Hadj Ahmed: «Marruecos tendrá que demostrar hasta dónde quiere encajar este modelo»

¿Qué avances se han alcanzado en este último año en el proceso que defiende el MSP?

El mensaje de paz y conciliación que estamos difundiendo está calando para intentar cerrar el círculo de desastres que vive el pueblo saharaui. La gente está harta de la guerra, son 50 años de vida en el exilio o en los campamentos, y tenemos derecho a recapacitar y ver las soluciones tangibles y posibles. No se puede continuar por el camino de las guerrillas frente a un adversario al que nunca podrás ganar y que tiene alianzas internacionales sólidas, por lo que hay que negociar con él antes de que sea demasiado tarde. El planteamiento es de sentido común porque después de haber estado en el Polisario y soñar con entrar sobre un tanque en las ciudades ya eso pertenece a la fantasía, algo que no se puede vender a un pueblo.

¿El Sáhara está preparado para un estatuto de autonomía tan ambicioso como el que propone el MSP?

¿Por qué no? Los tiempos cambian y Marruecos está en un proceso de imitar a las monarquías parlamentarias. Esta es una prueba para el sistema marroquí para saber hasta qué punto está dispuesto a encajar un modelo como este.

¿Pero cree que Marruecos le puede ofrecer suficientes garantías para cumplirlo?

Las garantías tienen que ser internacionales, más allá de las garantías que pueda ofrecer Marruecos. Creo que la combinación de ambas es suficiente para probar ese camino. Yo no descarto nada, pero tengo confianza en que Marruecos, después de 50 años de conflictividad e inestabilidad, asuma un proyecto como este. La pelota está ahora en su tejado.

Estamos ante una propuesta que va más allá del plan de autonomía lanzado por Rabat en 2007 ¿no?

Tampoco se aleja mucho. Ellos hablan de una propuesta amplia, sería cuestión de explorar esos caminos, de ensanchar la propuesta y estirarla hasta dónde se pueda llegar.

¿Argelia y el Frente Polisario condicionan este estatuto que propone el MSP?

Hay una confrontación larga entre Argelia y Marruecos desde antes del conflicto saharaui. El Polisario es un elemento útil para mantener esta disputa y, al mismo tiempo, supone una camisa de fuerza para el propio Polisario  si quiere arriesgarse a salir de la tutela argelina. El hecho de que nosotros no dependamos de esa tutela nos da un margen de libertad para aventurarnos en estos terrenos que son delicados. Estamos convencidos de que si esta propuesta madura y tiene recorrido el Polisario perdería la mayoría de sus simpatizantes, también en los campamentos de refugiados, porque la gente está buscando cualquier excusa para salir de ahí.

¿Le trasladarán la propuesta al enviado especial de la ONU?

Ya le hemos trasladado que estamos dispuestos a entrevistarnos con él y a prestarle nuestra ayuda. Somos los únicos que pueden ayudarle a evitar el fracaso. Que nos dé una oportunidad que no sea ni en Marruecos ni en Argelia, sino en Madrid o en Nuakchot. También tenemos derecho a opinar sobre este conflicto.

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