Campaña de estío XII

Bajada y subida a los infiernos en un karaoke

De estar los candidatos ante el micrófono, ¿qué cantarían? Por si acaso, los votantes les dedican algunos temas desde el más allá

Relatos de campaña, una entrega diaria sobre las elecciones generales del 23 de julio.

Relatos de campaña, una entrega diaria sobre las elecciones generales del 23 de julio. / Adae Santana

«Yo quiero bailar toda la noche, baila, baila, bailando, ¡ba!, baila, baila, bailando, ¡hey!». ¡Arriba esas palmas! ¡Gritos, fiesta, la noche es larga y las copas son pocas! El vocerío se confunde con las trompetas del himno de los 2000 y el verano es una realidad cuando gritan «cuando llega el calor los chicos se enamoran». Sonia y Selena reviven tres minutos y 40 segundos en los altavoces de un karaoke perdido en una calle interior del Puerto, donde se da rienda suelta a la nostalgia, la pasión desaforada y la vergüenza ajena que compartida es más y mejor. En algún momento de nuestras vidas claudicamos ante la invitación a uno de estos tugurios musicales que despiertan chillidos de emoción o gestos despiadados de desaprobación al aceptar cruzar la entrada. ¿Cuántos chupitos son necesarios para el «sí»? 

Las puertas negras, custodiadas por un segurita, dan la bienvenida a De todas maneras, una galería que con su pantalla gigante va guiando a los perdidos en la noche por un laberinto de melodías chiclosas, letras hipnóticas y pasos trastabillados que piden más al dj. La media de edad roza la treintena, aunque hay un caballero de camisa holgada a cuadros de no menos que una jubilación que observa con copazo en mano a esta juventud, divino tesoro. Hay quien entra por primera vez, rostros repetidos, un ambiente de cumpleaños ocupa los sillones blandos del fondo y las sillas y mesas altas ceden el sitio a los grupos de amigas incombustibles que piden una y otra vez el micrófono. La oscuridad envuelve la sala, aún con los cuadros que ocupan las paredes con paisajes de tuneras, molinos de aspas largas sin viento y ensenadas donde faenan los pescadores. Viro la cabeza y ahí está la ristra de botellas. A un lado, Javi y Miguel custodian la barra con el balanceo del metro cuadrado. Un paso adelante, otro atrás, cerveza en mano. Se divierten, van tarareando las canciones y cuando les pregunto sobre las elecciones generales creen que es una treta para ligar, «sí, sí, venga, que eres periodista». Casi saco el carnet de prensa. El rebumbio hace imposible hablar un pisco sobre cuestiones —algo— trascendetales porque, en este preciso instante, todo se concentra en decidir cuál será el hit de la noche. Si se acierta, un «¡wuh!» se desata. 

Campaña de estío XI: Bajada y subida a los infiernos en un karaoke

Campaña de estío XII: Bajada y subida a los infiernos en un karaoke / Adae Santana

Delante, frente a un espejo que parece sacado de una clase de ballet, los candidatos a protagonizar la próxima edición de Furor intentan emular las poses arrogantes de Jet en su Are you gonna be my girl. Sin los pelazos a medio cuello, los rifs de guitarra se entremezclan con una masa que corea el estribillo como si estuviera en el mismísimo concierto. Esto es imposible. Cambio de estrategia. «¿Qué canción le dedicarías a Pedro Sánchez?». «Te dejo con mi amigo, que es el gracioso, yo soy el chungo, todos me general mal rollo». Miguel toma el testigo y lanza, «¿a Sánchez? La barbacoa». Georgie Dann se dio cuenta a tiempo de que los éxitos calurosos le darían mucha más liquidez que la formación en conservatorio. Soltar el acelerador y que lo frívolo llene el empaque. ¿Acudir al pódcast de La Pija y la Quinqui sería un símil? Le compro el tema. «¿Y Feijóo?». No es tan fácil ubicar el ceño pétreo del gallego y tampoco sirve el himno de C. Tangana aunque sea para el Celta, «le pega una de estas trallas que cantabas con 18 años... ¿Polizzia?». Claro que sí. El rap de Ayax y Prok les valió una denuncia por delito de injurias tipificado en la Ley Mordaza que quedó finalmente archivado. Opta por la naif cuando habla de Yolanda Díaz, la elección es Verano, de La Oreja de Van Gogh, como ese toque etéreo que desprende en campaña y, por último, a Santiago Abascal le lanzan el dardo: «Opinión de mierda, de Los Punsetes». Google tiene la letra disponible.

Declaración de intenciones

¡Alto! Rocío Dúrcal irrumpe con La gata bajo la lluvia y el techo se desparrama ante el llanto. Guacimara Jiménez y Elena Martínez acaban de coincidir, «¡mira que Las Palmas es chica!» y, después de los abrazos, dan su quiniela. «¿Sánchez? Mira la que está sonando»: «¡Estoy ahogado en un bar!». El clásico de Maná huele a abandono y sufrimiento con lingotazos de tequila, ¿se habrá sentido así el presidente? Pero Elena tira de meme y se ríe con las ocurrencias de las redes sociales que han viralizado Vas a quedarte. La balada de Aitana conquista a la generación Z. Volvemos a la oposición y se quedan, una vez más, en suspense.

El perfil bajo y sobrio de Feijóo tiene estas consecuencias. «¡Vete!», ¡eureka!, «pero es demasiado triste, ¿no?». El sencillo de despecho de Bad Bunny da el toque trapero para el orensano. Por probabilidades, lo más seguro es que se la susurre a su contrincante, en concreto, el verso «nadie te está aguantando y la puerta está abierta». Pura sugerencia. Y una vez más, el líder de la ultraderecha parece despertar los bajos instintos: «Rata de dos patas». ¿Calificativo o título? Paquita la del Barrio vibró con tanto ingenio y odio que Abascal se quedaría muy chiquito. ¡Espera! ¿Y Yolanda? «Desprende esperanza» de la que hablaba Diego Torres, resalta Guacimara, y su conocida da un rodeo por el poliamor, «yo espero que le guste Tres amigas tuyas, de Jimena Amarillo, que es como que le gustas a más y más gente, al final Yolanda no ha parado de sumar peña, ¿no? Aunque... Espero que no les ocurra lo mismo que en la canción», ríe. Pues sí. 

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A unos pasos, sorteando cuerpos apretados, está el corrillo de juerguistas de larga tradición. Óscar Chispas e Irene Suárez son los atrevidos. Nombres inventados con tal de que nadie sepa dónde han estado y sin miramientos describen al líder del Partido Socialista como «Farsante», la de Ozuna. No hay puntada sin hilo. «¿La de Sumar? ¡La Llorona!», se carcajean y al presidente del Partido Popular e Irene le encasquetan Believer, de Imagina Dragons, ¿por qué? Una creencia sin medidas. De repente, una mano derecha se alza... «¡No, no! Espérate. Al de Vox la de ‘por eso vete, olvida mi nombre, mi cara, mi casa, ¡y pega la vuelta!’». Benditos sean Pimpinela. ¡Foto! Que quede por los siglos que esta noche disfrutamos de nuestros cuerpos y anhelos, que creímos que todo se reducía a un rincón en el que la música nos hizo desaparecer. Quedan atrás rimando Playa del Inglés, de Quevedo. Menudas elecciones. 

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