Nadie duda a estas alturas del mazazo que la crisis del coronavirus supone para la economía y el empleo. Mientras Canarias se encamina hacia el turismo cero y la hostelería y el comercio que orbitan en torno a él mantienen un cierre obligatorio de puertas, el mercado laboral se revuelve. Algunos expertos ya no descartan que se igualen, e incluso superen, las tasas de desempleo de la recesión económica iniciada en 2008, cuando en las Islas se alcanzaron picos por encima del 30%. La duración del parón y el nivel de afectación a las diferentes actividades económicas son los dos factores que definirán la intensidad de esta crisis, que en cualquier caso será más breve pero más profunda. Eso sí, dada la dependencia de Canarias a la actividad turística, los analistas consideran que los efectos de la mismas serán mayores que en otras regiones con mayor diversificación.

Los pronósticos más pesimistas arrojan que el desempleo amenaza a tres de cada diez trabajadores isleños. La patronal ya prevé despidos temporales que afecten a 100.000 personas, quienes se sumarían a los 50.000 eventuales cuyos contratos no se han renovado. Desde el pasado jueves y hasta el lunes se habían registrado en el Archipiélago 44 expedientes de regulación temporal del empleo (ERTE). De éstos, 17 se presentaron sin la memoria preceptiva, por lo que deberán ser subsanados. Los 23 que se registraron vinculados a la declaración del estado de alerta sanitaria afectan a 593 trabajadores: 119 de Las Palmas, 347 de Santa Cruz de Tenerife y 127 empleados de empresas de ámbito regional, según los datos facilitados por la Consejería de Economía, Conocimiento y Empleo. La mayor parte de ellos son fruto del cierre de actividades relacionadas con el sector docente, pero algunos expedientes también están vinculados a los segmentos de la hostelería y el comercio minorista.

Precisamente la Federación de Empresarios de Transportes (FET) informó este martes, a través de un comunicado, que debido a la caída del turismo y al cese del transporte escolar, las empresas se han visto obligadas a tramitar despidos temporales para unos 2.500 trabajadores, cifra que podría incrementarse en los próximos días con el cese total de la actividad turística. No en vano, tanto empresarios como sindicatos ya advirtieron hace dos días de que se produciría una "avalancha" de despidos temporales esta semana, en especial en el ámbito del turismo y de la hostelería, ante la obligada parálisis.

En el conjunto del país, el secretario general de CCOO, Unai Sordo, prevé que más de un millón de trabajadores se vean afectados por expedientes de regulación de empleos temporales, por lo que ve necesario la aprobación de varios decretos con medidas para armar una enorme red de protección social" y un "ambicioso plan de impulso económico".

El presidente del Ejecutivo central, Pedro Sánchez, aseguró durante su intervención para dar a conocer el nuevo paquete de medidas económicas para amortiguar el impacto en la economía de la pandemia global -como la flexibilización de los ERTE-, que el país está ante una "prueba dura". José Miguel González, director de Consultoría de Corporación 5, afirma que en este escenario el Archipiélago puede acercarse e incluso superar las tasas de paro registradas a raíz de las crisis financiera de 2008. "Todo dependerá de la cantidad de economía afectada. Cuando más sectores se vean afectados y más dure esa afectación, la caída del PIB va a ser más acusada. Y si hay destrucción de actividad económica, habrá destrucción de empleo", apunta.

El peor escenario para el desempleo en Canarias se puede producir con un parón de seis semanas y una afectación al 40% del PIB. Por este motivo, González considera fundamental que una parte de la economía esté "bien salvaguardada". Es decir, que las actividades que se puedan mantener en este estado de alerta sanitaria -como la construcción, el sector primario o la industria- se mantengan. Para el director de Consultoría de Corporación 5 también es vital evitar una ruptura de la cohesión social mediante la garantía de las rentas. Y solo hay dos caminos para asegurarlas: a través de un salario o mediante prestaciones.

Canarias se encamina hacia un cierre de año en números negativos. El analista explica que todo dependerá del comportamiento del último trimestre, de si éste logra compensar la pérdidas del segundo y del tercero. Algo que, en cualquier caso, cree "poco probable". González señala, no obstante, que lo positivo de esta crisis es que será más corta que otras anteriores. Pese a ser más intensa por el shock que supone la paralización de buena parte de la economía -en especial del turismo, que aporta más de un tercio del PIB del Archipiélago-, algunos escenarios apuntan a que la situación comenzará a mejorar poco a poco a partir de junio o julio.

¿Un salida en forma de V?

¿Un salida en forma de V?

El doctor y profesor de Economía de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), José María Grisolía, sostiene también que la crisis puede llegar a ser "brutal", si bien no descarta una salida "en forma de V" a partir del verano siempre que la alerta sanitaria quede bajo control. Grisolía indica que "no hace falta ser economista para ver la catástrofe". "A nosotros nos afecta aún más por nuestra dependencia del turismo, un sector que se interrumpe por completo durante la cuarentena", precisa. Bajo su punto de vista, el PIB regional se contraerá "un poco", pero no a los niveles de la recesión económica anterior. Grisolía indica que el PIB se moverá entre el -0,5% y el 0,5% este 2020. "Pero a diferencia de 2008, cuando partíamos de una tasa de paro del 8%, ahora mismo en Canarias está al 18,8%; se avecina una catástrofe", insiste. En cualquier caso, el profesor universitario opina que aunque el desempleo vaya a aumentar, "en ningún caso" alcanzará las cotas registradas durante la última recesión.

Ante el "nulo" margen de maniobra en política monetaria -puesto que el Euríbor está en negativo-, el espacio para la acción queda relegado a la política fiscal. Grisolía también considera importante garantizar la liquidez de las empresas. Y aunque el impacto económico puede resultar en un primer momento abrumador, confía, al igual que González, en que la economía saldrá adelante. "Una vez superada la crisis sanitaria, las aguas volverán a su cauce; el crecimiento económico y la creación de empleo también", concluye.

Una de las preguntas más frecuentes tras la crisis desatada por el avance del Covid-19 es si se podrá volver a la misma situación de antes. Fernando Redondo, expresidente del Consejo Económico y Social de Canarias (CES), descarta volver de nuevo a la casilla de salida una vez que la pandemia quede bajo control y el tejido productivo y el mercado laboral, por ende, cojan aire. "Hay que prepararse porque la nueva situación va a ser distinta", afirma, al tiempo que recuerda que la crisis de 2008 dejó tras de sí una devaluación salarial o la externalización de muchos servicios. Descarta, a su vez, que se produzca una rápida recuperación: "No es apagar y encender la luz".

El director de Inversiones BBVA Banca Privada y presidente de CFA Society Spain, Enrique Marazuela, también expone, por su parte, que tan pronto como desaparezcan las exigencias derivadas de la emergencia sanitaria, va a haber una recuperación. "Pero quizás no alcancemos el ritmo que manteníamos antes de la aparición del coronavirus", apostilla. Respecto a qué economías están más expuestas a la incidencia de la pandemia, Marazuela indica que es difícil saberlo. Sin embargo, como norma general y no solo en este caso, esgrime que las economías menos endeudadas son las que antes y mejor saldrán de la crisis.