Arte

Rogelio López Cuenca: "El espacio público en una democracia es un lugar de conflicto"

El Premio Nacional de Artes Plásticas 2022 apuesta por un modelo educativo donde la enseñanza del arte sea transversal | "La mercantilización absoluta de la experiencia también ha afectado a los museos"

El artista visual y poeta andaluz Rogelio López Cuenca.

El artista visual y poeta andaluz Rogelio López Cuenca. / EFE

Rogelio López Cuenca coge el teléfono desde que aterriza en Gran Canaria. Está inmerso en la reflexión continua, ya sea en la pausa del café o en cualquier otro momento, pero no descansa del impulso que lo ha llevado a desarrollar una trayectoria artística amplia y enriquecedora donde la crítica y la subversión de lo hegemónico siempre ha estado presente. Ahora, la educación la emplaza como el fin último para desafiar lo establecido, tal y como explicó durante la sesión Descubriendo el arte a través de la educación de #Brainsinvita, moderada por el dúo artístico PSJM que conforma Cynthia Viera y Pablo San José. El Premio Nacional de Artes Plásticas 2022 acude a la cita dispuesto a escuchar y, una vez más, debatir.

Desde que comenzó su trayectoria ha cuestionado, ridiculizado e ironizado al sistema. ¿Cómo cambia nuestra vida el arte si nuestro primer acercamiento a él es a través de las propias herramientas del sistema, como la publicidad o el márquetin?

Quizá la gran diferencia ahora mismo es que, en comparación con toda esa industria de la fabricación de deseos y de la construcción de imaginarios colectivos, el arte ha reducido muchísimo su capacidad de influencia. Las prácticas de arte crítica están en una situación de franca desventaja, porque la mayor parte de arte que se produce funciona afianzando las relaciones sociales, subrayándolas o camuflándolas.

En cuanto al arte digital, ¿la juventud cómo puede hacer su propia crítica dentro de este sistema?

Recuerdo que, para mi generación, los años 90 los vivimos con muchísima ilusión por lo que significaba internet como herramienta de comunicación, pero se ha constatado que es un territorio de dominio, de control y de explotación de la subjetividad difusa de una sociedad para ponerlas al servicio del sistema consumista. Además, se nos olvida que para la mayor parte de la humanidad esto es minoritario. Por ejemplo, el metaverso es una floritura de nuevos ricos.

¿Y qué mensaje da a pesar de la vorágine?

Queremos incidir en la necesidad urgente de incorporar los discursos críticos propios de los artes contemporáneas a la educación. En este momento, la mayor parte de la educación de los jóvenes se produce fuera del sistema educativo a través de la publicidad o las redes sociales, es decir, de las pantallas que fingen una realidad muy diferente de la "real", valga la redundancia. Me parece que es un desperdicio verdaderamente inaceptable el estar ignorando las capacidades de creación, de formación, de un espíritu crítico donde el arte se ha mostrado eficaz. Lo más interesante que se está haciendo en la actualidad está vinculado a los proyectos de pedagogía colectiva, a los procesos de participación o al arte entendido como proceso de investigación.

Costó que la academia reconociera la formación artística, ¿va en esa línea continuista su propuesta?

La defensa que hacemos de la integración de las prácticas artísticas en la educación no tiene tanto que ver con enseñarlo como una disciplina aparte, sino integrarla de una manera transversal de modo que el cuestionamiento de los paradigmas dominantes que hace el arte contemporáneo se aplique a la ciencia o a otro tipo de investigación, como una forma de abordar la producción de conocimiento. No es producir artistas, sino que esa visión afecte a otras disciplinas que tradicionalmente han estado dominadas por un tipo de lógica racional excluyente.

Un conocimiento más humanista.

Exacto. Más transversal, transdisciplinar, incluso, interdisciplinar, reconocer otras racionalidades que han sido históricamente excluidas por la cultura occidental europea que ha ignorado los sentimientos y los propios instintos, a donde se ha pretendido relegar la práctica artística en el marco del ocio y el entretenimiento, y no de la investigación y la producción de conocimiento.

De izq. a dcha., Pablo San José y Cynthia Viera, del dúo PSJM, el artista Rogelio López Cuenca, el alcalde capitalino Augusto Hidalgo y Sarai Rodríguez, directora del Brains International School.

De izq. a dcha., Pablo San José y Cynthia Viera, del dúo PSJM, el artista Rogelio López Cuenca, el alcalde capitalino Augusto Hidalgo y Sarai Rodríguez, directora del Brains International School. / LP/DLP

Ahora en Gran Canaria verá la plasmación de sus críticas, como la instalación de Las Islas. ¿Cuál es el museo del siglo XXI y cómo se soprepondrá a la especulación cultural, como hemos visto con el intento del Museo Rodin en Tenerife?

La mercantilización absoluta de la experiencia también ha afectado a los museos. Esa lógica consumista y de explotación comercial del capitalismo contemporáneo se ha expandido más allá de los límites de la producción de mercancías, por tanto, incluye a los museos. Fíjate, qué curioso, porque, a lo largo del siglo XX, la actitud de las vanguardias frente a los museos era de absoluto enfrentamiento y ahora se han convertido, prácticamente, en una de las últimas barricadas donde se puede defender la independencia, la creación y la investigación, cuando la mayoría de la institución museística está en la propia red de producción vinculadas a las experiencias turísticas o a la banalización del conocimiento. Pero creo que son uno de los últimos reductos, así que debemos defender esa autonomía e independencia frente a la lógica del mercado y el espectáculo.

En cuanto a su análisis del arte urbano, veíamos cómo el monumento a Franco amanecía el 8M pintado de violeta, a la vez que otros murales o placas feministas también son intervenidas. ¿Quién decide qué queda en la calle o cómo hacemos nuestro el espacio?

Cuando se hace una colección en un museo o institución pública se crean comités con una serie de expertos y especialistas, sin embargo, en la calle se decide directamente desde el poder político; muchas veces con una carga ideológica evidente y otras atendiendo al capricho o al amiguismo. Es un asunto muy delicado con un montón de filos, pero, por otra parte, tenemos que entender que el espacio público en una democracia no tiene dueños: es un espacio de conflicto. Y yo, desde luego, entiendo la democracia como un espacio de disenso en permanente construcción. Hay épocas donde dudamos más hegemónicamente todo, otras son más reaccionarias, y la calle es un estado de la sociedad. Un monumento vandalizado o que sufre una agresión revela que la sociedad vive en conflicto.

"Lo más interesante son los proyectos de pedagogía colectiva o procesos de participación"

¿Cómo definiría la escena artística en España?

La situación minoritaria o en desventaja que tienen las prácticas artísticas respecto a la creación de imaginarios colectivos, si lo comparamos con otros modos de producción masivos de cultura como el cine, la televisión o las series, que han simplificado muchísimo los modos de consumo, deja ver que hay un franco retroceso de experimentación. Pero, señalo que hay movimiento, el cual no se produce en los escenarios habituales, como los museos, galerías, o demás, sino fuera de ellos.

Como poeta y artista, ¿preferiría a veces amoldarse al sistema?

Una actitud crítica por parte de la práctica artística, e incluso de la literaria, consiste en poner en crisis y desafiar cuál es el orden dominante. Hay momentos más regresivos o experimentales, pero tú no has elegido el sitio en el que estar, sino que se ha construido a partir de tus propias actitudes.