El Carnaval y las mascaritas regresan a la calle a ritmo de batucada

A ritmo de cumbia, la carroza inclusiva del Carnaval -adaptada para personas con movilidad reducida y para otras personas con discapacidad- abrió el pasacalles en el que Daniela Medina, la reina, desplegó las alas de su fantasía Abrazando un sueño, de Juan Carlos Armas. La joven, carnavalera de cuna, llevaba deseando este momento muchos años, prácticamente desde que su hermana fuera coronada en 2007. «Ni me acordaba de lo que pesaba el tocado», reconoció entre nerviosa y entusiasmada con el ritmo de la batucada Samba Isleña. Al fin y al cabo, como ella misma reconoció, «sarna con gusto no pica, estoy contentísima de estar aquí».

La comitiva arrancó en La Isleta con escaso público, aunque a partir del mercado del Puerto la cosa fue animándose. Los grupos del Carnaval que obtuvieron premio en los distintos concursos del pasado mes de marzo lo dieron todo por las calles del Puerto y pudieron lucirse ante la mirada atónita de locales y especialmente foráneos. Las comparsas sudaron la gota gorda bailando al ritmo de las batucadas. Las murgas cantaron un par de estrofas cuando los tambores se calmaban. Y la corte real se hartó de mover la mano saludando a todo aquel que lanzaba un «guapa» al ver pasar sus fantasías de plumas y pedrería.

«Llevo 35 años disfrazándome»

Cierto es que se echó en falta un mayor número de mascaritas por las calles -más de una se ha reservado el disfraz para la cabalgata-, pero algunos intrépidos sí que le echaron imaginación. «Llevo 35 años disfrazándome y hoy no podía faltar», afirmó rotundo Sebastián Pérez. Convertido en un auténtico rosal que revoloteaba entre el público de las calles del Puerto, como si fuera más bien una abeja, este vecino de Alcaravaneras no pasaba desapercibido. Un tutú de hojas, dos grandes rosas subiendo hacia el pecho, collar, pendientes... todo a juego; sin olvidar eso sí una gran rosa a modo de tocado sobre la cabeza.

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Cabalgata anunciadora del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria

«Cada año me hago como seis disfraces», resaltó Sebastián, alias el rosal, «como va de la Tierra [el Carnaval de este año]». Trabaja de barbero, «esto era un tapete viejo, lo vi y dije esto son hojas, hojas...», así hasta darle unas cuantas vueltas y sacar un conjunto floreado. En la cabalgata no podrá estar, «pero el domingo tengo ya preparado el vestido de viuda».

Las drags apenas podían caminar mientras el público les pedía una foto en Mesa y López

La panza de burro disimuló en todo momento que las mascaritas desfilaran por la calle en pleno verano. Y aunque el chispi chispi que estaba anunciado no hizo acto de presencia, en las bocacalles de Albareda más de un turista europeo llevaba un chaqueta. Nada comparado con el disfraz de esquimal que lucían Los Gambusinos. Provenientes de Puerto del Rosario -portaron la bandera de Fuerteventura y la de Canarias-, los murgueros ganadores del concurso de murgas 2022 volvieron a cantar su pasacalles en Santa Catalina, tres meses y medio después de llevarse el podio.

Despistadas, la murga que se llevó el primer premio de vestuario gracias al ingenio de Josué Quevedo, pisaron fuerte convertidas en unas geishas guerreras. Una fantasía oriental que no eclipsó ni a la comparsa Baracoa -primeros en interpretación-, ni a Kisamba -lo propio en vestuario-. A ritmo de batucadas, movieron las caderas y asombraban a los más pequeños. «Dice que quiere ser bailarina», apuntó Elizabeth, en referencia a su hija de tres años; aunque al pasar las damas de honor y toda la corte real cambió rápido de opinión, «mejor reina», afirmó rotunda la pequeña Ainhoa, disfrazada de Minnie, al igual que su madre. «Los de la murga quisieron ponerle el gorro y se negó», la niña sabe elegir lo que le gusta. 

Quizá dentro de no mucho tiempo la pequeña Ainhoa tome el relevo del trono infantil. El pasado marzo quien se alzó con la corona fue Dalia Martín Almeida, quien se mostró este viernes «super bien», con una sonrisa de oreja a oreja todo el tiempo. «Sentí muchas cosas, la gente es maravillosa», apuntó la niña poco antes de llegar a Mesa y López. Para ese entonces, los nervios que sintió al llegar a La Isleta habían desaparecido, «cuando salí de casa estaba bien, pero al llegar y ver a la gente sí que sentí cosas».

Pequeños y mayores. La Gran Dama, Inés Gómez Quevedo, cumplió un sueño el pasado mes de marzo y este viernes señaló que se encontraba «bienísimo»; eso sí, reconoció que cometió un error; «si no fuera por los tacones yo por mí habría seguido», apuntó al llegar a Mesa y López, punto y final del desfile. «Mañana sí que vendré preparada para la cabalgata, vendré en cholas», añadió entre risas.

A unos metros de allí, tras casi dos horas de comparsas, batucadas y murgas por las calles del Puerto, la carroza con la Drag Queen ganadora y su corte de honor hizo acto de presencia en Mesa y López. El público, que ya en ese momento sí se aglutinaba en las calles, aplaudía y saludaba. Un calor humano que las cinco notaron nada más bajarse y recorrer a pie las ramblas de la avenida.

«La gente es maravillosa», señaló Drag Vulcano rodeado de cámaras y un gentío deseoso de hacerse una foto con ella. «Estoy sudando la gota gorda, pero mañana más y mejor», precisó la Drag Queen del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria 2022. Hombres, mujeres, pequeños y mayores, la corte drag apenas podía pasear unos pocos metros por la rambla de Mesa y López sin que les parara. Sobre vertiginosas plataformas -y en el caso de Vulcano coronado por una fantasía de vacunas contra la covid-, destacaban más si cabe entre el público.

Con todo, el Carnaval regresó a las calles a ritmo de batucada. Un desfile anunciador que vivieron especialmente los más pequeños, aquellos que todavía no sabían qué era una fiesta como esta. «Está súper emocionada», indica Lucía, su hija, de Blancanieves, abre los ojos ante cada comparsa. Toda una explosión de color y música que continuará este fin de semana.