La UD sobrevive a balón parado

Siete de los últimos ocho puntos del equipo amarillo han llegado tras un córner, dos faltas, la directa de Sandro contra el Eibar y otra indirecta, además de un penalti

Sidnei Rechel recoge el balón tras anotar el 1-1 contra el Albacete.

Sidnei Rechel recoge el balón tras anotar el 1-1 contra el Albacete. / LOF

David Rodríguez

David Rodríguez

Las Palmas ha tenido que encontrar una nueva vía para sobrevivir en su peor racha de resultados de la temporada. El balón parado le ha servido no solo para mantenerse en la pelea por el ascenso, sino que además, con el gol de Sandro ante el Eibar le catapultó hasta el liderato. Y es que siete de los últimos ocho puntos del equipo de Pimienta han llegado después de que el árbitro hiciera sonar su silbato.

García Pimienta defiende el libreto del juego preciosista, el de la construcción a través del toque y la combinación. En definitiva, un devoto del Cruyffismo –algo obvio a estas alturas– que ha tenido que sobrevivir en la peor racha del equipo en toda la temporada a través del balón parado. ¿Herejía en su credo? Al final las cuentas son lo importante y siete de los ocho últimos puntos de la UD han llegado después de un silbatazo del árbitro.

Con el tanto de Sandro Ramirez en Ipurua se rompió una sequía de 357 días sin que un jugador de amarillo anotara de falta directa. Jonathan Viera fue el autor del anterior tanto con el balón parado, en Santo Domingo, cuando el 21 estaba en estado de divinidad absoluta y con un golpeo maestro superó la barrera del Alcorcón para abrir la lata del definitivo 0-2.

Ahora, Sandro le emuló ante el Eibar con su golpeo a 22 metros de la portería de Enzo Zidane y volvió a mojar desde el 26 de febrero, cuando el delantero criado en La Masía había visto portería contra la Ponferradina.

Los cinco pasos de Sandro y el golpeo seco para pasar por debajo de los pies de la barrera armera significaron los tres puntos que consiguió la UD en Ipurua para catapultarse hasta el liderato de LaLiga SmartBank y hacer ver que los puntos valen lo mismo lleguen de la forma en la que lleguen. De preciosismo o de la forma más rudimentaria posible.

Tardó dieciocho intentos de falta directa la UD esta temporada para anotar frente a una barrera. Antes lo habían intentado como no Viera y por último Coco, que si bien con Guinea Ecuatorial si metió un golazo desde 35 metros, con la camiseta amarilla todavía no ha conseguido meter de falta directa.

El anterior gol de falta directa que anotó un jugador de Las Palmas fue Viera el curso pasado en Alcorcón

Sí lo hizo tras balón parado contra el Granada, cuando el central lanzaroteño cabeceó un córner botado de Álvaro Jiménez para recortar terreno hasta el 1-2.

El gol de Coco en Los Cármenes no supusieron puntos para la UD porque la fortuna no quiso, porque el defensa dispuso de una ocasión de oro en el minuto 91 también cuando remató de nuevo en solitario y el balón pasó muy cerca de la meta de Raúl Fernández y que al menos hubiera añadido unidades a la cuantía amarilla y restar dos a los nazarís.

El que sí supuso el inicio de los tres puntos que se llevó Las Palmas en su visita al Carlos Belmonte en remate tras balón parado fue Sidnei Rechel, que recogió un córner que lanzó Sandro –todos desde la derecha y tras un total de 239 que lleva el equipo insular en la temporada– y con la pierna derecha alojó el balón en la red de Barragán.

La rúbrica en esa victoria la puso Enzo Loiodice, cuando enganchó un rechace después de que Jony hubiese golgado el esférico en una falta indirecta a la olla manchega. El chutazo del francés desde fuera del área fue el inicio de una racha sumatoria que solo prácticamente ha llegado tras el balón parado.

Porque los otros dos puntos que ha añadido Las Palmas a su haber fueron fruto, primero gracias a Jonathan Viera desde el punto de penalti contra el Real Zaragoza hace dos jornadas atrás cuando Moleiro forzó una jugada que terminó en pena máxima; mientras que la otra unidad que cayó en el saco amarillo fue el resultado del empate sin goles ante el Levante en Siete Palmas.

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