Entrevista | Ricardo García Molina Arquitecto

Ricardo García: «La madera de las islas podría ser el gran recurso kilómetro cero de la construcción»

Ricardo García Molina, arquitecto, profesor de la ULPGC e investigador de la Universitat Rovira i Virgili propone el uso de la madera de las islas como el gran recurso KM.0 para la construcción

El arquitecto Ricardo García Molina. | |

El arquitecto Ricardo García Molina. | | / JOSÉ CARLOS GUERRA

Juanjo Jiménez

Juanjo Jiménez

Es usted parte de la firma Arquitectos de Familia. ¿A qué alude el nombre?

Hace alusión al método de diseño participativo que inventó el arquitecto argentino Rodolfo Livingston, que publicó en 2006 ese sistema en un libro titulado así, Arquitectos de Familia, y que consiste básicamente en diseñar el edificio contando en todos los procesos constructivos con las personas que van a vivir en él y a ayudarles a entender lo que necesitan y lo que desean. Pueden ser viviendas, espacios colectivos, en el que trabajamos con grupos o incluso centros de servicios sociales, u oficinas, en los que también recabamos la participación tanto de los trabajadores como de los usuarios.

Usted ofreció una ponencia en las Jornadas Forestales de Gran Canaria en la que propone utilizar los recursos isleños para levantar casas de madera.

Sí, ahora estamos trabajando en tres proyectos de viviendas con estructuras de madera mediante un sistema que se llama CLT, Cross Laminated Timberque, siglas en inglés de la madera contralaminada.

Pero, ¿cómo crujías o base en los cimientos?

No, no, para todo el edificio, tanto paredes como suelos son de madera maciza, con varias láminas superpuestas y cruzadas. Se trata de unos paneles prefabricados que se montan con una grúa directamente en obra. Esos paneles llegan a ser de importantes dimensiones, de hasta 20 metros de largo, aunque el problema de momento en Canarias es que no podemos traer paneles muy grandes, pero los adaptamos sin problemas.

Proyectan ustedes el diseño en el estudio, pero ¿de dónde importan los paneles?

Tanto de la península como de Centroeuropa.

¿Qué ventajas presenta frente a los materiales más tradicionales como hormigón o acero?

Porque ahora mismo es el material más sostenible que existe, es de origen renovable, almacena CO2, y luego es muy eficiente energéticamente, duradero, no genera residuos y tiene un proceso muy poco contaminante. Y aparte de la sostenibilidad de por sí, es un proyecto que aprovecha muy bien la madera, la hace resistente y tiene muy buenas propiedades acústicas, térmicas y frente a la humedad.

El consenso para explotar su uso comercial centró el debate en las Jornadas Forestales

Pero digamos que no es ignífuga, que quizá sea ese su talón de Aquiles...

No es ignífuga, pero es muy resistente contra el fuego.

Eso suena a oxímoron...

Pues mire, es todo lo contrario a lo que generalmente se piensa. La madera se protege a medida que se quema, lo vemos en los pinos canarios: a medida que avanza el proceso del incendio va cada vez más lento. Evidentemente, si se dejara el edificio ardiendo durante días se pierde, pero una vez actúan los servicios contra incendios es muy fácil de reparar en caso de siniestro frente al acero o el hormigón.

Extrapolando ese proceso constructivo de los paneles a Canarias, ¿cree que sería posible encontrar un nicho de desarrollo explotando los recursos forestales isleños?

Pues eso precisamente es de lo que se trató en estas Jornadas Forestales, sobre la posibilidad de utilizar los árboles de Canarias y fabricar los paneles aquí, pero para ello hace falta el consenso de todos los técnicos, de los biólogos, de los especialistas forestales y expertos en arquitectura e ingeniería, así como de las administraciones, sin olvidar que debe tener una aceptación entre la población.

¿Le ve un potencial impulso?

En otros países la madera tiene un alto desarrollo y recorrido, y se da la circunstancia de que las islas tienen las condiciones ambientales idóneas, porque la madera se comporta muy bien en ambientes húmedos, al contrario de lo que se suele pensar. Además, en Canarias la madera es un producto muy aceptado por la población.

Pero en el Archipiélago no existen prácticamente construcciones de madera.

No, pero las hubo, y lo que estamos proponiendo es su reintroducción para el uso constructivo.

¿Las hubo? ¿Algo así como pueblos de madera?

Pueblos no, pero casas de piedra y madera las podemos encontrar en Vegueta, Agüimes o Teror, porque la arquitectura tradicional la utilizaba, sobre todo en los techos. Pero la cuestión es que la arquitectura tradicional no resolvía la cuestión acústica, y estos nuevos materiales sí la resuelven, de modo que ya no escuchamos al vecino, ni tampoco el crujir de los suelos, que es la imagen que la gente tiene.

¿Y qué especies forestales de las medianías o cumbres isleñas propondría para esa explotación constructiva?

Esa es la cuestión. Habría que estudiarlo con los propios técnicos forestales. Nosotros somos arquitectos y tendríamos que analizar con ellos cuáles son las especies más adecuadas para ello.

Los técnicos afirman que ya se podrían realizar plantaciones para la industria madedera

Pero seguro que tiene alguna en la cabeza.

Bueno, en general en todo el mundo se utiliza el pino común, de forma que a priori las especies canarias debería servir. En cualquier caso hay que subrayar que se trata de madera obtenida por la tala realizada en la prevención de incendios, si bien también se podrían plantar bosques para ello. Esto hace unos años era impensable a nivel forestal, pero los técnicos sostienen que ya se podrían realizar plantaciones para este uso.

Luego haría falta una industria en la que fabricar esos paneles, algo que sería un segundo tinglado importante.

No crea, la industria que requiere es relativamente sencilla. Son aserradoras que ya existen en las islas, a lo que habría que añadir solo una planta donde se puedan procesar y recortar los paneles.

¿Y es más barato, más caro?

El problema que tenemos en Canarias es el del transporte, que encarece el material, de ahí que si se fabricara aquí se reducirían significativamente los costes.

Con ello están levantando, según expuso, una gran construcción en Arucas.

Es un edificio de viviendas colaborativas promocionado por la cooperativa El Ciempiés, con 24 unidades alojativas de dos habitaciones, salón, comedor baño y muchos servicios comunes, como lavandería, cocina, comedor, huerto, talleres, y que es la primera de su tipo, la primera vivienda colectiva en Canarias de CLT. También construiremos otros dos edificios de viviendas colectivas en breve, como una experiencia piloto para abrir miradas y desterrar para siempre el cuento de los tres cerditos.

¡Ah! Desarróllemelo.

Lo que les faltaba al cerdito pequeño y al mediano solo era la tecnología adecuada, de forma que construir con ladrillo tampoco es lo mejor, de hecho le puedo decir que el mayor está en la cárcel.

Pues no, no le falta razón. En conclusión, que dice usted que la madera es el futuro.

Es natural, manejable, renovable, ligera, higroscópica y resistente al fuego, y reintroducir la madera en la edificación en Canarias nos permite pensar en sostenibilidad, descarbonización y economía circular. Pero para que la madera se convierta en nuestro principal material de kilómetro 0, se requiere una apuesta de técnicos, constructores, administración y, sobre todo, de la población en general.

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