Fútbol

CD San Isidro, noventa años de juego limpio

El club galdense ganó la Copa Federación en 1969 y ascendió a la máxima categoría regional en 1972, liderado por Venancio Monzón

Futbolistas del CD San Isidro de la temporada 2023-2024, acompañados de miembros del cuerpo técnico y algunos directivos de la entidad galdense. | | LP/DLP

Futbolistas del CD San Isidro de la temporada 2023-2024, acompañados de miembros del cuerpo técnico y algunos directivos de la entidad galdense. | | LP/DLP / Amado Moreno

Amado Moreno

Amado Moreno

«Haciendo alarde de su propia personalidad en los noventa años de su andadura (1934-2024), cabe reafirmar hoy que el CD San Isidro sabe perder con nobleza y ganar con elegancia como reza su himno», recuerda su presidente José Antonio Vega al conmemorar este mes la efeméride del club de fútbol galdense, con una mirada hacia atrás y otra a la realidad de hoy en Primera Regional, sin renunciar a un futuro alentador.

Entre los diversos actos del 90º aniversario, la entidad ha incluido sendos homenajes a aquellos que protagonizaron los principales hitos históricos en la trayectoria del club. A los 26 presidentes y a los futbolistas que conquistaron la Copa Federación en 1969 y el ascenso a la máxima categoría del balompié regional en 1972. Tales eventos tendrán lugar en su sede social los días 31 de mayo y 5 de junio, respectivamente.

El reconocimiento alcanzará al primer mandatario, José Tacoronte (1934), así como a los directivos y futbolistas que impulsaron la fundación: Gregorio Hernández, Justo Mateos, Juan Monzón, Juan Mendoza y Ernesto Trujillo, en una primera fase, y a otros que sobresalieron años después: Faustino Vega, Luis Ramos, Juan Moreno, Manolo Ruiz, Juan Vega Suárez, Juan Vega Mateos, Francisco Vega, Miguel Pérez, Juan Jiménez, Venancio Monzón, Yoyo Ruiz, Paco Sosa, Domingo, Leandro, Pepe Delgado, Isidro Godoy, Chano Ramos, Bartolo Jiménez, Octavio y Guzmán Perdomo, Tito Pérez y otros muchos con no menos méritos.

Otros canteranos, Luis Ramos Molina, Francisco Vega Mateos y Faustino Vega Ruiz, acabaron aterrizando y debutando en categorías superiores y clubes de máxima tradición futbolística como el Atlético Aviación madrileño –padre natural del Atlético de Madrid– en los comienzos de los años 50 del pasado siglo. En este capítulo de jóvenes promesas azules con proyección nacional cabe citar también, cómo no, a Sigfrido del Rosario Oliva, único futbolista que ligado al CD San Isidro desde infantil hasta regional, ingresó en la UD Las Palmas durante la temporada 1984-85.

Noventa años de juego limpio | LP / PACO LUIS MATEOS

Noventa años de juego limpio | LP / PACO LUIS MATEOS / Amado Moreno

22 años de caudillaje

Venancio Monzón, que cumplió 83 años el pasado mes de abril, comparte satisfacción por el noventa aniversario de su equipo, en el que debutó con 16 años y colgó las botas con 38. En su memoria perduran los grandes momentos de su experiencia deportiva, en especial la conquista de la Copa Federación y el ascenso a la máxima categoría regional, reiterando en ambas ocasiones sus dotes de liderazgo.

Apunta a Manolo Ruiz, Santana y Juan Moreno, entre los compañeros que le dejaron huella como futbolistas por su condición física y calidad técnica con el balón. Confiesa que el apego a su barrio y a su tierra le disuadió de atender en aquellos tiempos ofertas foráneas de clubes de Madeira y la Península que pretendieron incorporarle. «Me siento suficientemente pagado al final con mi nombre a la ciudad deportiva del barrio», deja caer sin pesadumbre hoy, mientras cubre su otoño vital enfrentando un desgaste físico tras décadas de esfuerzos y sacrificios diversos, no sólo por el fútbol.

Noventa años de juego limpio

Noventa años de juego limpio / Amado Moreno

Otro protagonista de las dos principales gestas aludidas, Domingo Tacoronte, fue decisivo en el logro de la Copa Federación al ser autor del gol que selló definitivamente la victoria del San Isidro sobre el Agaete (2-3) en la final del López Socas en 1969. Todavía se emociona al rememorar ambos éxitos: «En los dos casos tuvimos que remontar marcadores y adversarios aguerridos como el Lanzarote y Agaete. Han sido experiencias inolvidables, irrepetibles, con las gradas de Barrial y López Socas a reventar de espectadores como nunca más se ha visto. Nosotros, capitaneados por Venancio, supimos salir airosos en los dos retos».

No oculta su fe y esperanza en que el CD San Isidro, «con sus entusiastas dirigentes actuales, reedite los éxitos del pasado al rebasar su noventa aniversario».

Sigfrido del Rosario, igualmente exfutbolista del CD San Isidro, además del Mensajero (a las órdenes de Rosendo Hernández) y la UD Las Palmas, en la que debutó de la mano de Héctor Núñez con triunfo por 3-1 sobre el Castilla de Butragueño y Míchel, asegura que en absoluto le sorprende la longevidad del club galdense, en el que militó seis años: «El CD San Isidro ha gozado casi siempre de una masa social sólida que lo respalda. Una veintena de personas trabajan para mantenerlo. En esta tarea sobresalen Claudio Sauca y Pepa Domínguez, que son el alma máter junto a José Antonio Vega. No son los únicos. Hay más gente que les apoya».

Por decisión municipal los recintos deportivos más emblemáticos de Gáldar (el pabellón de la ciudad y la Ciudad Deportiva de San Isidro) llevan curiosamente los nombres de dos figuras del cuadro labrador en el pasado, Juan Vega Mateos y Venancio Monzón. Con tal iniciativa la Corporación galardonaba dos trayectorias ejemplares dentro y fuera del terreno de juego. En el caso del primero, el ayuntamiento distinguía también sus logros como concejal de Deportes, tras haber sido jugador y presidente del CD San Isidro.

Noventa años de juego limpio

Noventa años de juego limpio / Amado Moreno

Otros personajes singulares en su deriva profesional, luego de su pertenencia activa como futbolistas del CD San Isidro, son Demetrio Suárez, exalcalde de Gáldar y ex consejero del Cabildo de Gran Canaria, y Antonio Ramos Gordillo, doctorado en Medicina de la Educación Física y Deporte, tras concluir su carrera en la universidad de La Laguna. Este último valora positivamente el aprendizaje durante su paso por las distintas categorías de la entidad galdense: «Fue una experiencia bonita, hasta 1975, antes de irme a La Laguna. En una ocasión fuimos incluso campeones de la zona Norte. En el contexto del noventa aniversario se agolpan los recuerdos. Todos buenos. Me inculcaron el juego limpio como prioridad. Un lema que me quedó grabado para siempre».

Considera clave «la fuerza del firme compromiso social de su gente en el espacio donde viven» para justificar la supervivencia del equipo tantos años, «aunque en los tiempos que corren –advierte– es muy difícil seguir adelante si no se implica la gente joven».

El otro exjugador destacado por su relevancia pública años atrás, Demetrio Suárez, que firmó dos temporadas como guardameta del CD San Isidro, subraya que éste es «un equipo con tradición de esfuerzo y tenacidad a lo largo de su historia, y con atención permanente al fútbol base». «Cantera de excelentes jugadores. No he olvidado mis dos años defendiendo los colores del conjunto azul. Por suerte, tiene hoy en día una directiva que trabaja y le gusta el fútbol, lo vive. Fundamental para el futuro» indica.

Noventa años de juego limpio

Noventa años de juego limpio / Amado Moreno

Excepción y arraigo

Mientras clubes canarios de su categoría desaparecieron con el paso de los años, el CD San Isidro ha sido una de las excepciones. Con el paréntesis de la guerra civil española (1936-1939), ha logrado sobrevivir a los avatares en los que otros naufragaron.

«San Isidro de Gáldar ha sido permanentemente un barrio orgullosos de su pueblo y su historia, generación tras generación», explica el presidente José Antonio Vega. «Ha sabido mantener y transmitir con humildad su importancia dentro del municipio, por población y arraigo, y, a la vez, ser fiel guardián de sus tradiciones –añade–. Fruto de esta idiosincrasia, nace el CD San Isidro en 1934, gracias a un grupo de jóvenes de la localidad y alrededores. Contó con personas comprometidas que a lo largo de sus noventa años han ido tomando el testigo para avivar la ilusión de un proyecto deportivo modesto, que pasea el nombre del barrio y su santo patrón por la geografía canaria».

Los problemas o estrecheces en «tesorería» para ser ambicioso ante el panorama que aguarda, parecen no arredrar al dirigente: «Miramos hacia adelante con optimismo y al mismo tiempo con prudencia, conscientes de nuestras limitaciones y empeñados en volver a completar los equipos de la base para garantizar el futuro del club. Contamos para ello con nuestro principal activo, la plantilla de jugadores del equipo regional, que en su mayoría proviene de las propias categoría inferiores, y son el referente para los más jóvenes, por trayectoria, compromiso y valores».

José Antonio Vega –izquierda– y Venancio Monzón se saludan en el barrio galdense de San Isidro. | | PACO LUIS MATEOS

José Antonio Vega –izquierda– y Venancio Monzón se saludan en el barrio galdense de San Isidro. | / PACO LUIS MATEOS

Admite para concluir su análisis que la dificultad más preocupante a la hora de cumplir los objetivos es la económica: «Las aportaciones voluntarias en estos tiempos son cada vez menos y las ayudas oficiales, aunque significativas y un gran alivio, en muchas ocasiones son insuficientes para el óptimo sostenimiento de clubes modestos como el nuestro. A esta circunstancia se suma el descenso de la natalidad en la población, independientemente del ansia desmedida de los clubes para confeccionar una base sobredimensionada, además del aumento de otras disciplinas deportivas que despiertan el interés de nuestros jóvenes».

Por su parte, Thagoter Sauca, capitán del conjunto azul y que estuvo en el punto de mira de equipos de Primera División como Osasuna y UD Las Palmas en su pasada etapa con el Gáldar en la Tercera División, se muestra confiado en las expectativas sanisidristas: «A día de hoy la realidad deportiva está en proceso de mejora con el regreso a la competición del equipo cadete y de la escuela de fútbol para niños, mientras continúan en competición el infantil y el regional».

Anota, sin embargo, un serio inconveniente: «El mantenimiento y progreso del club se antoja complejo porque hay una alta oferta de otros competidores en la misma comarca, sobre todo la existencia de grandes cadenas de fútbol base que ostentan hasta varios equipos por categoría». En coincidencia con lo expresado por su presidente, opina que esta situación representa «una dificultad grande para equipos de barrio o municipios de menor población».

Después de lo descrito, el futbolista Thagoter interpreta la efeméride de los noventa años como una oportunidad para «animar a las personas que trabajan por mi club, y a todas aquellas que desean acercarse a colaborar, para disponer de equipo en todos los niveles». «Es el deseo principal a corto y medio plazo, tras una temporada complicada como la actual, resultado de la incertidumbre que supuso el cambio de directiva, la llegada de la gestora, la confección de la plantilla y el cumplimiento de múltiples trámites burocráticos para afrontar la nueva fase y no interrumpir la andadura normal en la competición. Ahora acreditamos un gran equipo técnico y un plantel suficiente para continuar creciendo de cara a la próxima temporada y las siguientes», apunta.

Anhelo coherente con la andadura de noventa años por senderos de caídas y levantadas deportivas, asumidas como estímulos para evitar la rendición. Es la pequeña o gran historia de este modesto club canario de Gáldar.