El Batman de La Isleta se enfrenta a una multa de 3.000 euros

Los aparcamientos se han convertido en un quebradero de cabezas para los vecinos de la calle Roque Guinart, en la parte alta de La Isleta. Hasta hace unos días, estacionaban sus vehículos en uno de los márgenes de la vía, que carece de aceras y es más bien estrecha. Esto dificultaba en más de una ocasión el paso de otros vehículos que fueran ligeramente más anchos de lo normal, por lo que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria decidió tomar cartas en el asunto: prohibir estacionar en la vía. Una decisión que no ha gustado a todos y que ha provocado dos posturas enfrentadas. Mientras tanto, hay quien ha decidido tomarse la justicia por su mano.

La noche del pasado día de Canarias comenzó a circular por redes sociales el vídeo de una persona disfrazada de Batman. Con afán justiciero, como si se tratara del mismísimo superhéroe dispuesto a salvar la ciudad ficticia de Gotham, se le ve caminando por la calle isletera con un bote de pintura negra. Brocha en mano, comenzó a repintar las líneas amarillas que a su vez pintó primero el Ayuntamiento para prohibir el aparcamiento.

Varios vecinos solicitaron quitar los aparcamientos porque los coches impedían circular

Este particular Batman, que ahora se enfrenta a una sanción administrativa que asciende a los 3.000 euros, pintó además en una pared el clásico murciélago del personaje de DC Cómics, símbolo de la «lucha contra el mal» en la historieta. Por último, se dedicó a pegar con chinchetas en los edificios una cartulina con la siguiente frase: «queridos vecinos os devuelvo el aparcamiento, vuestro justiciero Batman». Ya al día siguiente los vecinos volvieron a aparcar en la calle.

Desde el área de Seguridad y Emergencias señalan que la Unidad Unidad de Mediación y Convivencia (UMEC) de la Policía Local lleva semanas mediando entre los vecinos por esta situación. Según las fuentes consultadas, unos quieren mantener las plazas de aparcamiento en la citada calle, dado que los edificios -de dos plantas más el bajo- carecen de estacionamientos propios. Otros residentes indican que esos coches mal aparcados en la vía pública dificultan el paso de los vehículos, sobre todo si son un poco más anchos de lo normal.

Estos últimos presentaron una solicitud al Ayuntamiento denunciando la situación. Los técnicos de tráfico acudieron al lugar e hicieron una valoración. Como solución, decidieron pintar una línea amarilla a lo largo de toda la calle, por lo que el estacionamiento en la vía pasó a estar prohibido. Esta decisión no gustó entre muchos residentes de la calle. Así, entre quejas y quejas, la situación provocó la aparición de este justiciero enmascarado.

Nuevas plazas de aparcamiento

Ante este conflicto de intereses, el Ayuntamiento está estudiando facilitar nuevas plazas de aparcamiento en la zona para resolver el problema, apuntan. Mientras tanto, el Batman de La Isleta, de ser identificado, se enfrenta a una sanción administrativa de 3.000 euros por borrar señales de tráfico de la vía pública y a otra de 600 por hacer una pintada en un muro de titularidad municipal -el grafiti del murciélago-.

Esta acción ha provocado reacciones de todo tipo entre los vecinos de La Isleta. Algunos han llegado a expresar en el programa de la Televisión Canaria Nunca es tarde que «era realmente necesario» lo que hizo. Es más, hay quien ha dicho que está dispuesto a «a hacer una recolecta y pagar la multa si hace falta». La falta de aparcamientos en este barrio de la capital grancanaria es uno de los principales problemas, al ser un polo atractor de gente venida de otras partes de la ciudad y de la Isla y por la ausencia de garajes en numerosas viviendas.

Limpieza invoca al Batman de La Isleta

La repercusión de este superhéroe está siendo tal que el Servicio Municipal de Limpieza lo ha invocado vía Twitter. «Algunos villanos de #LaIsleta la están convirtiendo en Gotham con el abandono d sus oscuros residuos en las calles», señalan en un tuit en esta red social. En el mensaje lo invitan a que le devuelve la basura, enseres y escombros que tiran en la calle y se la devuelva a sus dueños para que puedan llevarla a un punto limpio, «que queda a un pasito de su batcueva». De hecho, el más cercano está en El Sebadal.