Meteorología | Sequía en los embalses

La sequía se adueña de las presas de Gran Canaria

Las altas temperaturas y la escasez de lluvia provocan una imagen empobrecida de los embalses

Los agricultores de la zona lamentan no poder plantar papas ni regar sus plantas en condiciones

Las altas temperaturas en estos meses han agravado la situación de sequía en las presas de la isla, hasta tal punto en el que se encuentran bajo mínimos. Los grandes embalses han notado una pérdida notable en el volumen de sus aguas, disminuyendo de un 27% a un 8% en un periodo de cuatro años.

Las presas de Gran Canaria están bajo mínimos por el calor. La sequía se ha adueñado de ellas. El veranillo de San Miguel, que se instaló en las islas hace una semana, parece haber cogido cariño al archipiélago, con unos termómetros que superan los 35 grados, y no bajan de los 25 por las noches. La presa de Chira es una de las más afectadas por esta ola de calor, con un porcentaje del 6%, siendo el más bajo en los últimos cinco años en el mes de septiembre, tal y como muestran los datos del Consejo Insular de Aguas. El año 2018, por su parte, fue cuando la presa registró su mayor porcentaje de agua, con un 29% y una altura de 19,38 metros. En términos generales, las presas languidecen en comparación con hace cuatro años cuando la capacidad total era de un 27%, frente al 8% de ahora.

A las orillas de la presa de Chira, aprovechando el buen tiempo y la tregua de los termómetros en las primeras horas del día, están David, Alice y un grupo de cuatro turistas alemanes. Bien preparados con sillas, crema solar y gorros para protegerse del sol, están pasando un día diferente pescando y posteriormente liberando las carpas de la presa. David y Alice, originarios de Londres, son los dueños y fundadores de Carp Gran Canaria, una empresa de captura y liberación que ofrece excursiones a los turistas que llegan a la isla y buscan algo diferente rodeados de naturaleza. "Nuestros 20 años de experiencia han hecho que muchos reconozcan nuestro trabajo, y son varios los extranjeros que vienen a pescar en aguas dulces", explica Alice.

Aunque para los canarios la pesca más tradicional es la del mar en aguas saladas, David explica que en ocasiones también han tenido a personas locales, que atraídas por la pesca en agua dulce se lanza a la experiencia de probar con las carpas de la presa de Chira. "Son pocos comparados con los que vienen de fuera, pero los de aquí se muestran mucho más sorprendidos por la inmensidad de las carpas y lo que pueden llegar a pesar", explica. Los cuatro turistas alemanes lograron pescar durante su excursión, consiguiendo fotografiarse con una de las carpas, que tenía un peso de diez kilos.

Las excursiones que ofrecen son desde las ocho de la mañana, cuando les recogen en su hotel y les llevan hasta la presa de Chira, y hasta las dos de la tarde, cuando emprenden el camino de vuelta. Durante ese tiempo, David es el encargado de enseñar a sus clientes a pescar, con un completo equipaje que contiene varias cañas de pescar, sillas de playa para pasar el rato hasta que consiguen hacerse con una carpa, y una pesa con la que miden el volumen del pez capturado. Una vez consiguen pescarlo, se hacen una foto, y lo vuelven a introducir en la presa. Una excursión que es admirada por muchos turistas, sobre todo británicos, que encuentran en Chira un retiro espiritual. "Esta semana apenas pudimos salir y hacer excursiones, porque la ola de calor nos lo impedía", dice David. "Cuando hay avisos rojos o naranjas no nos arriesgamos a venir, pero hoy por fin el día está agradable", sentencia.

Jesús Valido: «La última vez que vi la presa de Chira llena fue en el año 2007 a causa de unas fuertes lluvias»

A pesar de que los datos de la presa de Chira son preocupantes debido a la sequía, lo cierto es que esta no es la única que se encuentra bajo mínimos, pues prácticamente todas se encuentran en la misma situación. En el caso de la presa de Soria, el volumen que estaba disponible era muy bajo, con unos 200.000 metros cúbicos. Por este motivo, lo que se ha hecho es trasvasarlos a la presa de Gambuesa para poder realizar obras de mantenimiento de la presa. "El agua no se ha perdido, sigue disponible para los usuarios de la presa, pero la tenemos almacenada en Gambuesa", explica Carmelo Santana.

Sequía y calor

Jesús Valido riega sus plantas con una manguera. La sequía y el calor le han obligado a tener que hacerlo tres veces por semana, cuando lo normal, en estos meses, es hacerlo una vez cada siete días. "No hay agua en las presas, da pena verlas tan vacías", dice. "Por las tardes, de vez en cuando, me doy un paseo y voy a mirarlas con la esperanza de que haya un poco más de agua, pero sin lluvia esto no se puede remediar", explica. Aunque conoce los Cercados de Araña de toda la vida, fue hace diez años cuando se mudó hacia esta zona de la isla, buscando tranquilidad. En todos los años que lleva frecuentando el interior de la isla, la vez que más llena recuerda ver la presa fue en el 2007. "Ese año estuvo más llena que nunca, creo que unas lluvias torrenciales fueron las responsables de esa estampa tan bonita", comenta.

El agua de la presa de Soria se ha trasvasado hasta Gambuesa para poder realizar obras de mantenimiento

Este año, por el contrario, apenas ha habido lluvias en la isla, motivo por el que las plantaciones se han visto afectadas y los agricultores han lamentado el cambio climático. "Ahora no hay agua, hay tanta sequía que ni siquiera podemos plantar papas, y cuesta hasta regar las plantas, porque el agua la sueltan el viernes y la vuelven a cortar los domingos", confiesa molesto. Una semana en la que el calor ha hecho acto de presencia en una zona de sequía total, y donde los vecinos no hablan de otra cosa que de las altas temperaturas, poco habituales para la fecha en la que estamos. "Como la situación siga así no vamos a poder salvar ni los matos", asegura Jesús preocupado.

La situación en la presa de Las Niñas y en Sorrueda es parecida, con unos volúmenes de agua por debajo de la media habitual que hacen a la población insular alertarse por la condición climatológica de las últimas semanas. Un eterno verano que parece no tener fin en el archipiélago, y que acompañado de calima y sensaciones térmicas elevadas, han hecho a las presas de la isla quedarse bajo mínimos. Con octubre casi a la mitad, la esperanza de los vecinos más cercanos a las presas, que son los que viven la realidad más de cerca, se centra en que con las semanas, el otoño haga acto de presencia, haciendo que estos volúmenes puedan crecer un poco.

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