El ‘Pollo’ retorna a su nido

Una lesión y su consiguiente pérdida de categoría, permiten a Agustín González cumplir su sueño de volver a defender los colores de su amado Maninidra, en su Ingenio natal

El ‘Pollo de La Candelaria’ con los colores del Maninidra.

El ‘Pollo de La Candelaria’ con los colores del Maninidra. / LP/DLP

Santiago Icígar

Santiago Icígar

El Club de Lucha Maninidra se encuentra de enhorabuena. El histórico club de Ingenio recupera a uno de sus hijos pródigos, Agustín García, el ‘Pollo de La Candelaria’, que regresa al club de su vida y a los colores que le vieron nacer. Regresa a su casa con la experiencia adquirida durante los últimos años compitiendo con los mejores, para aportar su granito de arena y mantener a su club entre los mejores de Gran Canaria.

No hay mal que por bien no venga. El sabio refranero español recoge mejor que nadie la realidad de un retorno al hogar tan deseado como sorprendente, pero al que la vida le ha permitido invertir su destino, para cumplir un viejo anhelo. Agustín González, el Pollo de La Candelaria y el club de su vida, el Maninidra, hacían público el regreso de uno de sus hijos pródigos, de los más queridos en su Ingenio natal, que vuelve al calor de su hogar, tras un año complicado en el que una grave lesión le alejó de su hábitat natural, la arena del terrero, durante siete meses.

Precisamente esa lesión fue la que ocasionó su pérdida de categoría –pasó a ser Puntal C–, posibilitando lo que hace unos meses parecía imposible, volver a luchar en Gran Canaria, defendiendo el escudo del Maninidra en Ingenio.

El bravo luchador recuerda que «después de muchos años luchando en el Maninidra llegué a ser Puntal y tuve que marcharme, porque Gran Canaria lleva muchos años sin competir en Primera y por esa razón no había podido luchar en esta Isla». «El año pasado tuve una lesión y estuve siete meses sin luchar, por lo que me bajaron de categoría y esa ha sido la ‘suerte’ que me ha permitido poder volver y poder luchar en esta Isla», relata González.

Cuando se le abrió la posibilidad, no dudó ni un sólo momento en aceptar la oferta brindada por el Maninidra. «¿Dónde iba a estar mejor que en el equipo de mi pueblo?», se pregunta el Pollo de La Candelaria, que podrá quitarse esa espinita clavada en su corazón, luchando al menos «un añito» en su pueblo.

En su opinión Gran Canaria para regresar a la élite de la Lucha Canaria, necesita de una «apuesta por parte de los patrocinadores, que se abran puertas a los equipos de la Isla para que ellos puedan apostar por luchadores, como sucede por ejemplo en otras islas, como Fuerteventura o La Palma, en las que se les permite quedarse gratis en los hoteles, se habla con determinadas compañías de coches para que les presten los vehículos y otro tipo de ayudas por parte de empresas particulares, por que un club por sí solo no puede mantener un equipo en Primera División».

Para Agustín González, quizás cuando uno es joven «aspira a poder viajar todos los fines de semana, pero cuando tienes ya una edad, esa comodidad de poder entrenar y competir cerca de casa, no tener que coger un avión los fines de semana y tener que pasar la noche fuera, hace que no duermas ni comas bien, es mucho mejor para los luchadores de la Isla estar en nuestra casa».

Una Segunda con Puntales C

El Pollo de La Candelaria ve un rayo de esperanza en el paso adelante que se ha hecho desde la federación de poner en marcha una Segunda División con Puntales C. «Va a ser una liga dura y bonita, si no tiene la mala suerte del año pasado en la que varios equipos renunciaron a la categoría a mitad de la temporada y de los siete iniciales se mantuvieron cuatro». El éxito de esta nueva categoría puede ser decisivo en su opinión para que «muchos luchadores se animen el año que viene a luchar en Gran Canaria».

Agustín González mira con optimismo al futuro del deporte vernáculo: «Veo a mucha gente joven en el campo, están apareciendo muchos clubes de Lucha femenina, hay muchos niños practicando nuestro deporte, en las gradas ya no sólo se ve gente mayor como pasaba antes, sino a muchos jóvenes y eso es algo muy bueno y ojalá siga siendo así no sólo aquí, sino en todas las islas, que todos aporten su granito de arena para que esto siga manteniéndose».

En cuanto a su estado físico y mental tras un último año complicado, afirma que «me encuentro físicamente muy bien, no me duele, aunque llevamos pocos entrenamientos, sólo dos días entrenando el agarre de pantalón, porque empezamos un poco más tarde y lógicamente después de siete meses sin competir no estoy todavía a mi 100%, pero partiré del punto que sea, porque esto es deporte y al final donde se coge la forma es en el campo y espero que en poco tiempo esté a mi nivel».

Donde está a su 100% es de cabeza. El luchador entiende que «si los médicos me dan el alta para luchar es porque estoy en condiciones de hacerlo, hice los ejercicios de rehabilitación que me mandaron y me encuentro bien, no me molesta nada en los entrenamientos y espero que las lesiones me respeten para poder dar lo mejor de mi esta temporada».

Tonono, su mandador, le conoce a la perfección. «Sabe como soy y yo sé como son ellos, aunque lleve tantos años luchando fuera nos conocemos desde pequeños, conozco el sistema de entrenamientos, como luchan y él sabe el mío, sabe que soy un luchador al que no le gusta esperar, me gusta el ataque, en ocasiones me caigo porque ataco mucho, en otras ocasiones me sale bien y en definitiva aquí no se me exigen títulos ni se me exige nada, vengo a divertirme a un club que dejó el pabellón muy alto el año pasado ganando dos títulos, pero esta es otra liga».

Suscríbete para seguir leyendo