Sé que a veces tengo que esperar hasta que me llegue mi momento.

Y cuando al fin me llega, parece escurrirse entre mis dedos, oasis de mi desierto caminar.

Nos encontramos muchas veces en lugares que parecen hechos a medida para conocernos aún más,

pero cuanto más lo hago,

más me pierdo en tu mundo.

Tus ojos me dejan helado cuando en tu mirada me interpongo,

y tus labios me queman cuando me dicen “te quiero”.

Palabras llenas de intensos sentimientos que colman mi corazón.

Las estrellas se vuelven más brillantes, el cielo más azul, y el día más claro cuando tú sonríes.

El día es eterno cuando el reloj se para porque sabe que aún falta para acercarme otra vez a ti.

Y cuando a ti llego, romperlo en mil pedazos quiero, para que cada minuto me sepa a una vida junto a ti.

Ahora no hables más, no llores en mi hombro, no me digas te quiero.

Sólo has que me inunde en alegría, y dime que si.

Que si a la vida, a la esperanza, a la ilusión.

Si, simplemente esa palabra y seré feliz.

Yo te digo sí. Que si que te quiero, que si que estaré siempre aquí y tú junto a mí, que si que te añoro cuando no estás cerca, que sí que mejorará todo, que sí, siempre que sí.

Cierra tus ojos, que descansen, ellos no deben llorar más.

Que paren, quiero hacerlos parar. No puedo prometerte que seré capaz de conseguirlo, pero si por ello, he de morir en el intento, no dudes que lo haré.

Todo porque mis ojos, no vean a los tuyos llorar más.

Que brillen, que están hechos para hacerlo... radiantes,... eternamente... por siempre...