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Duplicados y extensionistas

Duplicados y extensionistas

Duplicados y extensionistas / ED

Juan Ezequiel Morales

Juan Ezequiel Morales

La teoría de la evolución (no la darwiniana, por supuesto) nos señala una selección natural que, en el humano, ha optimizado muchas capacidades que comparte con otros animales, pero el pensamiento abstracto es relativamente reciente y, se puede decir, no está lo suficientemente optimizado. A mayor antigüedad en una habilidad más perfeccionamiento de esta.

En su Mind Children (1988, Harvard University Press), Hans Moravec señala: «Codificada en porciones sensoriales y motoras altamente evolucionadas del cerebro humano, hay mil millones de años de experiencia sobre la naturaleza del mundo y cómo sobrevivir en él. El deliberado proceso al que llamamos razonamiento es, creo, la capa más delgada del pensamiento humano, eficaz sólo porque se apoya en el más antiguo y mucho más potente, aunque por lo general inconsciente, conocimiento sensorial motor.

Todos somos prodigios en áreas perceptivas y motoras, tan buenos que hacemos ver fácil lo difícil. El pensamiento abstracto, sin embargo, es un truco nuevo, quizás con menos de 100 mil años de antigüedad. Todavía no lo hemos dominado». De esto deduce Moravec su paradoja: las máquinas de Inteligencia Artificial no son tan buenas reproduciendo esta última capacidad, la de razonamiento humano, tanto como, por ejemplo, las motoras, dado que no está lo suficientemente desarrollada. Por ejemplo, ha sido más fácil y posible para las máquinas IA reproducir el reconocimiento facial, el desplazamiento en el espacio, capturar una pelota, reconocer la voz y, en general, todo aquello vinculado a la percepción o las habilidades motoras.

Esta teoría surgió en base a descubrirse que en la IA y la robótica el razonamiento se hace con poca computación y, sin embargo, la reproducción de habilidades motoras o perceptivas de los animales precisan de muchísima más computación. Esta observación se formuló en los años ochenta por Hans Moravec, Rodney Brooks y Marvin Minsky. Moravec afirmó en su texto: «Es fácil conseguir que las computadoras muestren capacidades similares a las de un humano adulto en test de inteligencia, y difícil o imposible lograr que posean las habilidades perceptivas y motrices de un bebé de un año». Las cosas se presentan paradójicas cuando todavía hay algo que descubrir en la naturaleza, y en eso estamos. Si pretendemos una linealidad simple abocamos a algo tan primario como el «extensionismo» en el concepto híbrido humano-IA o ciborg.

El extensionismo se denomina, en el terreno conjunto de la IA y la vida biológica humana, al interés de prolongar la vida, en tanto ser unitario, conciencia unitaria, por miles de años, como mínimo, traspasando los saberes y experiencias y memorias de una unidad vital humana a una máquina. Uno de los adalides ha sido Ben Best, un crionólogo de material cerebral humano. Para ello hay que admitir la creencia de que la identidad personal es meramente una estructura material, molecular y biológica, con lo que se puede duplicar el yo calcando toda la estructura en otra ubicación física, aunque en un contexto medioambiental coherente. Esa reconstrucción no se podría hacer una vez, sino varias, infinitas veces, señala Ben Best. Sin embargo, se dice que nuestro cuerpo se reemplaza cada siete años absolutamente con material nuevo, atómico y molecular, y solo se conserva la forma.

Elucubra Ben Best: «¿Tenemos pensamientos, emociones y motivos o somos pensamientos? ¿Quién hace introspección? ¿Las emociones y los motivos a lo largo del tiempo son un síntoma de un yo cambiante?». Ben Best supone que los Duplicados serán personas idénticas al original, pero enfrentados a diferentes experiencias: «No me importa que un duplicado sólo pueda ser un verdadero duplicado por un breve instante, como tampoco me importa que cambia de un momento a otro, porque para mí el cambio es compatible con la supervivencia. No solo sobrevivo de momento en momento, sino que sobrevivo de día a día y de año en año. Mi identidad subjetiva sobrevive. Y quiero que siga sobreviviendo».

Para Ben Best los duplicados son originales y los originales son duplicados, pero los diferencia la ubicación espacial, lo que también significa una distinta ubicación experiencial, pero con un mismo perceptor originario. Eso nos arroja a una paradoja esencial: «(1) un yo puede ser materialmente duplicado, (2) un yo no puede estar en dos lugares en el mismo tiempo. (1) y (2) son totalmente incompatibles». Propone, por ejemplo, que, si alguien perfora a un duplicado en la nariz, solo ese duplicado sentirá dolor y solo ese duplicado sangrará. Si el duplicado no soy yo, no sangraré. Si me matan y mi duplicado no es asesinado, yo no sobrevivo: «Si una persona se duplica repentinamente para convertirse en persona1 y persona2, entonces no es difícil ver que, aunque las dos personas compartían los mismos recuerdos antes de la duplicación, sus recuerdos divergirán y se volverán diferentes después de la duplicación, porque no es posible que compartan la misma ubicación... Si las identidades divergen, la supervivencia de la identidad de la persona original no se puede garantizar, no se puede existir en dos lugares, incluso si todos los recuerdos originales ahora existen en dos lugares, complementados con nuevos recuerdos. Nuevas identidades no equivalen necesariamente a la supervivencia de la vieja identidad».

Ben Best, como extensionista de la vida, también critica el criterio de continuidad en el sentido de que «si una persona es revivida de un estado inconsciente, no debe ser la misma persona que quedó inconsciente. La inconsciencia no es la lo mismo que dormir. Durante el sueño, la actividad eléctrica cerebral y el metabolismo pueden ser casi tan grandes como en el estado de vigilia, a diferencia de la inconsciencia en la que la actividad eléctrica y el metabolismo pueden detenerse».

El extensionismo va avanzando, la Strong AI también, el ADN parece ya plastilina reconvertible. Neuralink ha puesto la primera piedra para que miles de millones de humanos estemos en red. Nos inunda una supersingularidad.

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