Más de dos millones y tres años para rehabilitar las 96 viviendas de Santa Brígida

Los propietarios de las 96 viviendas del casco de Santa Brígida afectados por las obras para la Regeneración y Renovación Urbana (Arru) empiezan a ver la luz al final del túnel. Después de tres años marcados por los avances y las pausas de las obras, las modificaciones y las inyecciones extras de capital, desde el área de urbanismo del ayuntamiento prevén que sea en el mes de abril o mayo cuando los trabajos finalicen. La edil de urbanismo y vivienda, María Lozano, ha explicado a este periódico que cuando llegó el nuevo grupo de gobierno, hace unos meses, las obras estaban paradas "porque no se había pagado a la contrata el dinero prometido y el proyecto necesitaba de una modificación para continuar".

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Finalmente, esa modificación inicial se convirtió en dos, en las que el gobierno municipal tuvo que realizar una inyección de 300.000 euros repartidos en dos partes, debido a que a medida que se han ido desarrollando los trabajos, se han ido encontrando actuaciones que no estaban previstas. Los propietarios del edificio, han tenido que vivir durante estos años con el desorden que provoca tener una calle cortada al tráfico, así como con los ruidos de las mismas, pues aunque en un primer momento se había acordado reubicar a los vecinos de los pisos bajos, los contratiempos con el proyecto hicieron que esa idea desapareciera de los planes.

Desde el área de urbanismo prevén que a finales de abril los trabajos estén finalizados

Según María Lozano, los vecinos han pasado durante este tiempo "calamidades" debido a que las obras han estado mucho tiempo paradas y nadie ha hecho nada para ponerlas en marcha de nuevo. "La idea que tenemos desde el grupo de gobierno es finalizar cuanto antes, reabrir la calle en el mes de abril o mayo como muy tarde y a medida que vaya avanzando el año, asfaltarla en condiciones". Las obras han consistido en dar una nueva vida al edificio, ya que en palabras de Lozano y según los primeros informes que obtuvieron, "estaban para tirarse con respecto a estabilidad estructural, porque era muy deficiente".

Un lavado de cara

Por lo tanto, una de las grandes inversiones era la de reforzar la estructura con nuevas vigas metálicas y dar accesibilidad vertical. Además, se han colocado ascensores y se ha hecho una renovación de las instalaciones en general, así como un saneamiento público de las viviendas que ha incluido una nueva imagen para las fachadas y se han resuelto temas de humedades entre otras cosas. "En definitivas cuentas, se ha hecho un lavado al edificio sin meternos en la vivienda individual", explica María Lozano. Unas obras que después de tres años de idas y venidas, el importe asciende a 2.300.000 euros, contando con las dos modificaciones que necesitó el proyecto.

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