Flujo migratorio | Las cifras del fenómeno

Canarias repatria a ocho de cada diez migrantes que entran en el CIE

Solo el 15% de los internos en Barranco Seco acaba en libertad

En 2022 no se realizó en el centro ninguna prueba de determinación de edad a menores

Salvamento Marítimo rescata a 53 migrantes en un cayuco al sur de Gran Canaria

Salvamento Marítimo rescata a 53 migrantes en un cayuco al sur de Gran Canaria / BORJA SUAREZ

El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barranco Seco en Las Palmas de Gran Canaria, el único activo en las Islas, presenta uno de los mayores ratios de retorno de todo el país. El 82,54% de los internos del centro acaba repatriado, lo que se traduce en que ocho de cada diez migrantes termina siendo expulsado. Así se desprende del último informe sobre los Centros de Internamiento para Extranjeros que publica cada año el Servicio Jesuita a Migrantes. «El porcentaje de devoluciones efectivas desde el CIE canario está muy por encima de la media que se sitúa en un 53%», aclara el responsable del informe, Josep Buades.

Los datos canarios se alejan de la realidad en el resto del estado donde casi la mitad de las personas internadas, el 45%, fue puesta en libertad. Ese porcentaje se reduce hasta el 15% cuando se analizan los datos del centro ubicado en Barranco Seco. En 2022 fueron internados 2.276 personas en los centros repartidos por todo el país, 461 lo hicieron en el centro de Las Palmas de Gran Canaria. De ellas, 368 salieron del CIE por expulsión y 15 por devolución debido a la violación de prohibición de entrada. En total de personas internadas en las Islas, representa el 20,25% del total, convirtiéndose en uno de los CIE con más actividad junto a los centros de Madrid, Valencia y Barcelona.

Buades vincula los datos a las nacionalidades de los internos, la mayoría eran marroquíes y senagales por lo que, según apunta, «hubo más facilidad para repatriarlos». «Marruecos desde abril de 2022 readmitió a sus nacionales y eso se observa en las cifras», explica.

De paso

Otra diferencia notable entre Canarias y el resto de comunidades es que en el centro canario el 95,44% de los internos entró bajo la causa de «devolución por entrada ilegal en patera». «En el Archipiélago los internos son recién llegados, mientras en el resto de España son personas que pueden llevar meses o años», añade el responsable del informe, quien añade que esto provoca que el CIE «sea de paso».

Esto también se aprecia a la hora de analizar la duración media de los internamientos por CIE. La ratio mayor de retornos desde Las Palmas de Gran Canaria coincide precisamente con la menor duración de los internamientos, que el informe cifra en 23 días de media. Al analizar todos los centros destaca que el canario está por debajo del promedio que se ubica en 30,2 días.

Las personas retenidas pasan de media 23 días en las dependencias del Ministerio del Interior

Para Buades también es destacable el hecho de que en 2022 no se haya practicado ninguna prueba de determinación de edad en el CIE de Barranco Seco. «O bien funcionó perfectamente la observación en las primeras horas de detención en los CATE o los jóvenes prefirieron no manifestar su minoría de edad», reflexiona el responsable del informe.

Desde el Servicio Jesuita a Migrantes califican de «fracaso» la institución del internamiento y animan al Ministerio del Interior a convertirlo en una «medida residual» para casos excepcionales. «Cuanto más conozco los centros, más me convenzo de que no deberían existir», reconoce Buades.

Para el responsable del informe una «institución tan dolorosa» debe humanizarse. Además, según sus palabras, se trata de una institución «gravosa» para el bolsillo del contribuyente.

La organización responsable del documento denuncia que las diferencias entre los centros de internamiento implican desigualdades en la garantía de ciertos derechos debido a que cada director de centro es responsable de elaborar las normas. «Le pedimos a la Dirección General de Policía que armonice las normas para que no se produzcan diferencias significativas», reclama Buades.

En el documento también se incluye un estudio sobre salud mental en el internamiento dirigido por la profesora doctora de la Universidad de Sevilla, Virginia Paloma, del que se desprende que siete de cada diez personas internadas manifiestan síntomas de ansiedad o depresión siendo común la sensación de sentirse solo, atrapado, inquieto, con preocupaciones en exceso y con dificultades para dormir. Lo que significa que el proceso de internamiento genera en sí mismo un proceso de deterioro de la salud mental.

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