Igualdad | Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

A romper la brecha en la informática en Canarias

La Reboot Academy fomenta la inclusión de las mujeres en el desarrollo web y la programación con un curso intensivo

Marina Santana, Alma Cruz, Isabel García y Melisa Somsaen,  durante una de las clases teóricas en la Reboot Academy

Marina Santana, Alma Cruz, Isabel García y Melisa Somsaen, durante una de las clases teóricas en la Reboot Academy / José Carlos Guerra

Melisa Somsaen, Isabel García, Marina Santana y Alma Cruz son cuatro de las cinco alumnas del Bootcamp de formación que desarrolla estos meses la Reboot Academy para desarrolladores web y desarrollo mobile. Un sector tecnológico tradicionalmente copado por hombres que poco a poco gana más adeptas entre las mujeres. Se trata de uno de los nichos con mayor proyección de futuro y empleabilidad. 

A romper la brecha en la informática en Canarias. Cuando se habla de ciencia y de la presencia de mujeres en el sector en pocas ocasiones se pone el foco en las nuevas tecnologías y las profesiones vinculadas a ellas. Un nicho de formación y empleo altamente copado por hombres pero que poco a poco se está abriendo a la presencia de más mujeres. 

Alma Cruz, Isabel García, Melisa Somsaen y Marina Santana son ejemplo de esto. Las cuatro pertenecen a dos generaciones de mujeres distintas pero con un denominador común, su interés por el mundo de la programación y el desarrollo informático. 

Forman parte del alumnado del curso intensivo de programación y desarrollo informático que realiza Reboot Academy gracias a un convenio de colaboración con el Servicio Canario de Empleo (SCE). Comparten, además del mismo objetivo, el interés por formarse y entrar en un sector visto como masculino. «Estamos haciendo muchas acciones para trabajar la igualdad y la inclusión social en todos los aspectos. Ahora mismo, hemos hecho una campaña, se llama Women in tech, destinada a todas las mujeres en Canarias y en España que se quieran formar en el mundo tecnológico y las ayudamos con una beca», explica Romina Ojeda, cofundadora y directora de Reboot Academy.

Por delante les quedan seis meses de clases de mañana y tarde que combinan la parte teórica con la práctica

Por delante quedan seis meses de clases de lunes a viernes desde las 09.00 hasta las 17.00 horas donde combinan la parte teórica con la práctica, gracias a un método novedoso de formación traído desde Estados Unidos. 

«Es como un máster comprimido que prepara a la gente, incluso sin conocimientos previos, como programadores en un tiempo récord, con esta metodología, que es muy practica, aprenden todo lo que necesitan para desarrollarse en el trabajo real», detalla Ojeda.

Empleabilidad

Una vez terminado el periodo de formación esperan conseguir un puesto de trabajo como programadoras o desarrolladoras informáticas. Un sector tecnológico, ligado estrechamente a la ciencia, que cuenta con un alta empleabilidad y opciones de futuro. «Nos quitan a los programadores de las manos. Nuestro porcentaje de empleabilidad es del 93%. Desde el principio nos dimos cuenta de que había un montón de gente con talento que se quería formar pero no tenía capacidad», añade.

Esa es la meta que tiene Isabel García, de 45 años y la veterana del grupo. Espera que esta formación le sirva para volver al mercado laboral tras dos años en paro. El ser mujer y de mediana edad complica su vuelta.

 «Estudié un Grado de Informática hace más de 15 años. Desde entonces, todo ha cambiado un mundo y cada seis meses evoluciona y tienes que seguir formándote. Me cuesta encontrar trabajo. Mi objetivo también es conseguir formarme y readaptarme otra vez», afirma Isabel García. 

En el otro lado está Alma Cruz, de 20 años y la más joven del grupo. Su pasión por los videojuegos de todo tipo la ha empujado a formarse como desarrolladora informática. De hecho, en estas semanas de clases ya ha realizado su primera práctica creando su propio videojuego. Ahora espera poder unir su interés por la historia de Canarias y por los derechos del colectivo LGTBI en su futura carrera profesional. 

«Nunca recibí información de las opciones de ciencia y tecnología que había», afirma Marina

«Usar la tecnología para potenciar la historia y la información del colectivo es una de mis metas. Por ejemplo, considero que las Islas no dan tanto pie a contar su propia historia que la ha matado un poco por el turismo de masas. Me gustaría hacer aplicaciones que puedan facilitar el acceso a esa historia a toda la gente. También temas más personales del colectivo LGTBI, falta muchísima información y es muy difícil de conseguir algo veraz sin bulos ni desinformación. Me gustaría ser capaz de desarrollar páginas webs y demás que faciliten esa información guías de saber que te está pasando y quién eres», comenta.

Cambio de vida

A sus 25 años y tras haber estudiado y ejercido como fisioterapeuta, Marina Santana quiso dar un giro a su vida apostando por este nicho tecnológico. Se lanzó de lleno en esta formación intensiva sin tener conocimientos previos de informática y el resultado esta siendo mejor de lo esperado. «Nunca fui una muy buena estudiante de prestar atención o que participara. Ahora es todo lo contrario, vengo muy motivada. Tengo ganas de preguntar, de participar y me he encontrado con unos profesores que te lo explican genial. Van a un ritmo rápido, no es fácil, pero que te lo explican bien y unos compañeros que siempre están dispuestos a ayudar», dice.

Emprendedora

También buscaba un cambio de vida Melisa Somsaen, de 40 años y afincada desde hace años en la capital grancanaria. Decidió cambiar su trabajo en una empresa estadounidense para probar suerte en el sector tecnológico.

«Quiero empezar a hacer algo mío. Tengo la idea de crear una aplicación con la que pueda crear un negocio. Me gustaría hacer algo que sirviera para promocionar los productos canarios quiero hacer algo especialmente para lo que tenemos aquí», expone. A pesar de ser minoría entre los estudiantes de este curso intensivo o Bootcamp, las cuatro destacan el compañerismo y el apoyo que les muestran sus compañeros. «Mis compañeros son muy buenos. No noto ningún trato diferente ni nada. En todo momento me he sentido súper incluida tanto por los profesores como por los alumnos. Como soy una de las pocas que no tiene información previa realmente me han ayudado muchísimo», expone Marina.

Ante la pregunta de qué falla para que las mujeres sean minoría en los estudios de corte científico y tecnológico, las cuatro tienen las misma respuesta. Falta de información y de saber qué oportunidades existen.

«Nunca recibí más información que de Ciencias de la Salud entonces como yo no tenía el sector tecnológico, ni siquiera me llamaba la atención porque no sabía lo que había entonces solo me fui por residencias de la salud y ahora me estoy dando cuenta de que me gusta más la tecnología que la salud. Y es el futuro tal cual», opina Marina mientras el resto asiente.

Ellas son solo un pequeño ejemplo de los pasos que las mujeres están dando en sectores de ciencia y tecnología hasta ahora dominados por los hombres. Esperan ser la avanzadilla de un cambio de tendencia.

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