La tierna historia que esconde el tatuaje del canario Roy Galán que comparte con su hermana

El isleño es escritor, influencer y activista LGTBI+ y le siguen más de cinco millones de personas en sus redes sociales

Roy Galán

Roy Galán / LP/DLP

Hijo de una familia homoparental, Roy Galán, se declara aliado feminista. Gallego de nacimiento (1980) y canario de corazón, el escritor, influencer y activista LGTBI+, al que siguen en las redes más de cinco millones de personas ha compartido con sus seguidores una bonita historia que esconde un tatuaje que lleva a la espalda y que comparte con su hermana.

“Con cinco años mi madre biológica, Sol, nos dijo a mí y a mi hermana melliza que nos íbamos a pasar un fin de semana a casa de su amiga Rosa. Sin embargo, llegó el lunes y no nos movimos de su casa. Al final, Rosa, no era "solo" su amiga, era su novia, su amor, su pato Lucas de nariz chata, la chica de veintitrés años más guapa de toda la isla, sin duda.

Vamos a querernos mi pequeño amor como tú y yo sabemos.

Al año mi madre descubrió que tenía el VIH. Pasaron siete años más y murió.

Sol quiso que Rosa se hiciera cargo de nosotros.

La chica de treinta años con más coraje de toda la isla, sin duda.

A veces se enciende, a veces se apaga.

Había otras opciones, claro, teníamos familia, pero Rosa era lo único que queríamos, que de verdad conocíamos, queríamos estar con ella y ella con nosotros. Las cosas a veces son tremendamente simples: basta con sentirlas.

Leña que ha de arder.

Llegó el lunes y nos nos movimos de su casa y ya han pasado treinta y ocho años desde aquel fin de semana. Cuando Rosa cumplió cuarenta años, mi hermana y yo nos hicimos el mismo tatuaje como regalo: Es un sol con una rosa en su interior. 

Mira, le dijimos, estás con ella, y estás con nosotros para siempre.

Hay historias que tienen que ser escritas, contadas, tatuadas una y otra vez, para que no se nos olviden. Son las historias de amor las únicas que trascienden. Es egoísta guardarse para uno las historias bonitas. Yo me siento feliz, porque alguien se quedó para cuidarme, para hacerme de comer, para echarme la bronca cuando hacía algo mal, para guardarme la paga, para darme un beso de buenos días.

Me siento agradecido porque Rosa nos cantó una nana para quitarnos el miedo, una nana que dice que todo está bien cuando lo sientes.

Sol me enseñó a irme.

Y Rosa a quedarme.

Esta es nuestra pequeña historia tatuaje. Una historia de amor para vencer a la muerte y a la ausencia.

Eso es lo que mami.

Nos dejó. “