Los economistas tienen el truco para que ahorres en la próxima Declaración de la Renta: hazlo antes de final de año

Los contribuyentes desconocen estos consejos que recomiendan los expertos

Los contribuyenters no saben que pueden hacer esto

Los contribuyenters no saben que pueden hacer esto / EFE

El ejercicio fiscal del 2023 está llegando a su fin, pero aún podemos aprovechar las dos semanas que quedan de diciembre para intentar ahorrarnos bastante dinero en la próxima Declaración de la Renta. Los expertos recomiendan seguir los siguientes consejos que harán que nuestro Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) sea bastante más bajo. De esta manera, Hacienda no nos quitará tantos impuestos, ya que la Agencia Tributaria nos permite exigirle a nuestros pagadores que nos ofrezcan servicios en lugar de nuestro salario correspondiente.

Los contribuyentes pagan impuestos en función de los ingresos anuales obtenidos por las rentas del trabajo, capital inmobiliario, actividades económicas y las ganancias o pérdidas patrimoniales.  A partir de la suma de todos ellos y excluyendo todas las posibles degradaciones que permite Hacienda, se calcula cuánta proporción de este impuesto debemos pagar en la Renta dentro de estos seis tramos:

  • De 0 euros hasta 12.449 euros: 19%
  • De 12.450 euros hasta 20.199 euros: 24%
  • De 20.200 euros hasta 35.199 euros: 30%
  • De 35.200 euros a 59.999 euros: 37%
  • De 60.000 euros a 299.999 euros: 45%
  • Más de 300.000 euros: 47%

El IRPF es un tributo muy amplio, y aunque a menudo lo asociamos con el salario de los trabajadores, abarca un amplio abanico de ingresos posibles que pueden tener las personas físicas. La Agencia Tributaria aplica todas las ganancias que se puedan percibir de la venta de acciones, inmuebles, recepción de donaciones y herencias. Los economistas hablan ahora de posibles trucos que puedes pedirle a tu empresa o hacer tú mismo en casa si quieres reducir tu porcentaje de retención.

Cambia tu salario por servicios

La mayoría de empresas permiten a los trabajadores recibir su salario en cheques y servicios que ofertan las compañías para que así este contabilice de manera diferente en tu renta. Los expertos dicen que el mayor rédito que se le puede obtener al dinero que se va en impuesto es cambiarlo por estos servicios. Todos los empleados le pueden exigir a su empresa que obtengan las retribuciones en seguros sanitarios, cheques para la comida, el de transporte o de guardería, entre muchas ventajas. La mayor ventaja de estos es que están exentos de pagar IRPF y no contarán para tu renta.

Además, otros grandes consejos de los economistas son: aportar dinero a un plan de pensiones privado en una entidad bancaria o cualquier empresa dedicada a ello, y así este dinero se guarda para una futura jubilación; hacer donativos a asociaciones y entes te permite desgravar dinero en la Renta; y finalmente, planificar las ganancias y pérdidas patrimoniales. El último punto es muy importante, porque vender un coche, una casa, un garaje o cualquier objeto que aumente o disminuya tu patrimonio afectará directamente a la Declaración. Calcula bien los ingresos si vas a recibir una herencia o una donación de un familiar, porque puede disparar infinitamente tus impuestos.

Los jubilados tienen más beneficios

Las personas que tienen 65 años o más, disfrutan de una ventaja fiscal que está relacionada con su vivienda habitual. La venta de su domicilio quedará libre de impuestos siempre, y la ganancia obtenida irá directamente a la cuenta del vendedor. Esto solo es aplicable al hogar del jubilado, y no afectará a segundas residencias o apartamentos vacacionales, que sí incluirán los impuestos obligatorios de esa operación. Si la casa está a nombre de dos cónyuges, ambos deben superar los 65 años, si no, solo quedaría exenta la ganancia que corresponda al cónyuge con dicha edad.

Recuerda que para presentar la Declaración de la Renta solo es obligatorio cuando has ingresado más de 22.000 euros procedentes de un único pagador o 14.000 euros de varios pagadores. La suma de los ingresos percibidos por el segundo y el resto tienen que superar los 1.500 euros al año.