Los centros cívicos eliminan barreras y amplían el programa de actividades

El Ayuntamiento asume la gestión directa de locales como el de Copherfam

tras su reforma integral | Ofrecerán talleres y cursos para personas mayores

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha actuado en espacios de barrios como Copherfam. El alcalde, Augusto Hidalgo, durante su reapertura la pasada semana.

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha actuado en espacios de barrios como Copherfam. El alcalde, Augusto Hidalgo, durante su reapertura la pasada semana. / C. T.

Jacobo Corujeira

Jacobo Corujeira

Los 68 locales sociales y centros cívicos de Las Palmas de Gran Canaria, espacios que durante décadas han sido el centro de la vida comunitaria en muchos barrios de la capital grancanaria, han sido objeto de un programa de renovación que abarca tanto sus instalaciones como su propio modo de funcionamiento y las actividades que se llevan a cabo. El Ayuntamiento ha modernizado estos espacios en accesibilidad o eficiencia energética, entre otros aspectos, y los está dotando de una gestión directa con la que el propio consistorio se hace cargo de sus actividades de dinamización.

«Desde el principio del mandato, tanto Participación Ciudadana como el Servicio Municipal de Patrimonio comenzamos a revisar su estado de utilización», explica el edil Prisco Navarro, que tiene a su cargo los locales comunitarios y centros cívicos de la capital. Con instalaciones que en no pocos casos tienen más de tres décadas de antigüedad, lo primero fue «ver cómo se encontraban en cuanto a infraestructura general, electricidad o fontanería», continúa el concejal.

Participación Ciudadana ultima un concurso para adjudicar la nueva programación

Navarro pone el ejemplo del centro cívico de Copherfam, que fue inaugurado la pasada semana por el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo. «Cuando entramos para actuar había demasiado material acumulado, incluso restaba espacio para poder desarrollar actividades, y el edificio ya tenía sus años», reconoce el responsable de Participación Ciudadana.

Los centros cívicos eliminan barreras  y amplían el programa de actividades

El concejal Prisco Navarro durante una visita al centro cívico de Zárate. / C. T.

La única forma de acceder a la planta alta era a través de unas escaleras, lo que impedía su utilización por parte de personas con movilidad reducida, pero ahora dispone de un ascensor que conecta los distintos niveles. La inversión total en este centro, cerrado durante más de tres años, ha sido de 300.000 euros, cantidad con la que también se han construido nuevos baños o se han instalado luces con sensores que optimizan el consumo energético, entre otros trabajos.

La renovación de algunos de estos centros ha supuesto, además, una oportunidad para formar y dar trabajo durante un tiempo a 30 personas desempleadas. Esto es lo que ha hecho el Ayuntamiento con el Programa de Formación en Alternancia con el Empleo (Pfae) que le ha permitido actualizar tres espacios con cerca de un millón de euros de inversión. Así ha ocurrido, por ejemplo, con los locales municipales situados en el parque Don Benito (Schamann); el de Zárate y el de Las Tenerías (Vega de San José).

El concejal destaca otras actuaciones impulsadas por el Ayuntamiento, como la llevada a cabo en el local del barrio Atlántico, que combina actividades propias de un centro cívico con la cesión de espacios a asociaciones de vecinos y colectivos de la zona. En este caso, la reforma abarcó el salón de actos y la eliminación de barreras arquitectónicas. En el Suárez Naranjo de Arenales, el derribo de una casa en mal estado facilitó la creación de un patio donde actualmente se imparten talleres deportivos o de yoga, entre otras actividades.

Las obras de reforma han permitido formar y contratar durante un tiempo a 30 personas sin empleo

La variedad de locales y sus particulares características, llevó al consistorio a plantearse también un cambio en el modelo de gestión de estos espacios públicos. Tras revisar las condiciones de cesión, el área de Participación Ciudadana confirmó que en muchos casos los acuerdos tenían una antigüedad superior a los 30 años y necesitaban una actualización en su uso. El Ayuntamiento ha reorganizado su gestión, que pasa a ser directa, gracias a un nuevo reglamento que garantiza su buen uso.

El edil asegura que la nueva fórmula garantiza el acceso de más de una organización a los locales e insiste en que «se puede convivir entre diferentes colectivos» con «un reglamento de uso que permite saber en cada momento, cada y a qué hora hay una actividad, quién la tiene y quién no». Para ello, llama la atención sobre el caso de El Batán. «En el local comunitario conviven cuatro o cinco colectivos y no hay ningún tipo de problema; hay ensayos artísticos, una asociación juvenil o los propios vecinos, y la verdad es que se llevan muy bien», recalca.

El último aspecto que destaca Navarro es la incorporación de actividades a la oferta de los centros cívicos y locales comunitarios. El Ayuntamiento, avanza, está elaborando un pliego de condiciones para contratar un servicio de dinamización con el objetivo de dotar a los espacios de una programación -su presupuesto se acerca a los 200.000 euros- a la que se pueda apuntar el vecindario. Entre las propuestas que se contemplan hay manualidades, actividades físicas para la población de edad avanzada o inmersiones tecnológicas para reducir la brecha digital que existe entre las personas mayores.

Suscríbete para seguir leyendo