Turismo

En busca del puro de Benito Pérez Galdós

El ciclo de experiencias LPA Estación organiza un ruta guiada con la historia del literato grancanario

El escritor grancanario Benito Pérez Galdós revive en las calles de Las Palmas de Gran Canaria para contar su historia en el marco de los eventos organizados por el ciclo LPA Estación.

Más de un siglo después del fallecimiento de Benito Pérez Galdós, el escritor revive en su ciudad natal, Las Palmas de Gran Canaria como si los años no hubieran pasado con la simple tarea de buscar un puro. Sin embargo, la ciudad en la que creció desde su nacimiento en 1843 dista mucho del aspecto actual, y lo único que encontró fueron restaurantes desconocidos, patinetas eléctricas, transeúntes vestidos de forma peculiar y la Biblioteca Insular de Gran Canaria, hogar de todas sus novelas. Frente al edificio cultural, Galdós se topó con un numeroso grupo de personas que esperaban para conocer el relato de su vida y obra. "Encantado, adiós", pretendía huir el escritor ante las risas de los espectadores, no sin antes ser retenido por el guía turístico Bruno Knudseni, que ofreció la ruta teatralizada: Risas con Benito Pérez Galdós en el marco de Estación, un ciclo de experiencias abierto al público en colaboración con empresas turísticas.

"La ciudad era miserable", explica Knudseni, antes de 1850 la principal causa de mortalidad era el hambre, el récord se lo arrebató la plaga de cólera que azotó a la Isla. Para evitar el contagio la familia de Benito cuando era él aún pequeño se refugió en una casa de campo donde experimentó con su creatividad construyendo una maqueta de una ciudad. "Busquen en Google la maqueta y se quedarán impresionados", requirió el guía a los asistentes ante la atenta mirada de Benito. "¿Quién es Google?", preguntó atónito el literato. "Un señor que sabe mucho de todo", resolvió rápidamente en la explicación.

Galdós era conocido por ser reacio a contar su vida íntima, existen páginas y páginas que analizan su obra y figura política, pero guardaba celosamente su vida privada. La importancia de su pluma en la historia de España ha hecho que a pesar de sus recelos gran parte de sus intimidades sean ya de conocimiento público, y gracias a ello se pueden encontrar relaciones entre las líneas de sus textos, así como en la creación de sus personajes. Así fue que con mucha insistencia Galdós contó los momentos más importantes de su vida, tanto buenos como malos. "Fue a estudiar Derecho y no aprobó ni una, iba a los burdeles, al retiro, a los debates", delató al joven Galdós. "Yo me dediqué a estudiar la realidad de la calle para reflejarlo en mi literatura", se defendió.

El guía Bruno Knudseni acompaña a los asistentes.

El guía Bruno Knudseni acompaña a los asistentes. / José Pérez Curbelo

En sus novelas hay algunas referencias escondidas a la ciudad capitalina, como en Doña Perfecta donde describe una urbe que tiene una catedral, las casas consistoriales y el obispado, una clara referencia a la estructura de la ciudad que le vio nacer. Durante la ruta ambos protagonistas, Galdós como el guía, destacaron el amor que sentía por el Archipiélago, al contrario de lo que se suele creer. Regresó a Canarias cuatro veces cuando los desplazamientos eran largos y únicamente por mar con aquellos inevitables mareos cuando la mar estaba revuelta. "Yo siempre tenía un poco de ron miel en casa", dijo Galdós. "Si me sacudí las zapatillas no fue nada más porque estaban sucias, soy más canario que el gofio, pero tenía que venir en esos barcos horribles", relató.

Los amoríos

Desde los primeros amoríos hasta los consolidados también fueron parte esencial de la narración. Desde uno de sus primeros amoríos con su prima cubana, Sisita, hasta su enamoramiento por la prolífera escritora Emilia Pardo Bazán o la trágica muerte de la madre de su única hija. "Yo era muy enamoradizo, mis sentimientos eran muy mutables", se sinceró. A Galdós se le recuerda como un ligón y no perdió la oportunidad para ligar con algunas de las asistentes que reían ante sus elocuencias.

Benito no se casó nunca, pero sí tuvo a su hija María con Lorenza Cobián, a pesar de que nunca formalizaron su relación ante la iglesia el escritor pagó la manutención de la pequeña y la reconoció como su única heredera. Cobián se suicidó tras haberse intentado tirar a las vías del tren sin éxito al ser recogida por la policía. "Turbulentos pensamientos acabaron con su vida", aseguró. También reflejó las apasionadas misivas con la escritora Emilia Pardo Bazán, que finalizó al enterarse que su amante le ponía los cuernos con otros de sus conocidos. "Quien las haya leído se tiene que haber quemado las manos, sus cartas había que dejarlas reposar", recordó. "Decíamos cosas normales, que si te quiero, que si te amo, que si te cojo y...", calló al descubrir la presencia de niños, "que si te cojo y te abrazo", rectificó.

La parte más sincera, con sus aristas buenas como malas crearon un Galdós humano, ameno y divertido para que tanto pequeños como adultos les picara el gusanillo de adentrarse en una obra que es solo la consecuencia de una vida igual de apasionante. Al finalizar, el escritor no pudo encontrar su ansiado puro, pero a cambio, la medalla del Premio Nobel de Literatura, que nunca le fue concedida, fue en esta ocasión dispuesta a su cuello frente al teatro que lleva su nombre.

Suscríbete para seguir leyendo