Moya

La Montañeta, el yacimiento olvidado

Dos desprendimientos de tierra y rocas impiden desde hace cinco meses visitar las cuevas aborígenes del «valeroso jefe indígena canario» Doramas, en la antigua Moya

Yacimiento La Montañeta, en Moya

LP/DLP

Javier Bolaños

Javier Bolaños

El anunciado proyecto de un centro de interpretación está cogiendo polvo desde hace años en algún cajón, al igual que la campaña de exploración. Y lo último han sido unos desprendimientos, que obligaron desde octubre a cerrar el paso a la zona, y que no han hecho más que castigar a un Bien de Interés Cultual (BIC) declarado en 2009. La Montañeta, en Moya, sigue siendo el gran yacimiento arqueológico ignorado del Norte. 

Un cartel aparece en un cruce de caminos a unos dos kilómetros del casco. Escrito en español, inglés y alemán, informa que estamos ante la zona Arqueológica La Montañeta, formado por «un conjunto de «grandes cuevas naturales que los antiguos canarios acondicionaron para el uso doméstico, destacando, entre otros espacios, los graneros, dedicados al almacenamiento -básicamente de cereales- en el interior de los silos». A partir de ahí, y sin la existencia de aparcamientos organizados para los visitantes, hay que intuir que la entrada está en la espalda del indicativo. Ni siquiera se recuerda que se está ante un Bien de Interés Cultural (BIC) desde el 3 de febrero de 2009, que fue zona de dominio del «popular y valeroso jefe indígena canario Doramas», como lo definió el investigador Sebastián Jiménez tras unas excavaciones en 1946, que le llevan a la conclusión de que pudo ser «la residencia habitual del indomable caudillo, prototipo de la audacia y genio guerrero del canario prehispánico».

25 y 27 de octubre

Después de caminar por el sendero empedrado, junto a algunas viviendas y tierras, se llega al comienzo de este «complejo hábitat troglodita formado en distintos niveles y que se comunican entre sí por medio de pequeños caminos, pasos y escalones labrados en las rocas». Pero, antes de entrar, el visitante se topa con la señal que prohíbe pasar. La razón viene dada por varios desprendimientos. El primero fue de tierra, que tuvo lugar el 25 de octubre, con una réplica de rocas dos días después junto a una cueva privada.

"Llevo muchos años defendiendo este lugar porque creo que lo merece"

Alejandro Ortega:

— Defensor del yacimiento

«La Montañeta tiene que estar a la altura de estos yacimientos arqueológicos del norte de Gran Canaria, pero su situación es muy diferente: un derrumbe en la entrada del camino al yacimiento desde octubre imposibilita su visita; vegetación, basura, muros en mal estado, una valla de seguridad que recorre el yacimiento en pésimas condiciones, cartelería deteriorada, estiércol de paloma, sin vigilancia, etc. Llevo muchos años defendiendo este lugar porque creo que lo merece y creo que la mejor solución sería un centro de visitantes para su divulgación y visitas controladas. No me canso, seguiré dando visibilidad a la situación de abandono que está sufriendo La Montañeta de Moya por parte de las Administraciones, para que la cuiden como se merece. No lo hago por mí, lo hago por los antiguos canarios que allí habitaron, por un lugar que no deja de sorprenderme». Alejandro Ortega lleva muchos años reivindicando el cariño e interés político de este yacimiento prehispánico, que ha sido relegado en su proyección y ninguneado por los responsables de protegerlo, sin otorgarle a su entender el protagonismo histórico que tiene y que está por descubrir. A pesar de todo, la gran cueva «ha sido respetada» por la población, porque cree que tiene una magia histórica. Eso sí, el conjunto ha sido modificado por la extracción de picón y la vida cotidiana de los más recientes pobladores.

Santuario

El yacimiento aborigen está formado por una decena de cuevas, que sirvieron como viviendas, graneros y para rituales. Pero, por encima de todas, destaca la denominada como la Gran Cueva de los Silos o Cueva Santuario, que se ha conservado en buenas condiciones, en parte, porque está localizada en un lugar de difícil acceso, y que ni siquiera el camino habilitado para las visitas llega hasta él.

Situada casi en el extremo de La Montañeta y alejada del resto, se trata de un enorme almogarén (lugar de oración) de unos 30 metros de longitud interior, siete metros de ancho en la parte más estrecha central y hasta cuatro metros de altura, y está considerada entre las más grandes excavadas en la toba volcánica por los canarios, e incluye silos para almacenar el grano.

Cuenta con cinco puertas o huecos a distinto nivel, y numerosas ‘claraboyas’ por las que entra la luz, que llevan a pensar que pueden ser los marcadores solares.

Precisamente, Alejandro Ortega ha podido experimentar cómo con la llegada del verano el 21 de junio la luz solar de color anaranjada que se asemeja a lava recorre precisamente las distintas ranuras de estas pequeñas estructuras circulares situadas en el piso. Luego, en el solsticio de invierno el 21 de diciembre, hace otro recorrido parecido.

El lugar tiene vistas privilegiadas de Arucas y La Isleta. Y la excavación de mediados del siglo pasado ya sacó a la relucir un ídolo (que pudo tener entre 9x9 centímetros, aunque estaba roto), cerámicas, pieles que pueden haber sido empleadas por harimaguadas y balines de piedra para hondas.

El resto de los secretos siguen ocultos. Al menos, hasta que se lleve a cabo una gran excavación científica que saque a la luz nuevos secretos, la que se comprometieron las autoridades hace años.

La otra cueva de relevancia es el Tagoror, con un amplio ventanal. El investigador Sebastián Jiménez la llamó Cueva o Sala de Asamblea Política, al contar con asientos pétreos naturales, dispuestos en mesetas ascendentes.

Junto a ellas hay otros espacios, que pueden responder a antiguas cuevas funerarias.

Del conjunto del yacimiento, solo la mitad de las cuevas puede ser visitada, ya que el camino principal (ahora cortado por la señal) tiene un límite. Eso sí, en su momento se habló de crear un recorrido circular en torno a la montaña para que el conjunto aborigen pudiera ser recorrido a pie.

Desde hace cinco meses, la visita está prohibida. Ante el aviso de los citados derrumbes por parte de Alejandro Ortega, la respuesta que ha recibido del Cabildo en enero es que «se necesita actuar en el lugar con visita de técnico para asegurar el acceso al yacimiento. Que desde el paso mes de septiembre venció el contrato de mantenimientos de los yacimientos arqueológicos y en enero todavía no se había resuelto el nuevo.

Pero, de momento, «ni siquiera se ha retirado la tierra que entorpece el camino, y menos aún, para asegurar la zona», a pesar de la relevancia de este lugar, cuyo topónimo de La Montañeta parece ser que surgió en 1755 en una escritura testamentaria de Elvira Castillo Olivares, donde dice ser heredara de su marido de ‘Suerte en la montañeta’.

Abandono y desprendimientos en el yacimiento de La Montañeta de Moya

LP/DLP

Un ídolo y ropa de harimaguada

El lugar fue declarado el 3 de febrero de 2009 Bien de Interés Cultural (BIC), extendiéndose a casi toda la montaña. Sebastián Jiménez ya hablaba en su informe de 1946 de que estamos ante un conjunto arqueológico que puede tener incluso más valor que el Cenobio de Valerón de Guía, que curiosamente también puede ser visible en la distancia desde la zona alta de la montaña de Moya, dentro de este mirador natural que es la zona alta.

Los trabajos arqueológicos realizados durante dos meses en 2010 por Tibicena en el yacimiento permitieron también recuperar numerosos restos inmuebles y arqueológicos, principalmente cerámicas de decoración y tipologías variadas, industrias líticas talladas y pulimentadas, restos de madera y piel, ídolos, malocofauna (fauna de moluscos) y fauna terrestre. Pero, a buen seguro, hay más por descubrir en el lugar.

Las pruebas radiocarbónicas señalan que La Montañeta de Moya fue ocupada entre los siglos VIII y XII, aunque puede que su uso se extendiese hasta fechas próximas a la conquista castellana.

En 2017 se anunció la construcción de un centro de interpretación en La Montañeta y en La Guancha de Gáldar, tras un acuerdo entre el Gobierno de Canarias y el Cabildo. En este último caso, la obra está ya a punto de concluirse, pero en el casco de La Montañeta sigue sin saberse nada.

Precisamente, ese año el Gobierno daba a conocer al Ayuntamiento de Moya su compromiso para impulsar el proyecto museístico, que iba a permitir divulgar el conjunto troglodita de cuevas naturales. Se llegó a hablar que el proyecto de construcción costaba 240.000 euros.

Además, estaba previsto que se llevara a cabo una campaña de excavaciones, sobre todo en la cueva principal, porque a buen seguro deparará muchas sorpresas. Pero tampoco se sabe nada más.

La antigua Moya

La Montañeta está situada en un emplazamiento estratégico, con vistas que alcanzan por un lado hasta La Isleta y, y por el otro, al Tagoror del Gallego y el Cenobio de Valerón, y la costa de Arucas. Es, por tanto, un gran mirador.

Alejandro Ortega lamenta que no se hayan comprado algunas de estas cuevas y tierras privadas para dignificar este espacio, y acondicionar el acceso a los visitantes. No quiere, añade, ni más ni menos, que lo que se ha hecho en lugares de interés para cocer nuestro pasado aborigen, como el Cenobio de Valerón (Guía), La Guancha (Gáldar) y el Maipés (Agaete), por citar ejemplos próximos. A su entender, el lugar lo merece.

La antigua Moya está todavía por descubrir.

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