Cabildo| El Plan Insular de Ordenación

El PIO prevé siete áreas de vertidos controlados y ampliar Juan Grande

Las zonas para escombros están en Tejeda, dos en La Aldea, Gáldar, Telde, San Bartolomé y Mogán | El complejo del Sur se extiende hacia la Presa del Salinero

Depósito de residuos de la construcción de Hoya Caldereta, en el municipio de Telde. | | ANDRÉS CRUZ

Depósito de residuos de la construcción de Hoya Caldereta, en el municipio de Telde. | | ANDRÉS CRUZ / Jesús Montesdeoca

El nuevo Plan Insular de Ordenación (PIO) de Gran Canaria establece siete áreas de vertidos controlados para depositar los residuos procedentes de la construcción y de las demoliciones, en lugares ya deteriorados por haber sido usados como escombreras y con escasos valores paisajísticos. Se trata de las zonas conocidas como Galindo (Tejeda), Barranquillo de la Miel y La Aldea (La Aldea de San Nicolás), Lomo del Cardonal (Gáldar), Cañada de Las Huesas (Telde), El Salobre (San Bartolomé de Tirajana) y Cañada del Burro (Mogán).

La planificación para el tratamiento de los residuos es uno de los problemas más graves al que se enfrenta la isla debido a la rápida colmatación de los dos vertederos existentes, los de Salto del Negro y Juan Grande, también recoge la ampliación de este último hacia el norte del actual complejo, en el entorno de la Presa del Salinero.

Bajo el epígrafe La gestión de los residuos de construcción y demolición (RCD) mediante Áreas de Vertido Controlado, el documento aprobado por el Cabildo de Gran Canaria el pasado 29 de diciembre sostiene que el crecimiento de la economía regional se ha sustentando en los últimos años en la construcción y, aunque ha habido un parón en este ámbito por la coyuntura económica, la renovación urbana, turística, industrial y residencial y la mejora de infraestructuras han continuado generando residuos.

Sin embargo, añade el PIO, que «a pesar de lo reducido de su cantidad y tipología, deben coadyuvar a la restauración coordinada de los ámbitos en los que se están desarrollando actividades extractivas de recursos geológicos, o a la recuperación de ámbitos degradados».

Siguiendo la ordenación establecida en el anterior PIO de 2004, el nuevo Plan identifica una serie de ámbitos degradados o de escaso valor relativo como posibles Áreas de Vertido, atendiendo a su capacidad de almacenamiento y compatibilidad ambiental.

Galindo, explica el documento, es un barranquillo de escaso desarrollo y profundidad que se encuentra cercano al casco urbano de Tejeda, colindante con un área agrícola de alto valor paisajístico. La vegetación dominante es el matorral de sustitución, por lo que el relleno y estabilización del barranquillo deberá finalizar con su recubrimiento con tierra vegetal para favorecer la revegetación natural en la zona. El lugar es idóneo para depósito permanente de residuos inertes, debido a su escasa pendiente y a su posición oculta a las principales cuencas paisajísticas del macizo central.

Sobre el Barranquillo de la Miel señala que se trata de un sector de matorral xérico muy degradado, aunque existen algunos ejemplares de cardones en la zona, rodeado de parcelas de cultivo bajo plástico. El depósito de residuos RCD en este ámbito es continuo, de manera que el cauce bajo del barranquillo se encuentra muy degradado, con riesgo de provocar corrimientos de tierra en casos de fuertes lluvias, por lo que es necesario reconducir la situación e integrar el material acopiado en el paisaje de la cuenca.

El área de La Aldea es un suelo rodeado de cultivos bajo plástico ubicado en la Cañada del Vilano, al sur del Parque Natural de Tamadaba, no presentando elementos de gran riqueza y singularidad. En la vegetación predominan la tabaiba, por lo que el relleno y estabilización deberá apoyarse sobre la ladera para evitar su incidencia visual desde cotas más altas, concretamente desde Tamadaba y desde la carretera general de bajada del Andén Verde hasta la playa.

El Lomo del Cardonal es un barranquillo con matorral xerófilo muy degradado, casi limitado al cauce y con una superficie muy pedregosa, rodeado de parcelas de cultivo bajo plástico que producen cierto impacto visual en el paisaje, que ya funciona como área de depósito de residuos inertes. El lugar es idóneo para depósito permanente de residuos inertes, debido a su escasa pendiente.

La Cañada de Las Huesas son terrenos de cultivo hoy abandonados, en los que los valores son escasos debido a las áridas características ambientales. Puede acoger un volumen importante de residuos RCD, cuyo descontrol puede suponer un cierto impacto visual, por lo que es necesario regular el vertido escalonado hasta alcanzar la cota de la carretera.

El Salobre es uno de los barrancos que se encuentra en el sur de Gran Canaria, por lo que sus características ambientales tienen que ver con la aridez propia de la zona, con algunas pequeñas formaciones de aulaga. Aunque la acumulación de vertidos en la zona es escasa, es un lugar idóneo para el depósito permanente de residuos RCD.

Por último, Cañada del Burro es un ámbito de amplias dimensiones, situado en un terreno con pendientes localizado en uno de los barrancos de Mogán. Posee características ambientales áridas, y en él destaca la presencia de algunas pequeñas formaciones de aulagas y especies xerófitas. Esta zona ha sido rellenada en más del 50% de su capacidad, con riesgo de provocar corrimientos de tierra en casos de fuertes lluvias, por lo que es necesario estudiar métodos de consolidación del material vertido, con el fin de evitar riesgos.

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