El Cabildo inicia la limpieza de fincas privadas para prevenir los incendios

Medio Ambiente destina 300.000 euros para ejecutar labores de silvicultura

en doce propiedades | El proyecto trata de afianzar un potente sector forestal

Un operario limpia las ramas bajas de los pinos para evitar la propagación del fuego en superficie.

Un operario limpia las ramas bajas de los pinos para evitar la propagación del fuego en superficie. / Juanjo Jiménez

Juanjo Jiménez

Juanjo Jiménez

La consejería de Medio Ambiente del Cabildo de Gran Canaria ha iniciado por primera vez los trabajos de silvicultura preventiva con cargo al Fondo Verde Forestal en una docena de fincas privadas, gracias a un presupuesto para este año 2022 de 300.000 euros.

Hasta esta primera iniciativa, los programas de prevención de incendios forestales que dependen de la corporación insular solo se implementaban en los terrenos de titularidad pública, como la finca de Osorio, Llanos de la Pez, Tilos de Moya, Tamadaba o Inagua, entre otros, así como en fondos de barrancos y cauces que gestiona el Consejo Insular de Aguas.

Esta limitación de los trabajos de desbroce y limpieza suponen un grave handicap en la lucha contra el fuego, propiciando el avance de las llamas en aquellas zonas sin tratar en manos de particulares. Los técnicos de Medio Ambiente, en este sentido, aseguran que «tenemos un paisaje tremendamente sensible para los incendios forestales, y de nada sirve tener el terreno público en orden si la superficie privada está abandonada».

Por ese motivo los expertos han levantado una cartografía de las zonas de riesgo de la isla, «y hemos otorgado una puntuación al territorio dependiendo si está en máximo riesgo o menos».

Ese mapa ha sido determinante para asignar los presupuestos a aquellos propietarios que se han querido sumar a este programa, asignando a esta selección de fincas más susceptibles de propagar incendios un monto que varía entre los 10.000 y los 30.000 euros por finca, distribuidas en los municipios de Moya, Firgas, Tejeda, Santa María de Guía y Vega de San Mateo y en los que ya se está trabajando desde hace dos semanas.

Hay que reseñar también que, en el caso de Tejeda, se ha logrado la asignación gracias a la creación de un unidad de gestión para recibir las ayudas, juntando a varios pequeños propietarios para llegar al mínimo de estas subvenciones.

Todos esos trabajos, que realizan desbroces, podas, fijación del suelo para protegerlo contra la erosión, clareos o el arreglo de senderos, vías y pistas, los están ejecutando ocho pymes, «por lo que de esta forma», continúan explicando los técnicos del Cabildo, «estamos consiguiendo que por las dimensiones de las obras y el presupuesto se estén potenciando la actividad de estas pequeñas y medianas empresas, así como cooperativas y autónomos, con lo cual generamos un sector forestal en el medio rural».

El potencial de esta iniciativa se puede calibrar por la respuesta de los propietarios de fincas de toda la isla de Gran Canaria ante la convocatoria realizada por la consejería de Medio Ambiente, con una demanda que, sumada, superaba los 500.000 euros, con una veintena de solicitudes. De ahí que ya se esté trabajando para la convocatoria de 2023 con un presupuesto que se incrementará hasta los 400.000 euros. Hay que reseñar que los trabajos que ahora se están ejecutando deben terminar antes de fin de año.

Los responsables del plan tienen pocas dudas de que la iniciativa se irá afianzando, de ahí la necesidad de ampliar las partidas con este cambio de enfoque que además implica a los pastores, a los que también se les están compensando en el marco del Fondo Verde Forestal, «por el servicio de prevención que realizan con sus animales limpiando barrancos y zonas de pastizales».

Esta primera campaña se está centrando principalmente en las medianías del norte de Gran Canaria, áreas en las que estos momentos obtienen la máxima puntuación de la citada cartografía que evalúa los riesgos.

En Medio Ambiente detallan que casi toda la mitad sur de la isla ardió en 2007. Diez años después el siniestro se centró en la cumbre, y en 2019 en toda la franja alta que discurre entre Valleseco y Tamadaba, pasando por los municipios de Moya, Guía, Gáldar, Tejeda y Artenara. Tras esos fuegos la atención se centra en las medianías del norte, un área que consideran que se encuentra en grave peligro. De ahí que actuar en todo este territorio sensible a través del llamado céntimo forestal permite también cambiar un modelo que pasa por no incrementar mucho más los gastos en los que se incurren en la extinción para aumentar los destinados a la prevención.

Gasolina contra el fuego

Hay que recordar que el Fondo Verde Forestal en Gran Canaria nace de una iniciativa del Cabildo del año 2017, cuando se aprobó en pleno una moción por la cual se instaba al Gobierno de Canarias a detraer un céntimo de euro por cada litro de gasolina consumida en el archipiélago.

El ejecutivo canario no ha secundado esa petición hasta la fecha, pero la corporación insular decidió desde entonces asumir el compromiso de generar ese fondo verde para ir ejecutando obra preventiva.

Desde entonces esos caudales, de procedencia insular, se fueron destinando a los ayuntamientos para labores de silvicultura hasta 2019, parándose el programa durante la pandemia, hasta que ahora se ha retomado con este nuevo enfoque hacia los particulares.

Mientras, asociaciones como Profor Canarias o Silva, una agrupación de empresas forestales y ambientales, plataforma que también aboga por crear sector en el medio rural, exigen al Gobierno que apruebe este fondo verde tanto para evitar futuras catástrofes como para acelerar y mejorar la reforestación en Canarias.

Profor, en concreto, lanzó esa petición hace ya diez años, incluida su solicitud de firmas en Change.org, en la que ya hablaba de que el cambio en el régimen de lluvias y temperaturas auguraban «una dinámica de comportamiento de grandes incendios forestales con altos niveles de destrucción».

Por ello aboga por la creación tanto de un marco legislativo que se consolidara en una Ley Forestal Canaria, como en la creación de un «marco financiero, que dote económicamente de forma realista e independiente líneas maestras de la gestión forestal», de ahí la propuesta del modelo del céntimo forestal «como medida financiera para garantizar la pervivencia de nuestros bosques».

Suscríbete para seguir leyendo