Carnaval de Las Palmas 2023

Reboso en el regreso de las murgas al Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria

La afición murguera abarrota el parque Santa Catalina en la primera fase del concurso de la normalidad pospandémica. Las entradas de la final, agotadas

Reboso. El parque Santa Catalina vivió este lunes una de las fases de murgas más multitudinarias de los últimos años. Tras el parón de 2021 y la edición descafeinada del pasado año, el concurso más satírico del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria volvió tal y como era antes de la pandemia, con varios miles de personas saltando y gritando animando a su agrupación preferida. Un total de siete formaciones se batieron en duelo en la discoteca de Studio 54 con la esperanza de lograr un puesto en la final del próximo sábado y cuyas entradas ya están agotadas.

Nada más abrir las puertas del recinto carnavalero, una avalancha corrió en busca de un buen puesto en las primeras filas. Y es que para cuando la gala arrancaba, las gradas estaban ya llenas hasta la bandera -aunque con el paso de la noche, como es habitual, se empezaron a ver huecos a medida que actuaban los grupos-. La noche estuvo conducida una vez más por el humorista Daniel Calero. El sábado se le unirá el comunicador tinerfeño Alexis Hernández, clásico conductor del concurso de murgas en el carnaval chicharrero. Entre el público estaban presentes Inma Medina, concejala de Carnaval, además de otros miembros de la corporación capitalina y de la alcaldesa de Telde, Carmen Hernández.

En directo

El concurso de murgas volvió así a brillar sobre las tablas del Santa Catalina tras el atípico año vivido en 2022. Las restricciones y el transcurso de la pandemia llevaron a muchas agrupaciones a desistir y preferir no concursar, de ahí que algunas prefirieran guardarse toda la artillería y las ganas para esta edición. No obstante, cuatro formaciones que sí concursaron en 2020 no han vuelto en esta ocasión: Simpatikonas, Suspiritas, Fisgonas y Declaradas, todas ellas femeninas.

Cambios en la mecánica

La mecánica también ha sufrido cambios con respecto a las anteriores ediciones. En lugar de los 30 minutos que tenían las murgas para defender su presentación sobre el escenario ahora solo disponen de 25 en las fases para entrada, pasacalles, dos temas y despedida; y de 20 en la final del próximo sábado para lo mismo con la diferencia de que solo interpretarán un tema en lugar de dos como ocurría antes de la pandemia. Esta modificación fue acordada con la Figrup -la federación de grupos- aunque no faltaron las críticas a esta decisión por parte de alguna de los concursantes durante esta primera fase.

Minutos antes de comenzar el concurso el backstage era un ir y venir de murgueros. El olor a botes de laca era omnipresente y tocaba dar los últimos retoques de maquillaje y peluquería. Además, el clásico chiringuito murguero entre bambalinas volvió a funcionar -el año pasado no estaba permitido comer ni beber en el recinto del parque- de ahí que la esencia del concurso se volviera a sentir en las carpas del Miller.

Los Trapasones abrieron el concurso en un desembarco ataviados de vikingos que hizo vibrar al público y disparar el griterío de la grada. Y es que la murga de Cruz de Piedra llevaba tres años sin subir al templo del Carnaval, el año pasado prefirieron quedarse en casa. Tuvieron palabras de recuerdo a Manolo Vieira y al murguero de Los nietos de Sary Mánchez -su turno será este martes- Arturo García, fallecidos recientemente.

Le siguieron Las Golisnionas convertidas en heladeras recién llegadas de Las Huesas -Telde-. Abrieron su pase reivindicando el papel de las murgas femeninas, todavía sin premios. Aprovecharon además para homenajear al mítico transformista Xayo, fallecido el pasado año.

Los Chacho Tú, «la murga de moda» como dirían a coro en su despedida, fueron los terceros en hacer acto de presencia ataviados con una fantasía de lo más sicodélica. Al igual que los dos primeros grupos, ellos tampoco participaron en la edición descafeinada de 2022, un regreso esperado en una fecha señalada y es que este carnaval supone su 20 aniversario sobre los escenarios.

De Los Melindrosos no había tanto mono. Y es que esta es una de las pocas murgas de la primera fase que sí concursaron el pasado año, aunque, eso sí, no lograron llegar a la final. De los de Copherfam -aunque más bien parecían llegados de México en el día de muertos-, la noche dio paso a Los Twitys de José Armando Talavera. En su caso también de aniversario, con 25 años sobre Santa Catalina. Tras ellos, Las Ladys Chancletas, isleteras de pro, hicieron acto de presencia en el parque.

Cerró Gambusinos

La noche la cerró Gambusinos. Los majoreros, ganadores de la edición del año pasado, volvieron a Santa Catalina para intentar repetir la hazaña que consiguieron en el Carnaval de La Tierra; y es que han sido la primera murga de otra isla en concursar en el carnaval capitalino, llegar a la final y hacerse con el ansiado primer premio de interpretación.

Este martes le tocará el turno a Los Serenquenquenes, Despistadas, Lengüetudos, Payasos Alborotados, Los Nietos de Sary Mánchez -ganadores en la última edición previa a la pandemia- y Los Chismosos -segundo premio de interpretación hace un año-. El jueves -el miércoles hay un parón al coincidir con la gala de la Reina de Santa Cruz de Tenerife- cierran las fases Traviesas, Crazy Trotas, Tramposas, Los Legañosos, Kikirinietas y Los Chancletas -terceros en la pasada edición-.

Ya desde primera hora de la mañana de este lunes el parque vivió el ambiente murguero. Decenas de personas se agolparon junto al edificio Miller con la intención de hacerse con una entrada para la gran final de murgas del próximo sábado, 18 de febrero. Algunos veteranos en esto de la sátira de las carnestolendas no dudaron a la hora de llevarse la sillita de playa y la mantita para pasar el frío del alba; y es que más de uno acampó junto a la taquilla desde las siete con el propósito de conseguir un puesto en las primeras filas. Antes de las tres de la tarde las casi 3.000 entradas que salieron a la venta tanto presencial como online estaban completamente agotadas.