingüísticas para el desarrollo de la Zona Especial Canaria’ y con ello se encarga de impulsar el servicio lingüístico de la ZEC -donde trabaja diez años- a través del desarrollo de un glosario multilingüe de terminología económico-jurídica y fiscal sobre el REF, el REA y la RIC. «Fue un proyecto precioso porque empezamos a tener una equivalencia de términos jurídicos y fiscales para vender una zona fiscalmente diferenciada a potenciales inversores europeos», señala la traductora. Al estar en la ZEC, Isabel surtió de servicios de traducción a organismos como la Autoridad Portuaria de Las Palmas o Escoex pues el glosario creado previamente se convirtió en una herramienta básica en cuatro idiomas: español, francés, alemán e italiano.

Cumbre europea

Precisamente por su experiencia profesional y su permanencia en la ZEC, Isabel fue propuesta para ejercer como traductora e intérprete de Mariano Rajoy -en inglés y francés- durante la Cumbre Ministerial ASEMsobre cooperación para la gestión de los flujos migratorios entre Asia y Europa, celebrada en abril de 2002 en Lanzarote en el marco de la presidencia española de la Unión Europea en aquel año.

Isabel colaboró con Rajoy en una cumbre internacional sobre flujos migratorios en Lanzarote en 2002

«El trabajo fue duro y muy intenso porque era intérprete de compañía, es decir, casi las 24 horas estaba con Rajoy y la traducción podía ser bilateral, simultánea o consecutiva y en dos idiomas», señala Isabel, «fue un reto, pero también fue muy enriquecedor, fue un salto cualitativo en mi experiencia profesional». «Hasta ahora, esta misión es mi trabajo más visible y destacado a nivel internacional», añade.

A título personal, Isabel se llevó una grata sorpresa y experiencia. «Rajoy es una persona educadísima y super amable, yo no sabía quién de los dos era el intérprete porque me trató como una igual hasta el punto que sentí que me ayudó; se creó un binomio ideal entre intérprete e interpretado, porque si el que crea el mensaje no te facilita el canal, el intérprete, por muy bueno que sea, no está vivo. Y con Rajoy el mensaje fue fluido», relata.

Pero también hubo momentos de no traducción. «Aprendí una barbaridad; me sorprendió su diligencia y meticulosidad para trabajar, pues cada mañana con su equipo de prensa sabía qué pasaba en todo el mundo», rememora. «Me dio un consejo: la felicidad son encuentros, momentos, y los toros se ven mejor desde la barrera», cuenta la intérprete, «tenía a mi lado a un señor que con el tiempo fue presidente del Gobierno pero que no era ambicioso; era un ser diligente y coherente en la forma de trabajar, no improvisaba nada». En aquella cumbre se creó tal vínculo entre ambos que Rajoy la llamó para felicitarle la Navidad, aunque ya no lo hace. «Ya no mantenemos contacto, admito que yo tampoco fui muy perseverante», reconoce.

Isabel Florido al término de una clase de yoga en el hotel Paradisus Gran Canaria.

Isabel Florido al término de una clase de yoga en el hotel Paradisus Gran Canaria. / Juan Castro

Con toda esta experiencia en su mochila, Isabel considera que «los canarios no hemos hecho mucho más por tener muchas limitaciones, por nuestra historia, por nuestra educación y por la lejanía territorial, pero tenemos un espíritu de superación brutal». La experiencia profesional de Isabel ha girado también como formadora en idiomas en Kinross, una empresa minera canadiense con sede en Gran Canaria, como traductora de libros y como intérprete en decenas de congresos de oceanografía, educación o logopedia, entre otros.

Curiosamente, en un destino como Canarias, Isabel no ha formado parte del servicio de traducción en foros turísticos, un sector al que llegó hace apenas tres meses como profesora de yoga, pilates, mindfulness y meditación en el hotel Paradisus Gran Canaria, antiguo Tamarindos, que la cadena Meliá reabrió en marzo tras realizar una inversión de 43 millones de euros y reconvertirlo en un cinco estrellas lujo con el que ha implantado en Europa su marca de lujo caribeña.

Pero su inmersión en el yoga llegó mucho antes, pues comenzó su formación en el 2004 y desde entonces no ha parado de estudiar. «Soy muy cursillista», reconoce, «me quedé tan impactada con esa filosofía que se convirtió en un estilo de vida; siempre sentí una inclinación hacia estas disciplinas». Tras sufrir un problema médico poco después del confinamiento, decidió dedicarse en cuerpo y alma a estas disciplinas: puso en marcha la iniciativa Yoga for friends para dar clases en El Confital tras el confinamiento y además ha abierto Baransu Studio en el bajo de su casa. «El dolor es un conductor de conciencia», señala, «ahora no sé si lo que enseño es lenguaje o cuerpo, porque el cuerpo es un lenguaje; ahora comparto una manera de ver el mundo». «He saboreado un plato exquisito y ahora solo necesito decirle al mundo que también lo pruebe».

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