Al revés, mucho mejor

La UD pasa a dominar y a crear ocasiones claras de la manera que no había planeado, con un jugador menos, con Sory Kaba en la delantera, con balones al área y sin Jonathan Viera

Sory Kaba vuela por los aires para rematar de cabeza tras un buen centro de Marvin desde la derecha. | | JUAN CASTRO

Sory Kaba vuela por los aires para rematar de cabeza tras un buen centro de Marvin desde la derecha. | | JUAN CASTRO / Pablo Fuentes

Pablo Fuentes

El viejo tópico del fútbol que dice que se juega mejor con 10 que con 11 quedó reflejado ayer en el Estadio de Gran Canaria. No siempre sucede, pero la UD Las Palmas fue mucho mejor tras la expulsión de Mika Mármol en el minuto 57. A partir de entonces, García Pimienta cambió el sistema y cambió jugadores y el equipo creó las ocasiones que no había generado hasta ese momento y encontró el premio en el gol de Kirian.

Tuvieron que pasar 513 minutos más otro buen puñado de añadidos para que la UD Las Palmas volviera a ver portería, aunque en realidad pasaron casi seis partidos completos para que consiguiera uno de jugada; fue el primero de todo el curso en este formato, pero tan valioso que sirvió al equipo para salir del descenso, reafirmarse en la idea, coger confianza y afrontar la cita de pasado mañana (18.00 horas) en el Santiago Bernabéu sin la presión de los puntos urgentes. La primera victoria de la temporada llegó, en cualquier caso, al revés de como había planteado Xavi García Pimienta que podría llegar. Cosas del fútbol, para el bien del cuadro isleño.

Porque todo sucedió al revés de los previsto. La historia de un partido que navegaba hacia una nueva decepción cambió por completo a partir del minuto 57, momento en que Mika Mármol cometió la imprudencia de agarrar a Lucas Boyé cuando ya tenía una tarjeta amarilla por protestar y, en consecuencia, vio la roja. Un jugador menos, más de media hora por delante y un ambiente raro: era el panorama que se le abría a la UD. Sin embargo, a partir de quedarse con 10 todo salió mucho mejor.

Ante la adversidad, Las Palmas tiró de algo de lo que había adolecido en algunos momentos de la campaña en los que habría sido necesario: orgullo, corazón, lo que algunos llaman testiculina. Gracias a su buena actitud, las buenas decisiones de García Pimienta tras la expulsión del central significaron el triunfo.

Lo inmediato fue introducir a Coco por Perrone y establecer un sistema con dos líneas de cuatro y un delantero. Ese sólo movimiento sirvió al equipo para resguardarse y buscar el peligro por las bandas, donde Sergi Cardona y Julián Araujo se multiplicaron. Ahí llegó una ocasión clara de Jonathan Viera, pero su disparo desde lejos sin portero fue errático.

El orgullo de los jugadores hace valer las buenas decisiones de García Pimienta tras la expulsión de Mármol

Luego, el técnico cambió los nombres: Javi Muñoz por el capitán y Sory Kaba por Munir. Más fuerza, en definitiva, para el centro del campo y la delantera, necesaria ante el contexto del partido. Y así fue como apareció la UD menos UD, que se transformó en algo que no es, pero cuyo resultado fue inmejorable.

Sergi Cardona casi encuentra el gol con un disparo lejano en una de sus múltiples subidas; Sory Kaba falló con estrépito un cabezazo franco tras un centro enorme de Marvin desde la derecha y justo después no alcanzó otro pase del lateral catalán por muy poco; Araujo no llegó a rematar un pase de Kirian. Hasta que por fin el tinerfeño, en su primer disparo a puerta –qué poco lo hace para lo bien que tira–, puso el balón en la escuadra a cámara lenta, con un zurdazo sutil, imparable.

De repente, la UD era muy superior a un rival con un jugador más y todo mientras jugaba por fin con un nueve puro, centraba balones al área como nunca y actuaba sin Viera, algo que, por otra parte, no resulta ya tan extraño. Y ganó. Y García Pimienta aumentó su crédito, y entendió, o debiera haberlo hecho, que de otra manera también es posible vencer.

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