Carnaval de Las Palmas 2024

Las murgas se rebelan en el desfile del Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria

La mayoría de murgas y grupos del Carnaval abandonan el pasacalles de Pío XII por «los problemas logísticos» de la organización, que se retrasa hora y media en traer las carrozas para el desfile de las reinas

Celebración Carnaval de Día en Las Palmas de Gran Canaria

José Carlos Guerra

Y tras el éxito de la Gala de Reina, quizá el acto más importante y complejo con permiso del espectáculo drag, el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria pincha con el desfile de los grupos y las reinas coronadas hasta el momento. El humilde pasacalles entre el Parque Doramas y el Mercado Central, que debía recorrer ese tramo de Pío XII entre las doce y las tres, arrancó hora y media más tarde, con el orden de los participantes modificado a última hora para salvar el acto y sin la mayoría de las murgas, que se cansaron de esperar al sol y abandonaron el desfile debido al considerable retraso. 

«Son más de 1.200 personas las que participan, hemos tenido problemas de logística», explica la concejala de Carnaval, Inmaculada Medina, que estuvo en primera línea del pasacalles lidiando con la incómoda situación. Su cara ante las quejas de los murgueros, las comparsas y el público era todo un poema, con bastantes personas mayores, familias y niños que buscaban un poco de sombra entre los árboles del Doramas.

La organización no aclaró la naturaleza de esos «problemas de logística», pero las fuentes consultadas apuntan a los coches con las plataformas para llevar las reinas, que se retrasaron por los controles policiales y llegaron al parque Doramas con más de una hora de demora. También falló el personal de seguridad contratado para cerrar las calles auxiliares de Ciudad Jardín y de Las Alcaravaneras, pues fue enviado por error a la zona del Puerto y no llegaron a Pío XII hasta casi la una. Algunas de la calles cortadas, de hecho, carecían de personal junto a las vallas de tráfico colocadas para la ocasión.

Desbandada de los grupos

Ante la desbandada de la veintena de murgas y que no llegaba la carroza para la Reina del Carnaval, Katia Gutiérrez, la organización invirtió el orden de salida y el desfile empezó con las comparsas, seguidas de las pocas murgas que quedaron y de las batucadas. La Reina y el resto de la corte ganadora del Carnaval, como el Trono Infantil y la Gran Dama, quedaron para el final.

Los Legañosos abandonan el desfile.

Los Legañosos, de los pocos que se quedaron en el desfile. / José Carlos Guerra

El ambiente, pese a la demora y el cabreo de los grupos, era el de las grandes ocasiones, con mucha gente disfrazada y ganas de fiesta... Familias al completo convertidas en vaquitas lecheras; mariachis con gorros mexicanos ideales para protegerse del sol; pequeños spidermanes con ganas de enredar y, sobre todo, mucha folclórica prematura, como Mari Pepa Beltrán del Pino, quien, a sus 70 años, se puso el traje de Martirio y se pateó Pío XII en doble sentido.  

«Vengo caminando desde el Mercado Central», aclara Beltrán del Pino, que se detiene a la altura de Las Teresianas para coger resuello y hablar con el personal, «porque soy La Martirio de la fiesta», añade con gracia extrema. 

Orgullo de barrio

Beltrán va de amarillo, calada de negros lunares hasta los tobillos, y presume de haber nacido en el túnel de Julio Luengo. Fue, junto a su abuela, «la última en salir» de esa parte de Las Alcaravaneras, hoy convertida en un parque y en una vía subterránea para canalizar el tráfico urbano. 

Su madre, de 89 años, la espera en el Mercado Central, también a pie de calle para ver el desfile, porque la familia Beltrán del Pino es carnavalera hasta la médula. «Éramos de los que salíamos todo el barrio, con una barca montada en un atril que se llamaba Dos hermanos y con la que llegábamos hasta Belén María», revela. 

La vecina, contenta con el desfile de Pío XII, celebra que Las Alcaravaneras vuelva «a estar unida al Carnaval», porque esto para «la gente mayor es un subidón». Beltrán espera que el barrio tenga en los próximos Carnavales el local social que se «merece» para poder celebrar «un buen baile».

Mari Pepa Beltrán del Pino habla con una mascarita.

Mari Pepa Beltrán del Pino habla con una mascarita. / José Carlos Guerra

Desde Arinaga

En una esquina, con muletas y sentada en una silla plegable, Agustina Torres Martín espera a que pase la comitiva. Asegura que viene desde Arinaga porque es «muy murguera» y quiere ver a sus nietos en acción. «Al mayor lo llevaba a todos sitios desde pequeño y ahora está en Los Serenquenquenes», dice con orgullo Agustina Torres, que al final se quedó con las ganas por el retaso en la salida y la estampida de los grupos del carnaval. 

Alfonso Valencia, que viene de Colombia y sale con uno de los nietos de Torres, está cogiendo recorte para presentarse a la Gala Drag del próximo año, porque «es la primera vez que vengo y me han gustado mucho las fiestas de aquí. Son, como ya sabe usted, Los Carnavales del Mundo y de Las Palmas de Gran Canaria