El Cabildo de Gran Canaria rechaza la línea con Tarfaya por temor a plagas y competencia desleal en el sector agroalimentario

El consejero autonómico Narvay Quintero comparte la preocupación de Morales por la ruta marítima con Marruecos

Reunión en el Cabildo entre los responsables de Agricultura, Ganadería y Pesca

Reunión en el Cabildo entre los responsables de Agricultura, Ganadería y Pesca / David Delfour

El Cabildo de Gran Canaria ha trasladado este miércoles al Gobierno de Canarias su «preocupación» y «temor» por la posible reapertura de la línea marítima entre Fuerteventura y la localidad marroquí de Tarfaya, pues supone un riesgo de entrada de plagas en los cultivos al no existir controles fitosanitarios serios en ambos puertos. Además, según el presidente del gobierno insular, Antonio Morales, puede desembocar en una competencia «desleal» y «brutal» para el sector primario de la isla, que debe cumplir unas normas de la Unión Europea que no se exigen en esos países terceros.

La propia Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Soberanía Alimentaria del Gobierno autonómico comparte esos temores, según admitió su titular, Narvay Quintero, quien recordó que en Canarias están detectadas actualmente unas 90 plagas, lo que ha mermado la actividad del sector agrícola y ganadero. Puso como ejemplo que la polilla guatemalteca ha reducido hasta en un 50% la producción de papas en algunas explotaciones. «En la Consejería también nos preocupa esa línea por la competencia desleal que puede tener esta entrada de productos del sector primario, que es algo que ya estamos viendo hoy en día», apuntó Quintero tras la reunión con Morales, en la que también participaron los altos cargos de ese departamento de ambas instituciones.

En ese encuentro de trabajo también se acordó realizar un nuevo estudio sobre la situación del cultivo del tomate ante la «chapuza» de informe que elaboró el anterior Gobierno de Canarias y se decidió un listado de obras hidráulicas que empezarán por las balsas de Valleseco y de El Mocanal. También se abordó un impulso a la acuicultura con ayudas a los nuevos proyectos solicitados, en Telde, San Bartolomé de Tirajana y La Aldea, con la posibilidad de traspasar algunas competencias al Cabildo. 

Controles deficitarios

«Sabemos -dijo Morales- que es una competencia del Estado, pero estamos muy preocupados, porque se nos puede introducir por la puerta de atrás, con los controles laxos y absolutamente deficitarios que hoy existen, una competencia brutal que puede ser un golpe mortal para el sector primario de Canarias y de Gran Canaria». Otra razón para rechazar esa ruta comercial con el sur de Marruecos es la imposibilidad de que las empresas canarias puedan competir con los salarios que se pagan allí.  

Quintero ahondó en ese argumento y criticó la «hipocresía» de la política europea cuando usa el eslogan «del campo a la mesa», pues «aboga por residuos cero, huella de carbono cero, pero después llega a acuerdos con terceros países, como Marruecos u otros, de donde importamos producciones a Europa y a Canarias, y que compiten deslealmente». 

Así, recordó que los productores canarios cumplen unas exigencias legales muy garantistas con el consumidor, lo que aumenta los costes y encarecen el producto, lo que no ocurre en esos terceros países. «Si no hay controles suficientes, que actualmente no los hay, evidentemente para nosotros esa línea marítima es un riesgo», concluyó el consejero. 

Morales asegura que los controles fitosanitarios «son absolutamente deficitarios ahora»

Casi al mismo tiempo de la reunión entre Morales y Quintero en el Cabildo, la Asociación de Agricultores y Ganaderos (Asaga) de Canarias expresó su rechazo a que se reanude la conexión marítima entre Puerto del Rosario y Tarfaya, prevista para este mismo año. Para el secretario general de esta organización agraria, Theo Hernando, se trata de «una noticia nefasta para el sector agrario», pues «la entrada de productos hortofrutícolas de Marruecos puede acabar con la producción canaria, no solo por la competencia desleal, pues no juega con las mismas reglas que los productores europeos, sino por ser la vía de entrada de enfermedades ganaderas.  

Asaga teme que la entrada masiva a las islas de mercancías agrícolas y ganaderas de origen marroquí propague plagas y enfermedades, tanto fitosanitarias como epizoóticas, que «podrían acarrear pérdidas en las producciones locales, así como suponer un peligro para la cabaña ganadera».

En Marruecos, aseguró Asaga, existen patógenos vegetales como el virus del rugoso del tomate, confirmado por las autoridades fitosanitarias de ese país, o la falsa polilla, detectada en algunas frutas importadas. Es una seria amenaza para la agricultura canaria al afectar a especies como aguacate, viña, olivo, caqui, granado, pimiento, tomate o berenjena. 

Asaga demandó al Gobierno de Canarias un análisis minucioso y de las repercusiones para el campo canario, «alejada de esa imagen benévola vinculada exclusivamente a potenciar las relaciones económicas, sociales y culturales entre Marruecos y Canarias».

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