Palco 37

Blancos de amarillo

El segundo gol del Madrid a la UD Las Palmas revela el corazón madridista de buena parte de la afición en el estadio Gran Canaria

Florentino Pérez acompañado de autoridades en el palco.

Florentino Pérez acompañado de autoridades en el palco. / José Carlos Guerra

Fernando Canellada

Fernando Canellada

Florentino Pérez era una figura en el estadio de Gran Canaria. El Madrid acumula tantas estrellas que acaba firmando autógrafos el presidente y saludando con las dos manos en alto a la afición que se arremolinaba ante el palco. Todo un gesto. Como lo fueron los abrazos a la alcaldesa de la ciudad Carolina Darias, más efusivos y cariñosos que al consejero de Obras Públicas del Cabildo Augusto Hidalgo o al propio presidente Antonio Morales. Es más ser presidente del Madrid que ministro. No se olvide. Florentino Pérez, junto a históricos como Pirri, Roberto Carlos y Butragueño, presenciaba un encuentro a la hora de comer en Canarias, pero en un momento ajustado al horario saudí, reino futbolístico del momento. Bienvenida sea la promoción insular en otras tierras. La publicidad del estadio delataba el interés internacional. De Alex y Nadal ni rastro en TV ni a pie de campo. Se quedó en el electrónico para los de casa. Los mismos que sufrieron con la derrota de su equipo, pero, por momentos, disfrutaron del uno a cero al Madrid. Tanta emoción que las asistencias atendieron a dos aficionados. Nervioso se observaba a Carlo Ancelotti, habitualmente templado y contenido. Daba la impresión de que pedía la hora cuando braceaba a dos manos en el área técnica en el 90, como en una final. «Ha sido muy, muy importante», recalcó en la sala de prensa ‘Carletto’ al referirse al triunfo de los suyos. Una victoria que terminó revelando una verdad oculta entre la afición.

La camiseta del ‘Disafío’ solidario con las personas discapacitadas, que se distribuyó al graderío y ofreció una espectacular imagen con todo el estadio amarillo, había permitido camuflarse a mucho madridista de corazón blanco. No pudieron ocultarlo cuando corearon el gol de Tchouameni.

Triangulan

La UD, por lo visto desde arriba, sigue en su línea con Álvaro Valles de todoterreno y hasta saca faltas. El estilo canario de los de Pimienta goza de respeto y prestigio. Triangulan y mueven con soltura y agilidad la pelota. Faltan goles, eso sí, pero han sido notables frente al más grande. Incluso se asemejan, un poco, al juego del Madrid, pero Moleiro no es Vinicius; ni Sory Caba es Camavinga.

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