El kilo de papas apenas baja en octubre un tercio de lo que subió en septiembre

Canarias es, tras Extremadura, la región donde más aumentó el coste de vida el mes pasado

La inflación subyacente da indicios de enfriamiento de la demanda

Un agricultor trabaja en una huerta de papas de Tenerife.

Un agricultor trabaja en una huerta de papas de Tenerife. / Carsten W. Lauritsen

M. Á. Montero

El coste de vida se incrementó en octubre en Canarias otro 0,6%, la enésima subida desde que en abril de 2021 comenzase el extraordinario aumento de los precios que azota las economías occidentales. Un alza de seis décimas que es la segunda mayor del país, solo por detrás del 0,7% de Extremadura. El Índice de Precios de Consumo (IPC) se elevó el mes pasado en el conjunto de España solo un 0,3%, con lo que la vida se encareció en el Archipiélago el doble que la media nacional. Los canarios afrontan así la recta final de año, y los mayores gastos que implican las cenas navideñas, las reuniones con amigos y los regalos de Papá Noel y Reyes Magos, sin que la inflación les dé tregua. De entrada porque la cesta de la compra sigue por las nubes. Es verdad que los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas se incrementaron en octubre un 0,3%, hasta un punto menos que en el conjunto del país (1,3%); pero no es menos cierto que, aun así, a una familia isleña le cuesta llenar el carrito de la compra un 12% más que hace un año, una subida 2,5 puntos superior a la media estatal (9,5%). Lo sucedido en los últimos meses con las papas, fundamentales en las mesas de los hogares del Archipiélago, sirve para ilustrar la deriva generalizada de los precios: un aumento a todas luces extraordinario seguido de una moderación que en absoluto compensa el alza anterior.

El saco de papas se encareció en septiembre un 27,2% por culpa de la plaga del escarabajo de Colorado en el condado inglés de Kent. El volumen de oferta se redujo sobremanera y disparó los precios del tubérculo. Al Ministerio de Agricultura no le quedó más remedio que levantar el veto a la importación de papa proveniente del Reino Unido para insuflar así oxígeno al mercado insular, afectado también por la mala cosecha de la papa temprana local, que es la que se consume en verano. Así que el precio medio del saco o del kilito de papas bajó en octubre un 9,6%, una caída importante pero que palidece ante el 27,2% de incremento registrado en septiembre. Dicho de otro modo: el coste del tubérculo disminuyó en octubre apenas una tercera parte de lo que se había incrementado el mes anterior. ¿Por qué no se han restablecido los precios tras la reanudación de las importaciones de papas inglesas? Porque no todas las toneladas del tubérculo que han llegado a las Islas se han puesto ya en el mercado. Es una de las consecuencias del endurecimiento de los controles fitosanitarios en los puertos para evitar la entrada de nuevas plagas a las huertas del Archipiélago. Es previsible que conforme todas esas toneladas vayan incorporándose al mercado, los precios vayan a su vez aliviándose. Pero aún está por ver. De momento, lo cierto es que las familias canarias pagaron el mes pasado el kilo de papas la friolera de un 38,6% más caro que hace un año.

Las Islas son la única comunidad del país en que la inflación supera el 4% en tasa interanual

Claro que la carestía de la cesta de la compra, y de la vida en general, va mucho más allá del tubérculo preferido en las cocinas isleñas. El IPC cerró octubre en el Archipiélago en el 4,3% en tasa interanual, lo que significa que vivir –alimentarse, vestirse, moverse, alojarse...– cuesta un 4,3% más que en el mismo mes del año pasado. En palabras gruesas, hoy un canario tiene que gastarse 104 euros y 30 céntimos para comprar lo que en octubre de 2022 adquiría con cien euros. Más allá, para hacerse una idea de la magnitud de ese 4,3% basta con apuntar que es la mayor subida interanual entre las 17 Comunidades Autónomas. De hecho, la media nacional al cierre del mes anterior se situó en el 3,5%, ocho décimas por debajo del dato de Canarias, única comunidad donde supera el 4%.

En tasa interanual –el resultado de comparar los precios del mes pasado con los de octubre de 2022–, las mayores subidas las experimentan los aceites, una categoría muy condicionada por la carestía del aceite de oliva y en la que el coste medio es un 33,8% superior al de hace un año; el azúcar, con un incremento del 29,6%; y las legumbres y hortalizas –16,7%–. No obstante, los mayores aumentos mensuales –en octubre respecto del mes anterior– se produjeron en los complementos –24,7%–, la ropa de mujer –20,5%– y la ropa de niño y bebé –19,3%–.

En cuanto al IPC subyacente, donde no se incluyen los precios de la energía ni los de los alimentos frescos, muy sometidos a grandes vaivenes y que a veces distorsionan la estadística, este se moderó al bajar al 4,9% en tasa interanual. Algo que, por un lado, da señales de que la inflación empieza a ceder, siquiera de forma débil; pero, por otro, es también indicio de la debilidad de la demanda, o lo que es lo mismo: de que la capacidad de compra e inversión de las familias y las empresas empieza a resentirse.

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El Producto Interior Bruto (PIB) de la Zona Euro registró una contracción del 0,1% en el tercer trimestre respecto de los tres meses anteriores, cuando se expandió un 0,2%, según la segunda lectura del dato publicada por Eurostat, que confirmó ayer su estimación preliminar, mientras que el conjunto de la Unión Europea se estancó por segundo trimestre consecutivo. El paso atrás de la Zona Euro es el mismo (-0,1%) que el experimentado por la economía de la locomotora alemana. Francia frenó su expansión al 0,1% desde el 0,6% del segundo trimestre e Italia se estancó tras crecer un 0,4% entre abril y junio. El comportamiento de la economía de la Eurozona entre julio y septiembre fue sensiblemente peor que el observado en Estados Unidos, donde el PIB aumentó un 1,2% trimestral, mientras que también estuvo por debajo del desempeño del Reino Unido, que se estancó en el tercer trimestre. Entre los países de la UE, las mayores tasas de crecimiento trimestral entre julio y septiembre correspondieron a Polonia (1,4%), Chipre (1,1%) y Hungría (0,9%), mientras que los peores datos fueron los de Irlanda (-1,8%), Finlandia (-0,9%) y Austria (-0,6%). Asimismo, de las principales economías del euro, España volvió a mostrar el mayor ritmo de expansión, con un 0,3% en el tercer trimestre, frente al 0,4% anterior. | Agencias

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