Voces humanistas en el campus tecnológico

La revista ‘Almogaren’, del ISTIC, da a luz su número 72, dedicado a la aceleración y el sufrimiento humano

Portada de ‘Almogarén’.

Portada de ‘Almogarén’.

El Instituto Superior de Teología de las Islas Canarias (ISTIC) difunde estos días el número 72 de Almogaren, una de las revistas de humanidades más longevas del Archipiélago. Su primera entrega salió a la luz en 1988 gracias al impulso de profesores e investigadores del entonces Centro Teológico de Las Palmas, dirigido por Felipe Bermúdez.

A lo largo de más de dos décadas y sin interrupción, Almogaren ha combinado estudios, artículos y reseñas de teología y la Biblia con una atención crítica constante a los desafíos sociales políticos y culturales del presente, con la vista puesta en los cambios globales y, a la vez, en las realidades del Archipiélago. Buena muestra de lo segundo ha sido la presencia en sus páginas de la historia de Canarias en general y la de la Iglesia de las Islas en particular. De hecho las Jornadas de Historia de la Iglesia que celebra el ISTIC cada dos años han arrojado luz sobre numerosos temas de la historia insular. Cualquier lector familiarizado con el mundo de la historia en las Islas reconocerá entre los colaboradores de la revista los nombres más destacados de la disciplina.

Siempre atenta a los problemas contemporáneos, Almogaren es hoy un reservorio importante de reflexión, conocimiento y documentación.

El último número recoge parte de las intervenciones de las I Jornadas de Filosofía organizadas por el ISTIC en noviembre del año pasado, dedicadas a la relación entre aceleración de la vida y sufrimiento social. El Campus de Tafira de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, orientado hacia la formación técnica, cuenta, con todo, con una institución dedicada a la reflexión filosófica y teológica, el ISTIC, en cuya Aula Magna se celebró el encuentro.

Las I Jornadas de Filosofía del ISTIC, así como este número de Almogaren, tuvieron en cuenta las aportaciones del arquitecto y filósofo Paul Virilio, que descubrió el vínculo entre velocidad moderna, poder y violencia, y al filósofo Hartmut Rosa, quien ha desvelado el secreto de la aceleración contemporánea en la puesta a disposición total del mundo y el propio cuerpo. Cabe destacar otros estudios: el número se abre con una contribución del filósofo Juan Carlos Moreno Romo, alumno en Estrasburgo de Jean-Luc Nancy, que revisó la historia de la filosofía moderna a la luz de la progresiva tecnificación y deshumanización de la sociedad actual. José Manuel Santiago Melián, director del Departamento de Filosofía del ISTIC, disertó sobre Bergson y su gran descubrimiento filosófico: el tiempo cualitativo, irreductible a espacio, el tiempo como “duración”. El diálogo con las obras de Deleuze y Guattari orienta el ensayo de la teóloga feminista Silvia Martínez Cano en “Educar el pensamiento rizomático en un mundo global acelerado. Una aproximación interdisciplinar desde la pedagogía, la filosofía, la teología y el arte”.

Para abordar las consecuencias de la aceleración cotidiana, Almogaren abre un pasillo desde la filosofía social hacia la psiquiatría con la contribución de Adrián Neyra del Rosario, referente en el asunto por su experiencia profesional como psiquiatra en el Hospital Doctor Negrín: “Depresión y sufrimiento humano: pasado, presente y futuro”.

Además de estos artículos, pertenecientes al eje monográfico de este número, Almogaren incluye otras contribuciones relevantes, como la entrevista al pensador Piero Coda, aparecida primero en L´Osservatore Romano y que los redactores de la revista han traducido del italiano. Por su parte, Francisco José Mira propone una aproximación al lugar de los pobres en el pensamiento y la acción social de Ramón Echarren, obispo de Canarias entre 1979 y 2005. Antonio Carmona Heredia reaviva la figura y el pensamiento de Dietrich Bonhoeffer, teólogo protestante que se unió a la resistencia contra el nazismo y que afrontó lo que Nietzsche llamó la “muerte de Dios”.

Una doctora en Filología Moderna, Mayté Morales Santoyo, experta en La Montaña mágica de Thomas Mann, analiza las metáforas del tiempo en el Evangelio de San Juan a partir del paradigma teórico de la lingüística cognitiva. La última reseña corre a cargo de Antonio Paneque, director de Almogaren, que esboza las líneas de una incipiente teología gitana: Libertad para los olvidados (2021), un proyecto en marcha del ya mencionado Antonio Carmona Heredia.

En definitiva, estamos ante una rara avis en el panorama de las publicaciones humanísticas de Canarias. Su enfoque toma distancia del “capitalismo académico”, de la guerra del currículum y de los índices de impacto, para abrir un gran angular desde la filosofía social que descifre las causas estructurales de la aceleración tiránica y el sufrimiento social que acarrea.