Un aula entre limones, insectos y plantas

En esta edición, el proyecto 'Huertos Escolares' recibe a 45 clases, lo que supone un total de 815 alumnos

La iniciativa se desarrolla en las instalaciones del Centro de Recursos Ambientales El Pambaso

Alumnos del CEIP Fernando Guanarteme en el proyecto 'Huertos Escolares'

LP/DLP

La posibilidad de trasladar una clase de niños a un espacio rodeado de limoneros, flores, plantas e insectos de todo tipo existe. Cada semana, el Centro de Recursos Ambientales El Pambaso abre sus puertas para llevar a cabo el proyecto Huertos Escolares a través del cual alumnos de diferentes colegios e institutos de Las Palmas de Gran Canaria visitan el lugar.

La posibilidad de trasladar una clase de niños a un espacio rodeado de limoneros, flores, plantas e insectos de todo tipo existe. "¿Alguna vez se te ha puesto una mariposa en el brazo?", pregunta, durante su visita al Centro de Recursos Ambientales El Pambaso, un alumno de tercero de primaria del CEIP Fernando Guanarteme. "Eso es difícil", le responden. Mientras, otro de los niños agarra una carretilla llena de los limones que, junto al resto de sus compañeros, ha cogido minutos antes.

Entre los limoneros del Pambaso corren los niños intentando conseguir el limón más grande y amarillo. Cada uno de ellos debe arrancar del árbol dos. Atrás han quedado los edificios de la ciudad capitalina porque, el interior de El Pambaso, lo ocupa la "conexión de los niños con todos los elementos de la naturaleza", asegura la profesora y vicedirectora del CEIP Fernando Guanarteme, Leticia Lorenzo.

Cada semana, el Centro de Recursos Ambientales abre sus puertas para llevar a cabo el proyecto Huertos Escolares a través del cual alumnos de diferentes colegios e institutos de Las Palmas de Gran Canaria visitan el lugar. Son tres días a la semana los que El Pambaso acoge a los estudiantes y dos los que se utilizan para habilitar la finca y preparar los materiales y las diferentes actividades que se desarrollan.

Alumnos del CEIP Fernando Guanarteme con los limones que han recogido.

Alumnos del CEIP Fernando Guanarteme con los limones que han recogido. / José Carlos Guerra

La visita del alumnado comienza con una charla que imparte un equipo especializado. Bajo una carpa de color blanco se sientan para escuchar hablar de "lo que es la vida, que tambiés es agricultura", explica la concejala de Desarrollo Estratégico, Sostenibilidad y Energía del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Gemma Martínez.

Un recorrido "vital"

Desde niños de seis años hasta alumnos de Formación Profesional. El proyecto Huertos Escolares se adapta a todos los niveles educativos para que los estudiantes puedan caminar por una finca que "es patrimonio de la ciudad capitalina", opina Martínez. El objetivo: acercar el valor de la tierra a las personas. "Es esencial que la ciudadanía sepa cómo es un cultivo, cómo crece una planta y que se sientan parte de este proceso que, al final, es parte del día a día", subraya la concejala. Para Martínez, lo más importante es "brindar una oportunidad" para que los más pequeños puedan "tocar la tierra y manejar las semillas".

David Ortega dedica su vida a la educación ambiental y a la agricultura ecológica, algo que intenta fomentar en los niños porque "ellos son el futuro". Lleva más de 20 años desarrollando las iniciativas que abarca Huertos Escolares. Al principio, se trataba de un proyecto "muy ambicioso". Las visitas no solo se realizaban en el Centro de El Pambaso. "También íbamos a los huertos que estaban en los diferentes centros educativos de la ciudad", recuerda David Ortega y añade que el problema de los huertos del colegio es que, en ocasiones, "no cuentan con el apoyo suficiente para manetenerlos" y, "por desgracia", esa parte ha desaparecido del proyecto. Ahora, a través de Huertos Escolares, solo se realizan visitas a las instalaciones de El Pambaso.

Alumnos del Fernando Guanarteme junto a David Ortega, experto en educación ambiental.

Alumnos del Fernando Guanarteme junto a David Ortega, experto en educación ambiental. / José Carlos Guerra

En palabras de Leticia Lozano, "es mucho mejor que los alumnos vean en directo las partes de una planta, aprendan a regar y vean los insectos que explicarlo dentro de una clase". No es la primera vez que el CEIP Fernando Guanarteme participa en Huertos Escolares. Otros años, cuenta la vicedirectora del centro, han acudido diversos cursos porque los estudiantes "salen contentos, aprenden muchas cosas y un día en El Pambaso equivale a cinco dentro del aula". Para ella, la experiencia es "algo vital".

"No hay un planeta B para vivir"

En esta edición, Huertos Escolares recibe a 45 clases, lo que supone un total de 815 alumnos. "No podemos llegar a todos los centros escolares. Sacamos convocatorias cada seis meses para ofrecer el máximo de oportunidades posibles", comenta la concejala. Según Martínez, la mayor dificultad que enfrenta el proyecto es "la capacidad para acoger a todos los colegios e institutos que se inscriben" porque la iniciativa logra agotar todas las plazas disponibles en apenas unos días. "El proyecto tiene mucho éxito en el municipio".

Los alumnos del Fernando Guanarteme lo tienen claro: "El ser humano no está cuidando la naturaleza y no hay un planeta B para vivir". Agradecen la excursión y piden continuar con la iniciativa porque "se aprenden bastantes cosas". Muchos de ellos cuentan que tienen familiares con huertos. Para otros, en cambio, El Pambaso ha supuesto la primera vez en una zona de este tipo.

Alumnos durante una de las actividades del proyecto 'Huertos Escolares'.

Alumnos durante una de las actividades del proyecto 'Huertos Escolares'. / José Carlos Guerra

"Lo que más me gusta es poder tocar la tierra con mis manos", dice una alumna y "coger los limones gigantes con los que se hace la limonada", añaden sus compañeros. Para David Ortega, es "muy importante" trabajar con los niños. "Aprenden muy rápido, son cuidadosos y se nota que estar cerca de las plantas les gusta", expone. Agrega que para cualquier persona estar en contacto directo con la naturaleza es "muy positivo".

Para el especialista en educación ambiental, el mayor orgullo está en la respuesta de los alumnos. Aunque con los estudiantes de la ESO a veces las cosas son "un poco más complicadas", hay casos en los que, una vez acaba el recorrido, "preguntan por lo que hay que hacer para dedicarse a la agricultura o a la jardinería". Esto, en palabras de Ortega, es "una gran satisfacción". "Pese a que se pueden contar con los dedos de una mano, sí hay personas que desean dedicarse a la agricultura en el futuro", matiza.

Novedades

Gemma Martínez asegura que "se está intentando reforzar el personal del centro" para poder acoger a más grupos escolares. Además, reconoce que uno de los objetivos es fomentar la "pedagogía verde" en los barrios de Las Palmas de Gran Canaria. "Queremos que venga más gente a El Pambaso", expone la concejala y añade que "es fundamental involucrar a las asociaciones de vecinos y, también, a las personas mayores", algo que desde la concejalía se pretende trabajar. La concejala alude a la responsabilidad ciudadana: "No hay nada más importante que ver los espacios verdes cuidados y, para ello, hay que involucrar a la sociedad". Asevera que desde el Ayuntamiento "se intentará sacar una licitación para fomentar el cuidado de las zonas verdes y trabajar con los barrios la sostenibilidad".

"Las personas demandan contacto con la naturaleza"

La educación de las personas también debe pasar por "el respeto a la naturaleza y a los animales", subraya David Ortega. Para él, Huertos Escolares ofrece, además del respeto al medio ambiente, múltiples valores y actividades. "En el huerto puedes enseñar matemáticas, por ejemplo, porque tienes que calcular las medidas de los terrenos o el caudal del agua", explica Ortega que afirma que "las personas demandan, cada vez más, un contacto directo con la naturaleza".

En la mayoría de los casos, los niños más pequeños ven la fruta en la tienda y "no saben de donde viene", cuenta Ortega y asegura que, en ocasiones, cuando prueban la fruta en El Pambaso "reconocen que el sabor es muy diferente". Es, en situaciones de este tipo, cuando el especialista se da cuenta del valor que tiene el medio ambiente: "Las máquinas y las aplicaciones están muy bien, pero la experiencia con el medio ambiente es lo que enriquece la vida y los alumnos eso lo notan".

Según Ortega, nunca es tarde para conectar con la naturaleza. "Siempre, independientemente de la edad que tengas, hay una opción", dice. El problema principal, en palabras del experto, está en no dar la posibilidad de que los estudiantes disfuten de las fincas y los huertos: "Cuando hay una oportunidad de conocer la agricultura, algo que estaba dormido en las personas se despierta", sostiene David Ortega.

El cambio climático, en el foco

Iniciativas como Huertos Escolares son "claves". La concejala de Desarrollo Estratégico, Sostenibilidad y Energía del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria recuerda que, en los últimos meses, "las reiteradas olas de calor, la constante calima y la escasez de lluvia" han demostrado que "por desgracia, el cambio climátivo va cada vez a más".

De igual forma, recalca que "es el momento perfecto" para poner en valor las zonas verdes, la sostenibilidad y los productos kilómetro cero, algo que desde Huertos Escolares "se intenta trasladar a la sociedad" y, en palabras de Martínez, "no hay mejores embajadores que los más pequeños" para concienciar a las personas adultas de "lo esencial que es cuidar la tierra a través de una pedagogía verde".

Dos alumnos con los limones.

Dos alumnos con los limones. / José Carlos Guerra

La profesora Leticia Lorenzo declara que, hoy en día, es la digitalización lo que prima. Reconoce que la eduación y lo que demandan los estudiantes, con el paso de los años, ha cambiado "es probable que por las herramientas digitales". El ruido y las prisas de la ciudad, piensa Lorenzo, influyen en las necesidades de los alumnos. "Ellos buscan algo diferente. Quieren estar en espacios más tranquilos y naturales. Es lo que solicitan", relata y añade que "les gusta mancharse de tierra, coger los bichos con las manos. Se quedan encantados y son cosas que valoran porque están saturados de la ciudad".

"Nunca creí que fuera capaz de hacer esto"

Las risas de los alumnos del CEIP Fernando Guanarteme se mezclan con el canto de los pájaros de El Pambaso. Luego, grupos de alumnos corren por la finca y muestran con orgullo lo que han hecho durante la vista. "Es un aprendizaje que no van a olvidar porque es vivencial y no teórico", dice la profesora. Mientras, un estudiante grita que, cuando sea mayor, va a tener un huerto.

"Aquí estamos al aire libre, vemos las cosas y sentimos libertad", cuentan los niños. Están contentos porque acaban de plantar un pequeño arbusto: "Nunca creí que fuera capaz de hacer esto", le explica uno de ellos a su profesora y recalca que lo que más le ha gustado "son los gigantes limones con los que se hace la limonada de casa".

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