Galicia se adelanta a Las Palmas al poner 60 hectáreas al servicio de la energía eólica marina

Los gallegos aprueban un plan para captar proyectos y tramitan la concesión de dos empresas mientras el concurso convocado en las palmas queda desierto

VISTA AEREA DEL PUERTO EXTERIOR DE A CORUÑA

VISTA AEREA DEL PUERTO EXTERIOR DE A CORUÑA / CARLOS FERNANDEZ SOUSA / AUTORIDAD PORTUARIA DE A CORUÑA

Mientras aquí fracasa el primer concurso público convocado para desarrollar energía eólica marina, la Autoridad Portuaria de A Coruña, con Martín Fernández Prado al frente, pone a disposición del sector hasta 60 hectáreas en su puerto exterior, todo ello con la finalidad de fabricar y ensamblar en Punta Langosteira los componentes y estructuras que necesita el norte de Europa para desarrollar sus parques flotantes de aerogeneradores.

Así lo recoge el anuncio convocado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) por la Autoridad Portuaria de A Coruña, que marca el inicio del proyecto de ordenación de la zona sur del puerto exterior coruñés para "el desarrollo de un hub destinado a la industria eólica offshore".

Ese, precisamente, es el objetivo de la Autoridad Portuaria de Las Palmas (APLP), un reto que se acaba de encontrar con su primer gran obstáculo: el concurso convocado a principios de año ha quedado desierto al no presentarse ninguna de las empresas deseadas, entre ellas Navantia, la gran compañía pública que estaba llamada a concurrir en alianza con los astilleros locales de Zamakona, Astican o Hidramar, los tres con sede en el Puerto de Las Palmas.

Los grupos Cobra y Saitec tramitan sendos proyectos para instalarse en Punta Langosteira

El presidente de APLP, Luis Ibarra, tras el fracaso de la convocatoria, ha anunciado que buscará la adjudicación directa, con la finalidad de encontrar una empresa que invierta al menos 15 millones de euros en un centro logístico para trabajar con los aerogeneradores flotantes y otras energías renovables, situado en un espacio diáfano de casi 20 hectáreas (118.820 metros cuadrados) de nueva creación y línea de atraque destinado a construir, reparar, mantener o desarrollar los componentes de los aerogeneradores, entre otras estructuras o servicios del sector de las renovables, tanto instalados tierra adentro como en parques marinos situados frente a las áreas costeras.

El plazo para encontrar al inversor privado que haga realidad el proyecto en Las Palmas es de un año a contar desde la declaración desierta del concurso público, sin que puedan variarse las condiciones técnicas establecidas en los pliegos del contrato, pues la concesión de dominio público no puede acordarse en condiciones más favorables a las recogidas en la licitación fallida.

En Galicia, sin embargo, no se ha optado por el concurso público ni por la adjudicación directa, que es un procedimiento excepcional destinado a rescatar las licitaciones desiertas o fallidas, sino por la ordenación del dominio público mediante una convocatoria abierta de presentación de proyectos orientados al sector emergente de las renovables, sobre todo de la energía eólica marina. Hay países que han comenzado a montar parques flotantes en el Atlántico, como Francia y Escocia, o que están en vías de autorizar estas instalaciones, como ocurre en España, que recientemente ha aprobado las zonas permitidas para estas industrias, entre ellas Gran Canaria y Tenerife.

Y es que en los próximos tres años se espera un crecimiento exponencial del negocio eólico offshore. En Galicia, para aprovechar esa oportunidad, se ha puesto en marcha el proyecto Green Port, al calor del cual se han recibido diferentes solicitudes de empresas para habilitar centros industriales vinculados a la eólica marina, con destino a la exportación de componentes al norte de Europa, o la generación y almacenamiento de hidrógeno y amoniaco verdes.

En Coruña, de hecho, se tramita la solicitud de dos empresas que han solicitado instalarse en Langosteira. Una de ellas es Candieira Offshore Wind, que pertenece al grupo vasco Saitec, la cual ha pedido suelo para la «construcción y explotación de una planta de prefabricación y montaje de plataformas flotantes para aerogeneradores».  

La dársena creada para catástrofes como el ‘Prestige’ se postula como centro de referencia ‘offshore’

La otra compañía es Moncobra SA, filial del grupo Cobra, que gestiona el parque eólico flotante más grande del mundo, situado en Escocia. En A Coruña solicitan espacio para la «construcción y explotación de una planta de prefabricación y montaje de grandes componentes para la industria eólica marina y proyectos modulares análogos», según el BOE.

Ambos proyectos se encuentran en trámite de competencia. De ahí que la Autoridad Portuaria haya abierto la posibilidad de presentar iniciativas análogas a otras empresas, iniciando así el proceso para ordenar la zona sur del puerto exterior coruñés y garantizar la eficiencia de las adjudicaciones en Langosteira, un espacio que se construyó para manejar catástrofes marítimas como la del Prestige y que estaba en desuso hasta la irrupción del negocio eólico offshore. 

La Autoridad Portuaria de A Coruña también ha licitado una asistencia técnica con el fin de acompañar al organismo público en la definición y redacción de los proyectos que serán necesarios para poder explotar este nuevo espacio en Punta Langosteira.

Ese contrato de asistencia, que asciende a 937.000 euros, incluye el análisis y redacción de los proyectos de habilitación de la zona sur, tanto de obras marítimas (muelles, dragados…) como viales, redes de servicios o controles de acceso, entre otros. Esto es clave porque en los próximos años están previstas inversiones importantes que serán imprescindibles para albergar las futuras concesiones de fabricación de componentes de eólica offshore.

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