El ‘feíllo’ más embrujado

Los loteros aseguran que el número 88008 es «extraño» y poco atractivo, por lo que ha sido poco demandado

Una bruja de Ciudad Real consigue adivinar el primer premio 

El número feo y tardón reparte muchísima alegría

Agencia ATLAS / Foto: ep

Un número «feíllo» y «extraño». Así catalogan los loteros al 88008, el número del Gordo del Sorteo Extraordinario de Navidad, que ha dejado un buen pellizco en Canarias. Este año el gran premio ha salido resacado, ya que nunca antes había tardado tanto en cantarse, y solo lo ha conseguido adivinar un experto en ocultismo de todos los que se han aventurado a intentarlo. Ha sido Victoria Braojos, ‘la bruja’ de Ciudad Real, que realizó un ritual en una de las administraciones agraciadas. 

«Nadie lo compra porque es feíllo y «extraño». Así han definido al número 88008 los loteros. No es para menos, ha sido el Gordo más ‘alto’, superando al 86148 de 2021, y tardío de la historia del sorteo. Salió a la luz de los focos del Teatro Real de Madrid, donde se celebra tradicionalmente esta cita, a las 12.16, a escasos minutos de bajar el telón, cuatro horas después del inicio de la rifa, que comenzó a las 8.00. Lo cantaron a voz y lágrima viva Yesica Paola Valencia y Francisco Moreno, la niña y el niño de la residencia de San Ildefonso que han tenido el honor este año de dar a conocer el anuncio más ansiado del día, y que solo un vidente de toda la geografía española ha sabido predecir.

Ni el 03261 que había vaticinado el famoso Maestro Joao, ni el 08103 del mentalista Anthony Blake, que adivinó el número ganador en 2002, han ido impresos en los décimos de oro. Tampoco ha acertado la inteligencia artificial, que a través de ChatGPT, apuntó al 02695 y al 03965. Y es que el único estudioso del ocultismo y la astrología que este año ha sabido descifrar esta misteriosa y «extraña» combinación de cifras ha sido Victoria Braojos, ‘la bruja’ de Ciudad Real, Castilla-La Mancha, aunque finalmente nadie ha conseguido rascar millones gracias a su hazaña.

De izquierda a derecha, la propietaria de la administración, Timizara Izquierdo, con su hermana y ganadora del primer premio, Jessica Izquierdo.

De izquierda a derecha, la propietaria de la administración, Timizara Izquierdo, con su hermana y ganadora del primer premio, Jessica Izquierdo. / Efe

El número infinito

«Elegí los ochos porque son infinitos y verticales y simbolizan éxito», explicó la mujer en el programa Y ahora Sonsoles. Pero, ¿cómo lo hizo? Realizó un ritual, que se pudo ver anoche en La Sexta, que emitió el especial Equipo de Investigación: a la caza del Gordo, en la administración La bruja de la suerte, ubicada en el municipio manchego de Alcázar de San Juan. Un establecimiento que, hasta este 22 de diciembre, hacía tiempo que no tenía a la suerte de su parte. La experta en oscurantismo tardó un mes en preparar este hechizo para atraer hasta allí el Gordo, que culminó 24 horas antes de arrancar la rifa nacional con un ritual en el que empleó un boleto del número 88008, canela, laurel y una llave envuelta con un hilo rojo. Y dicho y hecho. Con éxito o pura suerte, lo consiguió.

Eso sí, lo que ni ella ni nadie esperaba es que el único décimo premiado que había colocado el lotero –frustrado– del estanco, José Luis, que contrató a la bruja tras seis años sin repartir felicidad, había sido devuelto. Una amarga buena noticia para el administrador, que se enteró en medio de la celebración eufórica por el fin de la sequía. Invirtió un buen dinero para atraer a un primer premio del que no ha podido repartir ni una migaja. «Nadie sabía qué número era, estaba tapado», argumentó la vidente ante los malos frutos de su trabajo.

El establecimiento que sí consiguió inundar de felicidad a sus vecinos fue Caminito de Teror, en Gran Canaria. Ruyman Verna repartió 164 décimos del número 88979, un quinto premio. En total, 1,4 millones de euros distribuidos, de los que 960.000 han ido a parar a la peña de moteros Envío 6, que está formada por 60 integrantes. Uno de ellos, Francisco Santana, cuenta que el dinero ha llovido por toda la isla, ya que no todos son de la villa mariana. Este tsunami de bonanza ha inundado Gáldar, Telde, Ingenio, San Bartolomé de Tiraja e, incluso, Tenerife, donde enviaron algunos ejemplares a la peña motera amiga Águilas Verdes. «Siempre le compramos a Ruyman porque colabora mucho con nosotros», asegura Santana.

Yurena Verona y Dunia Sanana estrujan a Ruymán Verona tras conocer que han vendido el Gordo 2023.

Yurena Verona y Dunia Sanana estrujan a Ruymán Verona tras conocer que han vendido el Gordo 2023. / José Carlos Guerra

Cuestión de fe

Aunque este premio, más que estar sujeto a la suerte o a algún hechizo, parece que estuvo consagrado a la fe. Esta agrupación de moteros celebra su aniversario el 2 de noviembre, a escasos días del sorteo, y este año decidieron acudir casualmente ir a Teror, al encuentro de la Virgen del Pino, a la que hicieron una ofrenda. «Hicimos una gran bulla en la plaza y el cura bendijo las motos», relata el motero.

El pellizco por boleto de un quinto premio son 6.000 euros, que no da para jubilarse al afortunado propietario, pero sí para «tapar agujerillos» y, sobre todo, para hacer frente al desembolso que implica la ansiada ruta anual que realizan a lo largo y ancho de la Península, a la que ahora todos podrán ir sin excusa monetaria. El año pasado atravesaron el país de sur a norte, quemando rueda desde Cádiz hasta Girona, recorriendo la famosa ruta transpirenaica, que atraviesa los Pirineos. En 2024, con este empujón, puede que se les abran las puertas de nuevas carreteras.

Normalmente, el sorteo dura cuatro horas y media, pero si los «cuatro milloneeeees de euroooos» –léase con entonación al más puro estilo San Ildefonso–, salen pronto, la expectación se desinfla en segundos. El quinto premio que cayó en Teror y seis de sus ocho homólogos salieron del bombo este 22 de diciembre de corrido y antes de las 10.00. Más tarde, a las 10.37, apareció el primer cuarto premio y, media hora después, el único tercero. Además, a la tensión que se respiraba en el ambiente hay que sumar los fallos en la manivela del bombo. Un total de cuatro ocasiones se trabó. Incluso, un operario tuvo que salir a atornillar una pieza para que el juego pudiera continuar con tranquilidad.

Para las mayores cuantías hubo que permanecer frente al televisor en vilo hasta casi rozar el medio día, algo inusual. Hasta las 12.02 para el segundo y hasta el 12.16 para el resacado Gordo. Una casual cuenta atrás, como cuando la NASA lanza al espacio un nuevo cohete, que catapultó al espacio de los millonarios a un par de ‘suertudos’.

«¿Me puedo retirar?»

Como buen día laboral, no todos los recién adinerados pudieron permanecer toda la mañana pendientes de la lotería. De todos ellos, una, que no estaba viendo la emisión, pudo enterarse en riguroso directo de su buen gusto escogiendo décimos. Es el caso de la presentadora del canal 24 Horas Ana Belén Roy, quien recibió la noticia mientras informaba del sorteo vía su compañero de mesa, Lluís Guilera, al que se lo comunicaron por el pinganillo desde realización. «Me están diciendo que te ha tocado algo», le dijo Guilera entre risas, por lo que ella pensó que le estaba tomando el pelo. «¿A mí? Sí, perder», contestó Roy.

Como no se lo terminaba de creer, su compañero insistió ante los espectadores: «Te ha tocado algo. No mucho, así que tampoco te levantes y te vayas porque no te da para mucho, pero me están diciendo que algo te ha caído». En ese momento, la presentadora conectó cable y recordó que había comprado el mismo número que dos editores de los informativos del fin de semana, que habían avisado de la buena noticia a los que trabajadores que estaban en ese momento en el control de realización. «Un pellizquito ha tocado. ¿Me puedo retirar? Porque te quedas solo», recalcó a Guillera, que terminó diciendo entre carcajadas: «Si es la cifra que me están diciendo a mí, no te da para retirarte. Pero para invitarme a mí a cenar en un restaurante bien sí. Bueno bien, porque hoy en día con lo caro que está tampoco te da para mucho».

Los premiados de la tele

Si bien delante de las cámaras le toco un pellizquito a Roy, detrás de ellas se llevó un buen montón, concretamente, el Gordo, una trabajadora de Telecinco, que también lo tuvo que encajar en plena emisión. La veterana empleada Carmen Carmona se convirtió en la protagonista de la jornada, hasta el punto que se convirtió en la invitada estrella del programa Vamos a ver. «Estoy muy nerviosa», fue lo primero que exclamó al sentarse al lado del presentador, Joaquín Prat. A las 12.16, cuando salió el Gordo a la palestra, pero la cascada de mensajes que empezaron a entrarle en el móvil la confundieron y pensó que se había hecho con un tercer premio. «Todavía estoy en shock, no sé ni lo que me va a tocar. ¡Me jubilo!», enfatizó Carmona. Quizás para colgar el delantal todavía es pronto, porque comparte el boleto con su madre y sus hermanos, y si a eso se le descuenta el porcentaje que se lleva Hacienda, su cuenta ingresará 65.600 euros.

Más allá de los medios de comunicación, esta lluvia de cuatro millones del primer premio regó muchos territorios del país, entre ellos, Sevilla. Mercedes Jiménez y José Antonio Reyes descubrieron que eran propietarios de un boleto de número 88008 mientras esperaban el turno de visitas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Virgen del Rocío. «A mi marido no le gustaba el número, pero lo compré la semana pasada cuando quedaban solo dos», manifestó Jiménez. Son una joven pareja de Écija que se enteró gracias a otra persona presente en la sala que estaba escuchando la radio. «¡Ha salido el 8!», gritó oyente radiofónico. De repente, todos los que esperaban lo rodearon y comenzaron a atosigarlo a preguntas. «¿Cuál es el número? ¡Cuál es el número!».

Jiménez salió con su familia a la puerta del hospital para poder dar rienda suelta a su alegría. Ahora, por fin, podrá tener un piso propio junto a su marido y su hijo, un bebé de poco más de un año que lloraba sin entender lo que pasaba.

A las 13.30, la hora de visitas de familiares a la UCI, la pareja vuelve a la sala de espera para ver a la abuela del hombre –José Antonio Reyes–, que está ingresada. Entre tanta pena, todos, hasta la ingresada, se llevaron una alegría.